CHAPTER 4!

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Arranco el auto y Chris y yo nos dirigimos hacia el supermercado. Por el camino vamos escuchando musica y hablando de nuestras cosas. Por suerte, ha dejado el tema de Matt de lado, así que estoy mucho más tranquila. Aparco el coche en el estacionamiento y bajamos, cierro el vehículo y entramos.

Nos dirigimos a la parte de bebidas energéticas y elegimos las que conocemos y las que normalmente compramos. Al final cogemos una prime, cuatro Monster de diferentes sabores, un Cherry Coke, una Pepsi por petición de Chris.

—Tienes una obsesión con la Pepsi, joder.

—Si, y me da igual. Soy feliz.

—Si, eso nadie te lo va a quitar nunca, o eso espero— me da un beso en la cabeza y dice.

—Y yo me asegurare de que seas feliz junto a Matt— me chincha. Me aparto, me rio y le doy un golpe en la cabeza.

Seguimos mirando que bebidas podíamos comprar. Cuando las tuvimos todas, compramos 2 extra para nosotros. Fuimos a pagar, la verdad es que todo salió bastante caro, pero es que entre que las bebidas son caras y que hemos comprado muchas, casi me quedo sin dinero. Luego ire al banco a sacar más y depositar más en la tarjeta de crédito. Cuando salimos vamos al coche y nos dirigimos a casa de los trillizos.

—¿Podemos pasar por el banco antes? Es que me he quedado sin dinero— Chris resopla.

—Bien, pero vamos rápido.

Paso por el banco rápidamente y saco y deposito dinero en la tarjeta de crédito.

Al salir del banco me encuentro a una chica que conocía en la secundaria. Dios creo que ella antes me gustaba.

—¿Violett?— me pregunta la chica. Vagamente recuerdo su nombre, pero prefiero no arriesgarme. —Dios, soy Addison. ¿Me recuerdas, de la secundaria?— en ese momento lo recuerdo todo. Todo lo que pase por querer acercarme a ella y al final resulto que era hetero. En ese momento y actualmente me considero como bisexual, y no creo que eso vaya a cambiar en un futuro próximo.

—Oh por dios, Addison. Cuanto tiempo— me acerco a ella para abrazarla, ya que no quiero ser maleducada. Ella me responde y continua hablando.

—¿Quieres ir a tomar algún café algún dia?

—Me encantaría. Pásame tu numero y acordamos cuando— intercambiamos números y al final ella propone:

—¿Te parece bien mañana que viene por ahí a las cinco?

—Perfecto. ¿En la cafetería del centro?— le pregunto yo esta vez.

—Bien, ahí nos vemos. Adiós.

—Adiós— le respondo mientras ella se alega. Lo anotó rápidamente en la agenda de mi teléfono para no olvidarme y me acerco al auto.

Subo y veo a Chris toqueteando la pantalla del carro.

—¿Que haces loco?— le digo cuando cierro la puerta.

—Me aburría, has tardado mucho.

—Ya estoy aquí. Vamos— arranco el coche y nos dirigimos a la salida del estacionamiento.

—¿Quien era esa chica con la que estabas hablando?— me pregunta.

—¿Recuerdas a esa chica que te conté que me gustaba en la secundaria?— asiente. —Pues es ella.

—¿En serio es ella?— me pregunta con sorpresa. —Ha cambiado mucho.

Y no le falta razón. Antes tenia el cabello rubio muy largo, y ahora se lo ha cortado por los hombros y se lo ha teñido de negro. Pero no puedo negar que le queda super bien, incluso mejor que antes. Tiene los ojos verdes como esmeralda y no ha crecido mucho des de la última vez que la vi, aunque me supera por algunos centímetros.

—Pero no me puedes negar que esta muy guapa— le digo coqueta.

—No te lo voy a negar— suelta una risita. Entonces se me ocurre algo:

—Esta puede ser mi oportunidad para superar a Matt— me mira con cara interrogatoria así que continuo: —Fue mi primer amor, y sabes por experiencia que nunca se olvida.

—Puedes no hablar de ella, ¿por favor?— me dice indignado recostando la cabeza en el asiento del coche.

—Bien. Pero creo que aun no la he olvidado.

—Nunca se olvidan— me dice con una sonrisa triste y una voz apagada.

Tardamos poco en llegar a la casa de los trillizos. Salimos del coche y nos dirigimos a la puerta.

—Mierda, también me olvidé las llaves— dice Chris maldiciendo.

—Menos mal que tengo las mías— digo sacándolas del bolsillo y abriendo la puerta. Ambos entramos y dejamos todas las bolsas en la cocina.

—¡Hola!— grito al ver que no hay nadie.

—¿Ya habéis llegado?— pregunta Matt bajando las escaleras, Nick aparece detrás de él.

—No, si te parece seguimos en el supermercado— le responde Chris con sarcasmo.

Me acerco a Nick y empiezo a salar mientras digo.

—¡Nick, ¿a que no sabes a quien nos hemos encontrado?!— le pregunto con una sonrisa.

—No, ¿a quien?— me pregunta él esta vez.

—¡A Addison!— le grito. Él también sabe mi historia con ella, ya que nos conocimos cuando ella aun me gustaba.

—¡No puede ser!

—¡Si puede ser!— le grita Chris esta vez. Todos empezamos a saltar y a hacer el idiota. Matt está ahí plantado como un pino, hasta que pregunta:

—¿Quien es Addison?

—Dios Matt, no te enteras de nada— le dice Chris mientras deja de saltar, a los pocos segundos Nick y yo también paramos.

—Es la chica que le gustaba a Vi— le dice Nick. Le suelto un golpe en el brazo. No quería que se enterara.

—¡Nick! ¿Por que se lo cuentas? ¡Ahora lo va a usar en contra de mi!— le digo enfadada. Matt tiene la cara como un cuadro, parece que ha visto a un unicornio. —Parece que hayas visto un unicornio.

—Es que no me esperaba que te gustaran las mujeres— suelta.

—Será que no me conoces— le reprocho. —Bien, como Chris y yo hemos ido a comprar las bebidas, que por cierto me he dejado un pastizal en esas puñeteras bebidas, tu y Nick las ordenareis, las abriréis y pondréis las cajas para no ver de que bebidas se tratan— Nick iba a volver a hablar, pero en seguida lo corto. —No, no, no, y sin rechistar. Venga. Aire— les hago unas señas con las manos para que se vayan a hacer lo que les he pedido. —Y, ahora, tu y yo, mi bellísimo mejor amigo nos vamos a tirar al sofa a mirar alguna serie. Como las importantes personas que somos— le agarro de la mano y lo arrastro hasta el sillon.

—Me encanta cuando los pones en su lugar— me dice Chris con una sonrisa.

—Se lo merecen. Con todo el dinero que me he gastado tendrían que consentirme durante dos meses para ahorrar todo lo que he perdido— digo un poco gritando para que me oigan. —Y además, me gusta verlos sufrir— le digo susurrando esta vez. Chris suelta una carcajada.

—¿Que esta pasando por ahí, que os oímos tan animaditos?— dice Nick. Chris y yo nos sentamos bien y encendemos la tele.

—Nada, nada. No estábamos hablando de vosotros para nada— les digo conteniendo una carcajada.

Fuck you! ~Matt Sturniolo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora