Cᴏʙᴀʀᴅᴇ

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                         • CALLE •

- Esto no es una buena idea chicas - dije desde los asientos de atrás del auto de Camila.

- Opinó lo mismo - respondió Andi quien no había querido mirar por la ventana desde que subimos.

- Tranquilas chicas, por lo menos hay que intentarlo - dijo Emilia brindándole una sonrisa de apoyo a Andi.

Una ola de recuerdos volvieron a invadirme al reconocer las calles que recorrí varias veces con ella. Sentí una punzada en mi pecho al recordar su reacción al verme, fue como si a ella no le hubiera afectado y mucho menos importado nuestro reencuentro, aunque no me quejo, definitivamente era lo menos que me merecía.

- ¿Sabes donde vive? - le preguntó Andi a Camila, quien solo asintió.

- Donde siempre ha vivido Andi, en la casa de su abuelo - respondió.

Pasaron unos minutos sin que nadie hablara, ya que se sentía un ambiente un poco tenso, hasta que por fin llegamos. Las cuatro bajamos sin decir nada, solo miramos la ya conocida casa de Poche. Seguía tal y como la recordaba, aunque un poco desarreglada, hasta podría decir que triste.

- ¿Tocamos o la vas a llamar? - preguntó Emilia antes de tomarle la mano a su esposa.

- La llamare - contestó sacando su celular - Hola Poche... ¿Dónde estás?... Si, solo quería pasar a verte y platicar un poco... ¿En el taller?... Bueno ya voy para allá... bye - Camila colgó y volvió a guardar su teléfono en el bolso de su pantalón.

- ¿Está trabajando? - pregunté una vez que mi mejor amiga me vio.

- Si, no pasa nada, pero tenemos que ir caminando - respondió con una pequeña sonrisa - ¿Nos vamos? - nos preguntó. Todas comenzamos a caminar detrás de Camila durante unos minutos. Durante el transcurso logré ver aquel parque donde Poche y yo habíamos echo nuestro intento de graffiti, y donde también habíamos escapado de la policía.

- ¿En que tanto piensas? - me preguntó Camila.

- En nada, ¿Por? - respondí sin mirarla.

- Es que... -

- ¿Es allí? - preguntó Emilia apuntando hacia el taller que estaba enfrente de nosotras.

- Si - respondió la castaña antes de dejar de mirarme - Trata de no hacerla enojar Andi, ¿Puedes? - preguntó Camila mirando a la morena, quién levantó ambas manos en señal de rendición.

- Lo que usted diga - respondió.

- Vamos - dijo antes de comenzar a caminar hacia dentro del taller.

- Estoy muy nerviosa Emilia - le dije casi en un susurro.

- Tranquila Calle, mejor piensa en esto como una segunda oportunidad - respondió guiñándome el ojo, dejándome un poco desconcertada.

- ¿Poche? - preguntó Camila mirando hacia todos lados. Se escucharon unos pasos acercarse, y después de unos segundos, apareció Poche con la misma ropa, aunque un poco sucia y con un pedazo de tela con la que se estaba limpiando las manos. Ella al vernos, se sorprendió, pero no dijo nada, solo le sonrió a Camila, quien hizo lo mismo. No voy a negar que eso generó un poco de celos en mi.

- Espero no te moleste que las haya traído - dijo Camila con una sonrisa.

- No, no importa - respondió ella mientras se recargaba en el carro que estaba frente a nosotras.

- ¿Cómo has estado? - preguntó Andi tratando de sonar lo más tranquila posible, pero no lo logró.

- No me quejo, ¿Y ustedes?, ¿Cómo van con su relación? - respondió sin quitarme la mirada de encima, acción que me puso muy nerviosa.

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