cap. 15 y 16

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Cap. 15: "Insaciable amante ¡Auxilio!"

Y bien pagadas... El rubio ya sentía sus pelotitas hinchadas por tanto uso, y es que una vez que Hermione comenzó con sus ninfomanías, era imposible detenerla ¿Como era posible que después de tantos años de matrimonio aún le quedara energía para tanto? Bueno, su cuerpo no envejecía, así que el vigor que mostraban era natural, pero bueno, sabemos que los varones siempre tienen un límite y Draco ya necesitaba una bolsa de hielo para sus huevitos, porque casi, casi, le nacían pollitos por lo caliente que se ponían los asuntos

-¿Ya te cansaste? - Le sonrió una castaña sonriente y con el pelo alborotado sobre su rostro, muy agitada y sudada, el rubio puso los ojos en blanco y la abrazó apoyándola en su pecho, sus corazones estaban palpitando como locos, sin duda, el desestresarse así era magnífico... un poco exagerado, porque los dos eran unos golosos, Draco ya no podía ni con su alma y sus patitas le temblaban pero había sido persistente y cumplidor

-Después de esto, no te tocaré en un mes...

-¡Oh! ¡Que malo eres! ¿Tendré que ponerte polvo de hadas en la bebida y violarte? Amor, necesito olvidarme de mis problemas y solo tu puedes hacer que yo no piense en mis canas

-Hermy, tú no tienes canas...

-¡La que tus hijos me sacan!

-¡Ah! ¿Mis hijos?

-Ni para que los niegues, son igualitos a ti... Excepto Lucius pero... bueno ¡En muchas familias hay niños cobrizos!

Draco sonrió y la abrazó más contra su pecho, el también estaba preocupado, pero nada ganaba con ponerse histérico, se había convencido que no les iban a dar mayores noticias, solo tendría que esperar el momento correcto para salir de nuevo ¡Y pensar que por años no le importaba salir al mundo al cual había pertenecido! Pero ahora necesitaba saber de Rose, del bebe que esperaba y le dolía la angustia en los ojos de Scorpius, inclusive lo había visto derramar unas lágrimas y era algo que le parecía horrible, a él no le gustaba que sus hijos llorasen

Pero tuvo que agarrar un segundo aire, sobre todo porque Hermione se acomodó sobre él buscando sus labios de nuevo, besándolo apasionadamente, buscando su cuello, el cual ya había dejado escandalosamente amoratado, le continuó por su pecho y su abdomen, se inclinó por su vientre, enredando con su lengua los vellos del pubis y besando apasionadamente esos rincones, no fue más abajo, subió de nuevo, siguiendo el caminito de sus besos hasta llegar de nuevo a los labios en donde se estacionó por segundos, minutos, envuelta en una lluvia de dulces besos

Hacía mucho que no recordaban los viejos tiempos, hacía mucho que no disfrutaban de una noche apasionada, por lo menos Hermione se destensaba y se concentraba en besuquear a su esposo, el cual la envolvía con sus brazos y la dejaba hacer lo que quisiera con él, era su muñeco en esos momentos, podía jugar y podía perderse en su cuerpo, aunque estuviera cansado o le doliesen sus guerreros de batalla, él podía aguantar otro raund más para complacer a su exigente mujer, el solo vivía para ella y sus más oscuros deseos

Definitivamente estaba muy enamorado de ella, aún sentía su piel de terciopelo, posaba sus dedos por la espalda desnuda y le gustaba esa tibieza y esa sensación tan cálida, pero sobre todo, cuando exploraba su torso, bueno, seis hijos ya, bien amamantados (incluyendo al esposo) pero sus bubis permanecían orgullosas y firmes ¡Gracias madre naturaleza! Así que como ahora era propiedad de su señor esposo, quien jugaba con ellas como un par de pompones, aunque a veces se le pasaba la mano con uno que otro mordisco coqueto

No había llenadero en ese pocito de amor, parecía que una vez que comenzaban el maratón del amor, era imposible no detenerse, los besos y caricias se daban como un monzón, ella parecía ser la serpiente enredada en el cuerpo de su esposo, lo besaba apasionadamente y los lengüetazos no se hacían esperar, el juego de sus lenguas era ardiente, ambas se entrelazaban en una danza húmeda y salivosa, los dedos del rubio se deslizaban hacia la entrepierna de su esposa, haciendo que se retorciera, ella buscaba también, el miembro de su sexy esposo para darle unos masajitos suaves y sensuales

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