GÓTICO... Seducción

cap. 24: Lágrimas de ángel

Luna y Cedric entraron a la estancia de sus dormitorios… ella despeinada, sin maquillaje, con la camisa del pijama de Cedric encima, ni siquiera se habían tomado la molestia de reparar la ropa destrozada, la cual traía Cedric en sus manos, el solo andaba los pantalones

Tais alzó una ceja al verlos… por el aroma que despedían supo que habían tenido unos momentos íntimos intensos, no supo que sentimientos tuvo, si de envidia o de enajenación… porque ella no deseaba hacer lo que los otros… ella quería “amor” si eso era posible ¡JA! dudaba mucho que ahí lo encontrara…

Sobre todo si su fijación era un hermoso mancebo de ojos esmeraldas…

¡El cual definitivamente era un cualquiera exhibicionista definitivamente, porque le gustaba estar liado con todas esas criaturas exóticas, seguramente era otro macho sin sentimientos, que solo querían el placer de la carne sin pensar en sus sentimientos, por lo cual su padre le había puesto ese terrible hechizo…

Los recién llegados, saludaron escuetamente y se fueron a la habitación de Cedric, en donde de inmediato, se acostaron a dormir, pues estaban muy, muy cansados…pero eso si, más que satisfechos… y por supuesto que al día siguiente algunos comentarios no se hicieron esperar

-¡Cedric! ¿Así que anoche ya te quitaste el pudor? Debo decir que reconocí tu trasero en medio del bosquecillo sangriento… - Le dijo Melina, una de las hijas de la noche - ¡Aún lo recuerdo perfectamente!

-¿Qué tal Melina?

-¿Y tu hembra?

-En sus deberes… - respondió secamente

-Por lo visto anoche la pasaron demasiado bien

-¡Que costumbres de espiar a las personas! – Dijo entre dientes

-¡JA! ¿Y donde crees que estás? ¿En el cielo? Cedric, después de tantos años aquí… no debería extrañarte… hasta Potter ya cayó en manos de Erato y de Sátiro, hace lo que quiere, donde quiere, con quien quiere… bueno, quizás excepto tres personas… La que según  él son como sus hermanas, Granger y Lovegood… y ahora, la tal Tais Agnus, que bien que le queda ese nombre

Cedric chistó y se fue a sentar, la profesora había aparecido y le gustaba poner atención, aunque el resto de los muchos o pocos alumnos ese día, hicieran o no caso, pero claro que en el fondo, pensaba en Luna…

Abrir los ojos y descubrirla en la cama, con ese largo pelo rubio desparramado en su cama, con ese cuerpecito tan menudo, el no pudo evitar sentirse mal por aquella primera vez, si tan solo no hubiera sido tan cobarde, si él hubiese aceptado no la hubiera tomado del modo en que lo hizo

¡Pero al menos en esta segunda vez, lo había gozado!

Los días siguientes fueron momentos de calma, excepto para Hermione, quien seguía negándose a ir en busca de los brazos de Draco, éste en cambio lucía calmo, como si nada, luciendo siempre tan guapo, tan hermoso, con sus aires arrogantes, era el único que conversaba con Tais… lo que de nuevo, mataba de coraje a la castaña

Pero se enfurruñaba, no iría a rogarle amor aunque… aunque había noches insoportables en que sus sueños eróticos se hacían cada vez más presentes y continuos, prefería ducharse en agua fría antes de suplicar amor…

Eso no importaría tanto si no afectara sus pensamientos en clases… en Teología por ejemplo… por lo común los salones eran en forma semicircular, con el profesor en medio y los asientos eran escalonados, por lo que los que se sentaban hasta arriba veían a todos los de abajo… ese era el caso de Gabriela, ésta miraba a los nefilim apostados casi al frente, claro que ella no le quitaba los ojos de encima a Adriel, no sabía porqué, pero no le gustaban esos sentimientos… ese Nefilim le inquietaba…