Oᴄᴛᴀᴠᴏs

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• POCHE •

- ¿Lista? - me dijo Majo mientras caminaba al lado de mi, dirigiéndose a su posición.

- Siempre - respondí segura.

El árbitro después de ver que todo estuviera en orden, hizo sonar su silbato, indicándonos que el partido por fin había comenzado.

La pelota estaba de nuestro lado, dando pequeños pases entre todas. Hasta el momento, la pelota no me había llegado a mi. Majo tocaba la mayoría de las pelotas, y era de esperarse, ya que era la creadora de juego.

Susy hizo un recorte hacia la izquierda, y me pasó el balón. Yo corrí para alcanzarlo, pero una defensa rival venía hacia mi, así que lo frene de un solo toque, y con mi cuerpo amague hacia enfrente, y eso provocó que la chica corriera hacia delante, y yo gire mi cuerpo rápidamente y corrí con el balón por todo el lateral izquierdo.

Vi de reojo como Eva corría hacia el centro, y sin pensarlo, patee el balón hacia ella, pero antes de que ella pudiera cabecear, otra defensa la mandó lejos de ahí.

El primer tiempo fue algo parejo, ellas atacaban pero nuestra defensa respondía, al igual que ellas, así que nos fuimos a empate al descanso.

Ya estábamos a cinco minutos de volver a salir al campo, ya con un poco más de energía y ganas de anotar ya un gol.

- Poche - me llamó Majo - Haz jugadas o amagues, tal vez logres alguna falta - sugirió la mexicana, y yo sin pensarlo asentí. ¿Provocar a las personas? Mi especialidad.

Todas volvimos al campo, esta vez el saque era de ellas. Una vez que el balón rodó, todas jugamos aún mejor que la primera mitad. Juliana recuperó el balón, y después de una pared con Susy, le centro el balón a Eva, pero no lo alcanzó, por suerte estaba yo atrás, y una vez que lo tuve en mis pies, hice lo que Majo me pidió. Comencé a hacer recortes, y amagues, hasta que vi la oportunidad perfecta. La chica ya comenzaba a desesperarse. Ella se encontraba muy pegada en mi espalda, mientras que yo protegía el balón a espaldas a la portería. En un movimiento ágil, arrastre el balón hacia atrás, y corrí junto a él, pero la chica en un intento de frenarme, me pateo el tobillo, provocando que cayera al suelo. Enseguida escuché el silbato del árbitro y las quejas del equipo contrario. Majo se acercó a mi, y con una sonrisa cómplice, me ofreció sus manos para levantarme, obvio las acepté.

- Bien hecho - dijo bajo mientras reía al igual que yo.

Todas nos posicionamos, y esperamos que nuestra capitán colocara el balón en el pequeño círculo del área.

Majo se alejó varios centímetros del balón, y después de unos segundos de concentración, se acercó trotando al balón, y pateo fuerte hacia la derecha, metiendo el balón entre los tres postes. El silbato y los gritos de la grada no se tardaron en escuchar. Todas corrimos a abrazar a Majo con una gran sonrisa. Era aún mejor que ella haya sido la que marcara el primer gol.

- Ahora si, ya ganamos - dije cuando deje de abrazarla.

- ¿Por qué estás tan segura? - preguntó.

- Por qué cuando un equipo anota un gol, se llena de confianza y el rival se desespera o se pone nervioso, ahí es donde debemos aprovechar al máximo, vas a ver que ahorita caen otros tres - dije con seguridad provocando que se riera.

Y así como lo dije, ellas comenzaron a perder muchos balones, y ya casi no tenían la posición. Era el minuto 67, así que varias de ellas estaban ya cansadas, eso quería decir que no correrían como antes. Yo no suelo correr en todo el partido, yo analizo y cuando tengo que correr lo hago, así guardo energía, eso es una de las tantas cosas que aprendí de mi ídolo.

El balón llegó a los pies de Majo, después a Valeria, y yo me desmarqué y corrí hacia el poste derecho, y ella me pasó el balón en un pase filtrado, pero escuché la voz de Juliana que corría detrás de mí, y con el talón de mi pie, golpeé el balón hacia atrás, dejándola completamente sola frente a la portería. Ni siquiera tuve que girar, solo me bastó con escuchar los gritos de alegría para saber qué fue gol.

Sentí como Juliana me abrazaba feliz, y después se unieron las demás.

- Golazo - dijo Valeria con una gran sonrisa. Todas asintieron.

A pesar de ir dos por encima, no estaba conforme, quería más, y tenía que hacerlo ya, por qué ya estábamos cerca del minuto noventa.

Por razones cualquieras, me encontraba en el medio del campo cuando la pelota me llegó. Con un recorte hacia la derecha, logré pasar a una rival, y después avancé un poco con el balón, le di un pase a Valeria y seguí corriendo, ella me devolvió el balón, y solo tuve que adelantarlo un poco y patear cruzado hacia la izquierda al ras del césped, y a solo unos centímetros de tocar el poste, el balón entró, y una vez más, escuché los gritos eufóricos de la grada. Me frene en seco para agarrar aire, pero no fue mucho ya que sentí como algunas de mis compañeros me abrazaron por la espalda. Después de los abrazos y las felicitaciones, camine con la cabeza agachada, mientras que con mi dedo índice, apuntaba a donde yo sabía perfectamente que se encontraba Calle, también sabía que estaba junto a Johann, y no quería que tuviera problemas, de todos formas sabe que es para ella.

Después de unos minutos, el partido por fin terminó, y felicité algunas de las rivales, y después fui hacia Majo, quien estaba junto a Claudia.

- Buen juego Garzón - dijo Claudia feliz.

- Creo que te buscan - dijo Majo tratando de ocultar su sonrisa.

Giré hacia atrás, y vi como Calle se acercaba a mí con una gran sonrisa, y cuando estuvo cerca, me abrazó fuertemente, yo obvio también la abracé feliz. No sé a qué se debe esto, pero no me quejo.

- Me encanta como se te ve el uniforme - dijo en un susurro, haciéndome sonreír como estúpida.

- Mejor sin el, ¿No? - respondí con un tono coqueto. Ella solo se río.

Enseguida sentí como Majo y Claudia nos abrazaron, y al abrir mis ojos pude entender la razón. Johann caminaba hacia nosotras molesto, pero al ver a las chicas, frenó en seco.
Yo aproveché para abrazar aún más fuerte a Calle.

Después de unos segundos, nos separamos, y las otras dos se alejaron un poco, mientras que Calle y yo nos sonreíamos como estúpidas.

- Que golazo metiste Poche - dijo Lauren llegando hasta donde estábamos.

- Aunque no entendí muy bien tu celebración, ¿Me explicas? - preguntó Andi con una sonrisa burlona.

- Cállate idiota - dije riéndome al igual que ella. Vi como Calle giraba su rostro hacia otro lado, también logré ver una pequeña sonrisa.

Después llegaron todos los demás, los dos Sebas, Mario, las chicas y el maldito de Johann, quien me felicitó muy hipócritamente, pero no le di importancia, con la felicitación de Calle me era más que suficiente.

Antes de irnos, Andi les recordó a todos la fiesta de mañana, y obvio nadie lo olvido. Solo esperaba que mañana fuera una gran noche, y no hacer nada de lo que fuera a arrepentirme.

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