cap. 86: ¿Me aceptas?

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Hermione miraba por la ventana, intrigada por la tardanza de Draco, no supo ni a qué hora fue, pero de pronto resultaba que lo tenía en la cocina bebiendo café y jugando con sus gemelitos, los niños estaban encantados tirando todo lo que estaba a su alcance, Hermy suspiró y se sentó a un lado

-¿Por qué tardaste tanto?

-Eh… Alioth quería que hiciera algo extra – sonrió el rubio – pero ya estoy aquí…

-¿Te pidió algo en especial?

-Lo de siempre, pero un poco más tedioso – suspiró Draco tomando a Scorpius y poniéndolo en sus rodillas mientras lo hacía saltar y Astra comenzaba a protestar porque quería que su papá jugara con ella igual

En fin, el resto de la tarde fue igual de monótona, el rubio jugó con los niños, cenaron tranquilamente y los llevaron a dormir… los contemplaron un momento, los niños dormían profundamente, eran como angelitos y los dos ampliaron su sonrisa…

-Hermione – le dijo Draco al salir de la habitación de los niños

-Dime

-¿Podrías subirme un vaso de agua a la habitación?

-¿Qué? – Gruñó

-Por favor – susurró con una carita de niño tierno que la castaña a pesar de la ligera molestia, no quiso discutir y bajo a la cocina por un vaso de agua, rumiaba cuando subió de nuevo ¿Es que el muy desconsiderado y flojo no podía ir por él?

Ella no estaba de buen humor, desde hacía unos días algo la molestaba y sabía perfectamente que era, pero no iba a iniciar su primera pelea en ese sitio, sobre todo porque Draco a duras penas recordaba cosas que habían pasado entre ellos y aunque las noches eran intensas, él aun no recordaba todo

La puerta de su habitación estaba cerrada, ella bufó, por lo menos se la había podido dejar abierta… suspiró de nuevo y la abrió de golpe… y de golpe tuvo una escandalosa visión que la dejó boquiabierta por largo rato mientras el agua se le caía de las manos ¿Qué era todo eso?

Dentro de su habitación, era como un jardín de flores… crecía del suelo y le daban un colorido especial, había mariposas volando por todos lados y dejaban estelas tipo arcoíris que flotaban y dejaban un olor dulzón, ella en verdad no sabía lo que pasaba dentro de su habitación

De pronto, las flores comenzaron a abrirle paso y ella comenzó a caminar entre el caminito y miraba a su alrededor, notaba una diferencia ¿Por qué Draco hacia todo eso? El camino que las flores habían abierto daba a una silla hecha de ramas, flores y hojas, se sentó y buscaba su cama, el baño, el clóset… pero no había nada de eso, aún no sabía porque su rubiecito había hecho eso

Y él apareció… Draco apareció cuando unas enormes flores se abrieron y el entró, con un traje blanco sport, le sonrió y ella le miró extrañado, se acercó lentamente y la miró con intensidad, ahí estaba, su bella dama, su hermosa mujer, su amante ideal

-¿Qué pasa? – Preguntó Hermione de modo curioso

-Bueno – sonrió el rubio – Creo que hay algo que debí haber hecho hace mucho tiempo, porque te lo mereces y me lo merezco, porque estamos hechos el uno para el otro, porque tú eres agua y yo aceite y sin embargo, estamos mezclados… soy la sal, tú azúcar, soy la oscuridad y tú la luz…

-Y aun así compaginamos perfectamente – susurró Hermione

-Si… por eso creo – y de pronto se inclinó ante ella quien abrió sus enormes ojos castaños como nunca y se quedó sin habla absoluta, mientras que el rubio sacaba de su saco, una especie de cajita hecha con hojas que formaban el capullo

GÓTICO... Seducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora