cap. 56: Rarezas

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Los meses pasaron desde aquella terrible pérdida... Tais Agnus fue la única que tuvo en sus brazos a una hermosa niña, de cabellos tan negros como el de ella y el de Harry, con unos inmensos ojos verdes mucho más impactantes que el del moreno, pero poco a poco, ella comenzaba a olvidar su rostro, sabía que esa hija era producto de su más grande amor, pero a veces no podía recordar su rostro, aunque sabía que la niña le recordaba a alguien...

Mientras que en el mundo mágico, Hermione se apoyaba en Luna y muchos días se la habían pasado buscando la entrada a Saint City sin resultado,  ahora se consolaban puesto que ellas habían pasado por el dolor más grande y casi cinco meses de haber perdido a sus bebés, Harry llegaba con una noticia que las hizo reaccionar y no supieron que decir en ese momento, pero dentro de lo que cabía, les serviría y quizás ahí, Hermione obtendría respuestas

-¿Trabajar en Hogwarts?

-McGonagall dice que a lo mejor así se distraen - suspiró Harry - Hasta yo he aceptado estar en el colegio, tendré a un grupo para enseñarles defensa

-¿Y que se supone que enseñaremos nosotras?

-Bueno, Hagrid ha aceptado que Luna comparta su clase de cuidado de criaturas mágicas y Hermione, tú puedes enseñar lo que tu quieras... te deja la carta abierta, o a lo mejor quieras dar la enseñanza sobre Estudios muggles...

-No lo se...

-¡Anímate! - susurró Harry - No es que quieras que olvides, solo que por lo menos te distraigas... ya se cumplió un año desde que salimos de... ese sitio...

Hermione le miró dolorosamente pero tenía razón, era mejor distraerse en otra cosa a estar ensimismada en su situación, hasta Luna había aceptado ayudar a dar la materia, no era por el oro, era por la distracción, por el favor que la directora McGonagall les hacía, a esa distancia de tiempo, Ginny estaba comprometida con Michael Corner, Ronald Weasley salía con una y con otra, así que ellos ya no tenían cabida en la familia Weasley y ni querían, dada las circunstancias y sobre lo que había sucedido

-Alejarte de aquí, quizás sea lo mejor es menos doloroso que si sigues aquí, yo quiero alejarme un poco y quizás el aire de Escocia me haga... la vida más... llevadera, a lo mejor me distraigo mucho con los alumnos, no lo se...

-Está bien, acepto - sonrió Hermione y Luna le dedicó también una maravillosa sonrisa, los tres se irían a Hogwarts a enseñar lo que fuere

Se fueron de inmediato, pero Hermy no quería quedarse en el colegio, por lo que entre ella y Luna buscaron un sitio adecuado para vivir, hasta que descubrieron una hermosa casa, que les llamó la atención, permanecieron ahí por largo rato contemplándola, es como si les llamara, como si las invitara a entrar, de tal modo que no advirtieron que tras ellas, se detenía alguien

-¿Hermione, Luna?

Las dos se volvieron al instante y se quedaron absortas al reconocer a Lucian frente a ellas, el guapo muchacho lucía el mismo cabello largo de siempre, su rostro hermoso tenía otra cicatriz en su mejilla derecha, recordaron que era un licántropo, pero no le tuvieron miedo, el muchacho les sonrió y ambas le dieron un abrazo, el de inmediato supo de su dolor y pudo "ver" lo que les había pasado

-¿Van a estar en Hogwarts? - Preguntó de repente

-¿Como supiste? - Susurró Hermione

-¿Eres vidente?

-Uno muy malo, no he vuelto a tener más videncias, menos mal porque luego no son agradables - respondió - ¿Les gusta mi casa?

-¿Es tu casa?

-Si, dado que soy el último Greyback que queda, mi madre me dejo todas sus posesiones... ella murió a los tres meses después que me sacó del colegio

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