𝟷𝟸
•CALLE•
- ¿Quería saber si querías ir? - Johann hablaba y hablaba desde que llegamos al colegio, y de verdad me estaba irritando - Amor, te estoy hablando - esta vez si lo miré. No sabía de qué hablaba así que solo asentí - Te va a encantar... puedes decirle a Camila que vaya, y yo le digo a Brad, ¿Sabes que se muere por ella? - el nombre de Camila sí que llamó mi atención, ¿Brad? ¿Quien putas es el?, decidí no preguntar, no era algo que me interesara. Así que volví a asentir - Perfecto hermosa, ¿Quieres que te acompañe a clases? - No.
- No es necesario, yo... - mis ojos se cruzaron con los de Poche, y con una sonrisa, hizo que no pudiera hablar, era como si me hubiera robado el aliento. Traté de disimular, literalmente mi novio estaba enfrente de mi.
- ¿Que carajos haces? - le pregunto Johann bruscamente a Poche. Yo me quedé congelada. ¿Nos descubrió?
- ¿Cómo? - contestó Poche con ambas cejas levantadas.
- ¿Por qué le sonríes de esa manera a mi novia? - preguntó de nuevo, levantando un poco el tono.
- No sabía que no podía sonreírle - dijo en tono burlón - Además deberías darme las gracias. Por mi, pudo sonreír al menos un poco - contestó con una sonrisa arrogante. Tuve que morderme el labio para no reír, podía empeorar la situación.
- Aléjate de ella - dijo acercándose a ella, y rápidamente me coloque entre los dos.
- Cálmate - dije agarrándole ambos brazos. Tenía miedo de que pudiera hacerle algo, aunque en el fondo sabía que no se atrevería, no era ese tipo de chico.
- No te quiero cerca de ella - dijo mirándome - Te lo prohíbo - ¿Qué?, No, no dijiste eso.
- ¿Cómo? - dije soltando una risa irónica.
- Lo que escuchaste Daniela - no me estaba agradando para nada el tono con el que me estaba hablando - Te quiero lejos de ella - ¿Qué carajos le pasaba?
- No, no me voy a alejar de ella, somos amigas - dije tratando de calmarlo, pero Poche no parecía querer ayudar.
- Y muy cercanas - habló detrás de mi. Volteé rápidamente mirándola con reproche.
- Aléjate de ella - dijo Johann tratando de acercarse, pero lo detuve.
- ¡Basta Johann! - grité harta. Me arrepentí enseguida al ver unos cuantos ojos curiosos mirándome - Hablamos mañana - me di la vuelta y camine lejos de los dos, sin mirar a nadie. No podía creer lo que acababa de pasar.
- ¿Qué fue eso? - escuché la voz de mi hermana, y frene en seco, mirándola. Estaba recargada en los lockers, mirándome con el ceño fruncido.
- Nada - respondí sin dar tanta explicación. Ya me encontraba un poco lejos de ellos, así que me preocupo el hecho de que nuestra pelea estúpida se haya escuchado por todo el pasillo.
- ¿Nada? - suspiro molesta - No quiero meterme, pero no deberías dejar que te hable así - dijo cruzándose de brazos.
- Tranquila, yo me encargo de eso - respondí segura. El tiempo de ir a clases llegó, y todos en aquel pasillo caminaron hacia sus respectivos salones, incluyéndome.
Estás ultimas semanas, mi vida se resumía en dos cosas, más bien, en dos personas, María José y Johann. Enfrente de todos, mi relación era perfecta, y me había encargado de que todos lo creyeran, por otro lado, cuando nadie nos veía, Poche me hacía sentir feliz y libre, aunque no sabíamos muy bien cómo acabaríamos, lo estábamos disfrutando. ¿Sin culpa? No, por su supuesto que no, me sentía muy mal por engañar a mi novio, y muchas veces pensé en poner fin a esto que tengo con María José, pero no puedo, ahora los sentimientos hacia ella eran más fuertes y claros. Prefiero quedarme con la anécdota que con las ganas.