CHAPTER 27!

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Sonrió mientras me levanto.

—¿A ninguno de los dos?— pregunto.

—No nos va nada bien sobre pensar y lo sabes de primera mano— me toma de la mano mientras me guía al agua. Y tiene razón, he visto a Matt en varias ocasiones tener ataques de ansiedad por sobrepensar. Y creo que el ha visto los míos, no son frecuentes pero cuando me dan me cuesta superarlos. La falta de aire y la presión de cien camiones encima de mi pecho no son nada agradables con la sensacion de la mano de Matt tomada a la mía. O cuando Chris me hace reír y cuando Nick siempre me lleva la razón. Esas sensaciones no las supera nada.

—Eso ya lo se. Pero, ¿tú has visto mis ataques?— pregunto dudosa y solo hace falta una mirada de Matt para saber que el se ha dado cuenta de mi ansiedad.

—Si, pero nos apoyaremos los dos, ¿verdad?— pregunta.

—Obviamente. Si alguna vez te vuelve a pasar me llamás de inmediato— le digo sería. Él asiente.

—Y tú también.

Entramos en el agua y conversamos con Chris y Nick. Hablamos de temas diversos hasta que llega la puesta de sol.

—Se ha pasado el día volando— dice Nick. Salgo corriendo del agua para agarrar mi móvil y entró al agua otra vez.

—¿Alguien me saca una foto?— les tiendo el móvil.

—Nick— dice Matt y Chris al unísono.

—Solo lo haré porque soy el mejor fotógrafo de los cuatro— dice con el ego subido.

—No te hace falta razon— río.

Me va sacando fotos mientras yo voy posando. Hago movimientos con mis manos y me voy girando. Luego ya elegiré cuales me quedo y cuáles borro.

—Ahora una con Matt, dale— dice Chris.

Matt se acerca a regañadientes y posamos juntos. En una salimos mirándonos, en otra mirando a la cámara, etc.

—¡Beso! ¡Beso!— cantan Nick y Chris al unísono.

Nos damos un pico que dura unos pocos segundos mientras Nick y Chris dice:

—¡Si! ¡Eso!— entre otras cosas.

—Chris ven— le digo. Él se acerca y Matt se va. —Una con mi mejor amigo venga— veo como Nick pone cara triste. —Luego vas tú Nick. No te preocupes— se le ilumina la cara y nos saca algunas fotos. Luego Chris agarra mi teléfono y Nick posa conmigo. En muchas fotos salimos riendo y haciendo el idiota. —¿Queréis una los tres?— pregunto. Aceptan y les saco algunas fotos. Algunas haciendo el idiota y en otras haciendo sus poses míticas; Chris haciendo la seña de la paz; Matt levantando el meñique y el índice y Nick con su gran sonrisa que ilumina el mundo.

—¡Selfie!— grita Chris. Giro la cámara y nos hacemos unos cuantos selfies. Luego salgo del agua para dejar el móvil y vuelvo a entrar en el agua para acabar de ver la puesta de sol.

Es un momento único que nunca he vivido con los chicos pero había vivido tantas veces con mi padre. Recuerdos de los trillizos se van acoplando junto a las de papá.

—Chicos— los llamo— me siento muy feliz de poder vivir esto con vosotros. Antes me habéis dicho que sustituyera recuerdos con papá por algunos con vosotros, pero creo que debo conservarlos todos. Hacer que los de papá y los vuestros se junten haciendo que el recuerdo sea mucho más bonito todavía— me salen un par de lágrimas y dejó que caigan al agua. —Muchas gracias de verdad.

Los tres nadan hacia mi y nos abrazamos.

—Vi, gracias a ti por estar en nuestras vidas y iluminar nuestros dias— dice Nick poético.

—¿Te ha salido la vena poética o que?— pregunta Matt con sarcasmo y reímos todos.

—Y sin ti no hubiésemos podido venir. Porque no creo que Matt hubiera hecho tres horas conduciendo— apunta Chris gracioso.

—Ya puedes darnos las gracias— le dice Matt. Me río y me separo para secarme las lágrimas.

Seguimos mirando la puesta de sol hasta que ya está todo oscuro y solo queda la luna brillando en su máximo esplendor.

—Deberíamos irnos ya— digo señalando la arena.

—Si, ya es bastante tarde— dice Nick.

Los cuatro salimos del agua y yo me pongo la toalla por encima. Chris coge su teléfono y llama a alguien.

—¿Que llamas a la novia?— le digo chinchándolo, Nick y Matt se ríen de mi comentario y Chris nos da una mirada de pocos amigos.

—Estoy llamando a mamá— se defiende.

—Ya...— dice Nick no muy convencido.

—Ahora salimos de la playa— dice Chris hablando por el teléfono. —No, tardaremos unas tres horas, más o menos.

—Menos— le digo yo.

—A está hora no habrá tanto trafico— explica Matt y Chris se lo repite a su madre. A veces tengo envidia de la relación de los trillizos con su madre. Ella los cuida y se preocupa por ellos mientras que mi madre me dejó.

Unos cuantos minutos Chris termina la llamada y se seca. Me pongo mi vestido por encima de la cabeza y me cae por los lados.

—Os etiquetó en las fotos— les digo mientras me cepillo el pelo con las manos.

—Pasame algunas y las cuelgo yo también— me dice Nick mientras se pone la camiseta. Asiento y doblo mi toalla. La pongo dentro de la bolsa y espero a los trillizos mientras miro las fotos.

—Vi, dame luz, por favor— enciendo la linterna del móvil y veo a Chris agachado en la arena.

—¿Que se te ha caído ahora?

—¿La cabeza?— se ríe Nick, suelto una carcajada y sin querer dejo de apuntar a Chris.

—¡Linterna por favor!

—Ya voy, perdón— vuelvo a alumbrarlo y veo que levanta las gafas de sol y se las pone en la cabeza. —¿Estáis?

—Si— dice al unísono aunque algunos más animados que otros.

Vamos al auto y guardamos todas las cosas en el maletero.

—¿Empiezo a conducir yo?— me pregunto a Matt cerrando la puerta del maletero.

—Vale— abre la puerta del copiloto y sube. Yo subo al asiento del conductor y enciendo el coche. Chris y Nick suben detrás.

—Bien. ¡Vámonos!— grita Nick levantando el brazo.

Fuck you! ~Matt Sturniolo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora