GÓTICO... Seducción

cap. 79: Recuperándote

Tegan había salido por fin en busca de Katsumi, en el exterior y comenzó a caminar en busca de los reinos de las hadas, en alguno estaría ella, pero tenía en el fondo, miedo, pensaba que a lo mejor ella ya estaría muerta, imaginaba que el castigo recibido por no terminar su cometido era ese…

Obviamente Katsumi no estaba en el mundo normal que todos conocemos, estaba en uno de los submundos, en donde la guerra de los vampiros con las hadas y los elfos eran comunes, en una dimensión que estaba en medio de la humana mágica y de la que gobernaba Saint City y sus alrededores

Era una línea intermedia, ahí era donde él iba buscándola, no tenía idea de cómo estaban las cosas, al menos ya Salesia le había dicho que Naim había sido destruido por haberse ido de ahí sin permiso y que Lucían había sacrificado su vida al dejarse morir a manos de los espectros y del ángel exterminador para que Hermione y Harry encontrasen la felicidad

Al menos había habido éxito y esperaba tenerla igual, pero no quería ni pensar en que a esa hada le hubiese pasado algo malo… por lo menos, siendo vampiro no parecía ser un rival para algunas criaturas del bosque, aparte necesitaba sangre, la de los elfos salvajes no sabía buena pero le ayudaba…

No estaba para sentimentalismos, tenía que ser firme y letal, porque atravesaba bosques en los cuales no sabía si habría peligro o no, porque era la zona cero, en donde ni el gran espíritu podía intervenir tanto, pero al menos si el daba con ella, podría irse de ese sitio  y llevársela

Claro que Salesia había sido muy clara y firme… igual y ya no estaba viva… igual y su alma se sentiría decepcionada, igual y tendría que regresar solo, pero claro que él guardaba sus esperanzas aunque Micol y los demás le dijeran que era una estupidez el querer buscar a quien quería matarlo

Pero el alma de Tegan estaba entregado a esa hada y necesitaba recuperarla, pero si Katsumi había muerto con ella, entonces… al menos sabría que algún día, en alguna ocasión, estarían juntos en algún otro sitio, un modo romántico quizás de pensar no propio de un hijo de la noche

Las lunas que habían en ese sitio eran de desesperanzas, sentía que era vigilado, observado y cazado, pero no se amedrentaba, el corría a toda velocidad, mientras reunía la magia posible dentro de su ser, hasta que finalmente alcanzó el punto máximo y realizó el hechizo que le permitía expandir de su espalda un par de tétricas y espectrales alas

Lo hacía poco, pero al menos sobrevoló por encima de los bosques de los elfos, aunque sintió como enviaban sus hechizos y sus flechas hacia él, que tuvo que repeler con más magia, los vampiros no usaban varitas y aunque su magia era limitada, su fuerza, su inmortalidad y su fiereza eran más que suficientes para luchar y para derrotar ejércitos

Quizás era por eso que las hadas habían querido que Karo eliminara al líder de los vampiros en ese sitio, para llevar su cabeza ante el líder de los vampiros y demostrarle que podían matarlos, pero Karo no pudo hacerlo y luego mandaron a Katsumi, quien tampoco lo hizo, pero por tonta enamorada

Ahora Nosferatu, gozaba con saber que las hadas no habían logrado su objetivo, pero claro, sabía que un hijo suyo, Naim, ya no estaba entre los vivos y exigía al gran espíritu que lo volviera a la vida puesto que él no tenía ese tipo de poderes, poseía otros, pero si destruían a un miembro de su clan, no podía volverlo a la vida, y tampoco estuvo contento al enterarse que Tegan estaba ahí

No faltaron los mensajeros en su camino exigiéndole que regresara al colegio, en donde estaba a salvo, en donde no había peligro y el hijo favorito seguiría estudiando y siendo atendido como rey, por la sangre humana exclusiva que le daban casa determinado tiempo y que claro, era para todos

El hizo caso omiso, no se detuvo hasta que se encontró a la entrada de un arcoíris extraño en ese sitio, pues los siete colores brillaban incesantes, en un mundo en el que no había sol, solo las lunas, había días y noches, pero solo con las lunas en el cielo, trece en total, en la entrada del arcoíris gótico, había hadas machos, con vestimentas estilo vintage, que le cerraban el paso