cap. 96: Lluvia de estrellas

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-“Habéis venido aquí, hermanos, para que se garantice con su sello vuestro amor, ante el reino de los volcanes aquí congregado y presidido por su ministra… Por tanto, os pregunto sobre vuestra intención…”

Los ojos castaños se fijaron en los ojos grises y el brillo fue intenso, sus manos estaban firmemente sujetas, él la miraba como si fuese una diosa, se veía simplemente hermosa, preciosa con ese vestido, en aquel cuadro magnífico de un cielo que poco a poco se llenaba de estrellas mientras que los volcanes seguían echando lava

-Hermione y Draco ¿venís a contraer su unión sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?

-Sí venimos libremente

-¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente durante toda la eternidad?

-Sí estamos decididos

-¿Estáis dispuestos a recibir del ser espiritual supremo, responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de los volcanes y de sus criaturas mágicas?

-Sí, estamos dispuestos…

-Ahora repitan las palabras que el libro señala – dijo Salesia mientras que el libro se volvió hacia ellos y las palabras doradas se comenzaron a marcar para que cada uno dijese su oración mientras se juraban amor eterno

- Yo Draco Malfoy te quiero a ti Hermione Granger como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida… de nuestras vidas… - Y terminó con un nudo en la garganta, jamás pensó que él podría amar a una impura, de ese modo tan intenso y único

Moriría por ella…

-Yo Hermione Granger te quiero a ti Draco Malfoy como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida…. De nuestras vidas – completó la frase al igual que él

-Draco – Hizo una señal y el rubio saco del saco la cajita y la abrió, Hermione suspiró y miró embelesada aquel anillo hermoso, el rubio lo sacó de la cajita y tomó de nuevo la mano de la castaña buscando el dedo anular, sintió como su mano temblaba y él sonrió amorosamente

-El gran espíritu exalte este anillo que vais a entregaros en señal de amor y fidelidad – Dijo Salesia pasando su varita mágica sobre el anillo

El rubio comenzó a introducir el anillo en el dedo anular de Hermione mientras ésta dejaba que las lágrimas surcaran su rostro mientras él repetía: “Recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti, porque con esto me entrego a ti, para ser simple y absolutamente tuyo para toda la eternidad, nuestra eternidad”

Ella se mordió los labios y sintió la calidez del anillo, era precioso, un lujo, tragó saliva y le miró como quien mira la cosa más hermosa del mundo, por un momento, no hubo palabras, solo el silencio, se decían todo con los ojos…

-“El Ser Supremo Espiritual, que hizo nacer entre vosotros el amor, confirme este consentimiento mutuo, que habéis manifestado ante nuestro reino mágico volcánico. Lo que se ha unido hoy, que no lo separe ni la muerte hasta que decidáis ser polvo de estrellas” – Terminó diciendo Salesia pasando su varita por sus manos mientras permanecían firmemente sujetos – Ahora sí, el novio, puede besar oficialmente a su esposa para toda la eternidad…

Draco se inclinó para besar a la novia, en un beso suave, húmedo, delicado, transmitiendo que definitivamente, eran el uno para el otro, pese a la adversidad, pese a la barrera del odio que ellos mismos habían derribado con el golpeteo de sus corazones al enamorarse, el muro calló y los dos se encontraron

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