Darío
Hoy cumplo un año y medio de relación con Naylea, por lo que decidí dar el gran paso.El día ha llegado. Después de meses de planear y coordinar cada detalle, estoy listo para pedirle a Nay que sea mi esposa de una manera que ella jamás olvidará. Quiero que todo sea perfecto, que cada momento se grabe en su memoria como un sueño hecho realidad. Así que decidí organizar una propuesta tal y como hace más de dos años, me había narrado en el viaje donde todo salió mal.
Salgo de mi oficina en casa y escribo un mensaje para mi amada, quien está ansiosa por saber a dónde será nuestra cita de hoy.
"Vamos al lago donde salimos por primera vez. Te amo."
Es lo único que le digo, no quiero darle muchas pistas para no arruinar la sorpresa.
Ayer en casa, le dejé un vestido rojo un poco flojo de satén, con dos tiros largos cubiertos de rosas, las cuales, son el punto llamativo del vestido.
Después de la propuesta, planeo que vayamos en bote a un gacebo en la otra punta del lago, donde nos estarán esperando todos nuestros seres queridos para una pequeña celebración.
La paso a recoger y al igual que siempre, luce muy hermosa y encantadora.
En conjunto con el hermoso vestido, lleva los labios de un rojo intenso, los cuales me llaman a probarlos, unos tacones negros que le dejé junto al vestido y la cartera que le regalé para su cumpleaños.
Lo único a lo que temo, es que, tal vez por su edad, Naylea sienta que es demasiado pronto para casarse y por otro lado... Estoy seguro de que dirá que si, que Naylea se ha sentido al igual que yo y le encantaría unir nuestras vidas en sagrado matrimonio.
Oro porque todo salga bien y al final de este año poder llamarla "esposa".
Al llegar, nos dirigimos a un bote de remos decorado con luces y pétalos de rosas flotando en el agua. En el bote, un remo grabado con la frase "Nuestro viaje comienza aquí". Naylea y yo seguimos las luces que brillan en el agua, y al llegar al centro del lago, podemos divisar un pequeño muelle flotante adornado con cientos de velas encendidas y más pétalos de rosas esperándonos. Pero eso no es todo; un elegante violinista está tocando una canción suave que combina perfectamente con el ambiente, creando una atmósfera mágica e íntima.
Mientras Naylea se deleita con la música, le pido que nos sentemos y disfrutemos del espectáculo.
—Observa al cielo amor—le pido nervioso—Justo en el momento donde empieza el rugir de los fuegos artificiales, cada explosión reflejada en el lago, creando un espectáculo de luces y colores deslumbrante. Entre los fuegos artificiales, se formaron las palabras: "Naylea , ¿quieres casarte conmigo?".
Nervioso comencé a hablar:
—"Naylea, desde el momento en que te vi por primera vez, supe que eras diferente, una chica empapada, subiendo al vehículo de unos extraños que le ofrecieron refugio. Ves a los demás con tus ojos de nobleza, porque te reflejas en ellos. Cada día contigo ha sido un regalo, y quiero pasar el resto de mi vida agradeciendo por esos regalos. Me has brindado gran parte de tu ser para hacerme sentir con vida, algo que ya había muerto en mí, y estás aquí, dándome todo lo bueno de ti, de una manera que nunca imaginé, y no hay nadie más con quien quiera compartir cada día, cada risa y cada lágrima. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar."
Me arrodillo, sosteniendo un anillo que brilla con la luz de las velas y los fuegos artificiales reflejados en el lago.
—¿Harías el honor de ser mi esposa, tener 8 hijos y pasar el resto de nuestras vidas juntos?
Natalia, con lágrimas corriendo por sus mejillas, apenas puede hablar. Asiente vigorosamente y dice...
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Más que tu jefe
Ficção Adolescente¿Qué harías si una noche tu madre decide echarte de casa sin nada más que la pijama con que pensabas dormir minutos antes? Naylea es una chica tímida, cariñosa y astuta, nunca ha tenido novio porque cree fielmente en que el amor no se busca, sino, q...