Oʀɢᴜʟʟᴏsᴏs ᴅᴇ ᴍɪ

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𝟻

Daniela y su familia se encontraban sentados en la mesa cenando, su padre casi nunca llegaba temprano a la casa, así que casi nunca estaba la familia reunida, y agradecía eso, por que la mayoría del tiempo Germán y Emilia terminaban peleándose.

- ¿Como va la escuela? - pregunto Germán sin dejar de mirar su plato.

- Bien - las dos hermanas hablaron al mismo tiempo.

- Espero que así sea, igual por ti no me preocupo - volvió a hablar Germán mirando a Daniela para después mirar a Emilia - Si no por ti, ¿Es cierto que estás en el programa de excelencia musical? - Emilia solo asintió - Espero no sea una distracción, lo único en lo que deberías concentrarte es en la escuela y en prepararte para la universidad - termino de decir para seguir comiendo.

- Me quiero dedicar a la música... -

- Eso no está en discusión Emilia - Germán se escuchaba un poco molesto, y Daniela ya sabía cómo iba a terminar esta conversación.

- ¿Y por que no?, ¿No se supone que yo debería ser quien decida que hacer con mi vida? - le respondió Emilia dejando caer su tenedor a la mesa.

- Te recuerdo que yo soy tu padre, y mi obligación es encargarme que no arruines tu vida, no me importa lo que quieran ser, ustedes son unas Calle, y tienen que seguir los pasos de su familia, así que... ¿A donde vas? - Emilia se levantó de su silla y empezó a caminar hacia las escaleras - Te estoy hablando... !EMILIA! - gritó levantándose dispuesto a ir detrás de su hija.

- Espera, yo hablo con ella - dijo la madre de Calle rápidamente para frenar a su esposo - Tranquilízate por favor - volvió a decir antes de darse la vuelta para ir a buscar a su hija mayor. Daniela solo se mantuvo en silencio comiendo, no se atrevió a decir ni una sola palabra.

- Tu eres una verdadera Calle, no se que hicimos mal con tu hermana - sintió como la mano de su padre tomaba la suya - Eres la hija que siempre deseé tener, la hija perfecta - le dijo con una gran sonrisa - Se que se que serás una gran doctora - la presión en su pecho se hacía presente una vez más.

- Lo seré, hare que se sientan orgullosos - respondió Calle con una sonrisa forzada. Daniela desde niña se había convencido de ser doctora, aunque con el paso de los años, se dio cuenta que no era lo que quería, y aunque aún no tenía aún nada claro, sabía que dedicarse a la medicina no era lo que deseaba.

Daniela esperaba la hora para entrar a primera clase junto a Johann en el pasillo, ambos "hablaban", en realidad solo el lo hacía, ya que el chico interrumpía a Daniela cada que abría la boca.

- Tengo que ir al baño, nos vemos en la cafetería - dijo Daniela antes de empezar a caminar, y no tenía necesidad alguna, solo quería algo de espacio. Calle entro al baño que por suerte estaba solo, o al menos eso creyó ella, se recargó en el lavado y cerró los ojos, su padre y Johann siempre lograban provocarle esa presión en el pecho, los dos la asfixiaban, ella solo quería ser libre, quería ser feliz con quien ella quisiera, pero sabía que era demasiado cobarde para hacerlo... Empezó a sentir un nudo en la garganta y las lagrimas amenazaban con salir.

- ¿Estás bien? - escuchó una voz atrás de ella haciendo que volteara rápidamente - Lo siento, no quería asustarte - María José se disculpó antes de recargarse en el otro lavado junto a Daniela.

- No te preocupes - le contestó Daniela con una media sonrisa.

- No contestaste mi pregunta - la peli azul la miraba directamente a los ojos - ¿Daniela? - volvió a preguntar al ver que la chica no parecía reaccionar.

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