Cap. 52: Bajo un manto de tristeza

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La directora y la subdirectora estaban en la enfermería contemplando el cuerpo de Tegan, cuyas pupilas seguían fijas, mirando a la nada, el vampiro lucía como siempre, simplemente hermoso, parecía como petrificado, como un hermoso muñeco de cera porcelanizada que enmarcaba más su rostro precioso y sus largas pestañas

-¿Y ahora?

-No queda de otra - Suspiró Salesia y se acercó a la estaca de cristal mientras murmuraba conjuros y sus manos se convirtieron en llamas ardientes con las cuales sujetó la estaca mientras seguía recitando y lentamente comenzó a quitar la estaca de cristal hasta quedar fuera

Un agujero negro quedó en el pecho de Tegan, luego Alioth vació una copa de oro y plata llena de sangre en el hueco, el cual comenzó a cuajarse lentamente y revisaron las pupilas de Tegan que parecían comenzar a brillar lentamente, mientras que de la estaca, Salesia sacaba la esencia de los nefilim en su interior y dejaba la estaca el lavabo, echándole un líquido con el cual se disolvió

-Es extraño - susurró Salesia

-Si, si la misión de Katsumi era asesinar al líder del clan de los vampiros, no era el modo, sabemos que están muertos, no los puedes matar dos veces y una estaca con plata en su interior, tampoco

-A lo mejor era a Pusaki, el líder de los elfos...

-El problema es que Katsumi sabía que no lo mataría... esto no le traerá nada bueno, por eso es que si la misión había sido de Karolette, ella nunca la aceptó, porque era una misión poco probable...

-Todo esto me intriga... y nadie será libre hasta que no desglosen la profecía

-Esta tendrá que cumplirse directa o indirectamente, antes o después, pero solo así serían libres, a lo mejor no es que ellos intenten liberarse, si no que sean liberados...

-He blindado todo el sitio, nadie entra, nadie sale... pero me preocupa el libro rojo

-No te preocupes - sonrió Salesia - cualquiera de ellos que se lo haya llevado, no lo sabrá usar...

-Pero Lucian y Naim está afuera...

-No creo que Naim tenga mucho tiempo...

Las dos se miraron y suspiraron resignadas, mientras que un parpadeo en Tegan, advertía que estaba reaccionando, mientras que la sangre vertida en el pecho, regeneraba los tejidos lentamente... Luego fueron hacia donde Gabriela descansaba, seguía con su pecho y espalda vendadas, su rostro pálido y hermoso, reflejaba tristeza

-¿Como estás Gabriela?

-Bien...

-En cuanto te sientas mejor, te trasladaremos

-¿A donde voy a ir? - Murmuró

-Ya no puedes estar con los ángeles... ni tampoco eres bienvenida con los nefilim, estarás en uno de los reinos... en donde tendrás comodidades y al menos es lo mínimo por tu nueva vida

-Adriel me buscará - Dijo ella acomodándose sobre la cama y mirándolas con tanta dulzura y bondad que daba asco - Yo se que él me buscará y me encontrará... se que me ama y vendrá a mí

-Gabriela...

-Yo se que así es... el vendrá a mí, me buscará... soy suya, siempre seré suya... aquel que logra atrapar el corazón de un ángel, se queda con él... como quien atrapa a una estrella fugaz...

Ninguna dijo nada... era increíble que Gabriela no tuviera rencor contra Adriel, al contrario, ella lo esperaba con ese mismo amor que él había despertado y sin duda alguna, seguiría esperándolo por toda la eternidad

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