cap. 81: ¿Play Girl?

18 1 0
                                    


Definitivamente… Draco jamás se hubiera imaginado estar así con la impura, entre sus brazos, sus piernas y aspirando el aroma que desprendía su piel, envueltos en las sábanas, ya en la cama, mientras ella le mordisqueaba sus labios, revolviéndole todo el cabello rubio y enterrando sus dedos en su cráneo perfecto, porque todo él era perfecto…

Todos los días eran perfectos, sobre todo porque después de pasar dos días como una luna de miel, los días siguientes Hermione solo esperaba a que Draco regresara para recargarlo en la pared y abrirle la camisa, arrancándosela con violencia, descubriendo su pecho y rasguñando su torso

-¡No sabes cuánto te extrañé! – Le decía Hermione mordiéndose los labios y suspirando profundamente mientras aspiraba su perfume suave masculino mientras parecía una gata en celo…

-Oye, la camisa es costosa – sonrió el rubio ante el exabrupto de la castaña que besuqueaba su pecho y le mordía la piel con muchas ansias

-Al diablo con la camisa, lo que viene dentro es lo que quiero… te quiero a ti, te deseo a ti, tú eres mi hombre

-No seas tan ansiosa… si me quieres, me tendrás pero procura no ser tan salvaje

-Es que contigo no puedo ser tranquila – Le decía mientras lo arrinconaba en las escaleras, no lo había dejado ni siquiera ir a saludar a sus gemelitos, porque era su mujer quien lo tenía detenido

-¿Y tienes que ser tan brutal?

-Te deseo – gimoteaba la castaña mientras mordisqueaba su piel y le daba tremendos chupetones dejando áreas de cardenales en su blanco pecho y que él recibía no poniendo mucha resistencia

Pero es que Hermione parecía hambrienta de su cuerpo todos los días, era imposible decirle No, porque él mismo se estaba habituando a tener un encuentro sexual con su hembra la cual parecía incansable, ansiosa y deseosa de su cuerpo

-Hermione, ya no llegaré vestido a la habitación – intentaba ser racional

-¿Habitación? ¡JA! Aquí en las escaleras mi amor ¿Quién necesita una cama?

-Merlín, entre más te conozco, más me sorprendes… - sonrió el rubio con un poco de pena ajena imaginándose lo que pensaría alguien que entrara de pronto y los sorprendiera, pero finalmente sabía que nadie los interrumpiría

-Yo solo quiero lo que me das siempre – sonrió Hermy pegándose a él y sopesando el paquete de Draco (si, ese tesorito que tiene guardado y que es propiedad de la princesa impura de Hermione Granger, así que pos solo está agarrando lo que le pertenece) y el rubio pegó un respingo al sentir esa mano apretar sus zonas prohibidas

-¡Granger!

-Si bien que te gusta – sonrió la castaña con un brillo de malicia, deseo febril y calentura absoluta por su hombre

-Es que aún no me acostumbro a tus ataques Hermione

-Así somos las muggles… intrépidas, atrevidas, desinhibidas y si, un poco zorras lo reconozco, pero todo es poco, por tener al hombre deseado…

Draco estaba sin habla, contemplando ese deseo febril que ella tenía por él, mientras sus manos hurgaban dentro de sus pantalones, acariciándolo sin descanso, claro que el rubio bien que se dejaba flojito y cooperando, porque en el fondo le gustaban las caricias de la castaña

-¡Oh! – Musitó el rubio y casi dobló las rodillas

-¿Ya lo ves? Te gusta… y mucho, no podrías vivir sin mis caricias, sin sentir mis manos acariciándote, eres mío Draco Malfoy, eres mío, completito

-Tú me haces brujería – Masculló el rubio cerrando los ojos mientras ella se afanaba en su manoseo tan vulgar y corriente que hacía (¡por supuesto, eso que hace no lo hace una mujer decente!)

GÓTICO... Seducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora