GÓTICO... Seducción

cap. 38: Un trocito de paraiso

-¿Quieres dar un paseo? – Le preguntaba Draco a Hermione esa mañana que no había clases porque todos los profesores estaban en una junta en la dirección… los dos tomados de la mano con apenas los dedos entrelazados

-Si claro – Asintió ella en un tonito burlón - ¿Dónde? – Era obvio que no había otro lugar a donde ir, que ya con los tres meses en ese lugar, se conocían casi todos los rincones del desgastado, mágico y enorme colegio

Pero Draco sonrió ante la burla y la jaló suavemente, ella palideció cuando se quedaron en la puerta del edificio… por un momento los dedos se le helaron a la castaña y no avanzó más, mirando al rubio como un suicida

-¿Qué pasa?

-No pretenderás salir…

-No es la primera vez que lo hago – Dijo el rubio – Vamos, no pasará nada…

-Pero… esas cosas… ese ángel destructor…

-Ellos atacan cuando saben que huirás, cuando no, no tienen porque hacerte el mínimo caso, oye, las criaturas están acostumbradas a su mundo herrumbroso y oscuro, pero nosotros, aún somos humanos, no habrá sol, no habrá flores, pero al menos… respiraremos ¿No te parece?

Draco abrió la pesada puerta que chirrió al ser empujada y salió, Hermy entrecerró los ojos cuando un halo luminoso le cegó brevemente, cubriéndose salió tras el rubio, pero el halo luminoso no era más que una luna de plata que al abrir la puerta, daba su reflejo directo

La neblina no estaba tan baja, ahora se podía apreciar el camino que bajaba al pueblo maldito, Draco le tomó de la mano y bajaron la colina, mientras lo hacían, Hermy no podía dejar de mirar a Draco, el la iba jalando prácticamente, ella sentía la suavidad de sus dedos largos y tibios presionando los suyos, no pudo sino mirar ese pelo rubio ondeando suavemente, escurrir las manos en el era una delicia

Ese perfil era increíble, tan perfecto, tan único, sus ojos grises no podrían ser más perfectos, más brillantes, más ardientes, el perfecto hechicero sangre pura, pudo haber sido un verdadero idiota en su época de estudiante, pero ahora, tenía un no se que, mostraba acción y reacción que ella no conocía ¡Jamás en su vida hubiese imaginado terminar en la cama con él!

Ahora sentía que ya no podía vivir sin sus besos, abrazos, sin ese cuerpo tan bien proporcionado, blanco y perfecto, esos labios que podían comerle los labios hasta morir, con besos apasionados, intensos, húmedos y dulces ¿Cómo a alguien considerado un ser nefasto pasaba a ser el mejor de los amantes?

No sabía que le había pasado a su llegada a ese sitio… pero sentía que no era la misma mujer cuerda e inteligente, ahora parecía que su racionalidad se había desvanecido, su mente solo estaba empecinada en pensar en el rubio, en verlo como un Dios, en sentir ansiedad si no recibía un beso o una caricia, en no poder dormir por las noches si no era en sus brazos

Draco era una droga… una que ella parecía necesitar, de repente, un terror la inundo, de solo pensar en que no lo tuviera más, ni siquiera se acordaba de su vida fuera de Saint City, parecía que todo comenzaba cuando había puesto un pie ahí y ahora no podía acordarse de algo más…

Reaccionó cuando el se detuvo y le miró detenidamente, ella se sonrojó mortalmente y el sonrió, la jaló hacia él y le dio un beso en los labios de un modo tierno y amoroso, luego la soltó y siguieron caminando, al parecer las palabras sobraban, ella no podía ver más allá que al dragón de fuego, quemando su ser

Un suspiro atravesó su corazón y cuando reaccionó estaban en el pueblo, las casas permanecían cerradas, como si nada malo hubiese dentro, así mismo, en medio de la plaza, no estaba el ángel cruel empalado, solo una suave tela blanca ondeaba de lo alto de un mástil