GÓTICO... Seducción

Cáp. 40: Caminar sobre nubes oscuras

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Cedric simplemente no lo podía evitar… mirar a Luna, mientras estudiaba los enormes volúmenes de libros sobre criaturas mágicas y ver salir de sus páginas las miniaturas que gruñían, echaban fuego, acido o volaban a su alrededor, ella los miraba con sus enormes ojos azules tan claros y al mismo tiempo con un halo misterioso que parecía envolverla

El permaneció apoyado en el marco de la puerta mientras la contemplaba, su largo cabello rubio que era como un baño de sol, su piel tan blanca y suave, se imaginó recorriéndola con sus labios y descubriendo cada uno de sus rincones, recordó sus múltiples pecas y sus zonas más sensibles

De repente le parecía que Luna era una delicada muñeca de porcelana, pero en un estilo gótico, llevaba un vestido negro y largo de un corte estilo princesa, escotado con cuello y puños en encaje blanco, su cabeza era adornada por un listón rojo que contrastaba con su maravilloso cabello

No pudo quitarle los ojos de encima… el solo recordaba si acaso, a una niña rubisa flacucha a la que todo mundo le decía “lunática” pero no le prestaba atención ensimismado en su mundo de perfección… siempre con aquello de que ¿Por qué él no había quedado en Griffindor o Ravenclaw por lo menos? Slytherin no, porque tampoco era un niño malo… quizás un poquito vanidoso

Pero darle gloria a Hufflepuff fue maravilloso antes de que Potter se la quitase y aunque habían llegado a compaginar, su destino había sido trágico… el no existía en el mundo externo, no iba a adentrarse en él cuando todo mundo decía que nada regresa de la muerte… ¿Y el que era?

Su única alegría era el saber que sus padres vivirían felices por el resto que les quedara de tiempo, a sabiendas que no podía verlo más… Pero ahora él estaba ahí, atrapado por el corazón de la rubia, por esa muchachita pequeña que había echo todo lo posible por tenerlo en sus brazos, por perder con él su pureza, por demostrarle que a pesar de todo, podía ser una auténtica mujer

Ahora, dolorosamente, reconociéndolo, en esas escasas semanas parecía que ya no podía dejar de mirarle, parecía que su mente lo traicionaba en esos instantes de ocio, que su cuerpo la extrañaba mucho, que su sensualidad lo atrapaba, que quería buscarla, besarla, sentir su calor y su nuevo modo de ser

Añoraba esos ojos profundos y claros, añoraba tantas cosas, el sabor de sus labios, su modo de acariciarlo, su adorable y gótico sex-appeal al hacerle el amor, quería siempre estar envuelto en su aire ausente, pero a la vez tan vivo y presente, los ojos grises de Cedric se dolieron al reconocer su destino

¡Como no adorarla, amarla, desearla! Era una hermosa mujer… sus corazones se conectaban, pero al mismo tiempo, se separaban, claro que solo él lo sabía, le hubiera gustado tanto, conocerla en el colegio… aunque, aunque a lo mejor eso nunca hubiera pasado, el era tan engreído, se sabía guapo y era inteligente… en ese mundo, Luna hubiera pasado tan inadvertida como una estrella fugaz

El suspiró mientras la miraba tan concentrada, mirando embelezada a las criaturas en miniatura que no hacían el daño que las reales, sonrió cuando ella recibió algunas mordidas que la hicieron respingar y chupar el área afectada, Cedric la miró tan hermosa que le dolió profundamente en el corazón

¿Por qué el destino jugaba con él? ¿Acaso era mejor estar muerto? Al menos tendría paz y no pensaría en estupideces como en enamorarse… ¡Ese problema no lo tenía con las otras hembras! Solo era sexo y nada más, pero con ella, era diferente, su corazón reaccionaba con violencia, vehemencia, con una intensidad que sucedía en el primer amor…

Y luego recordó a Cho… tan hermosa y vivaz, sensible… se había enamorado como un bobo de ella, eran la pareja perfecta, hermosos y compatibles ¿Qué más podía pedir? Pero una desgracia los separó… y ahora estaba de nuevo entre la sombra de los vivos, pero sin posibilidades de amar eternamente