Oᴛʀᴀ Nᴏᴄʜᴇ

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• CALLE•

¿Qué acababa de hacer? Literalmente le dije a Poche que aún la amo y que lucharé por ella, ¿Por qué me empeño en arruinar las cosas? Tal vez debería dejarla en paz, o al menos eso me dice mi cabeza, pero mi corazón quiere estar con ella, quiere aferrarse a este sentimiento que jamás he soltado, aún tengo esa maldita esperanza de ser libre y que sea ella quien me acompañe el resto de mi vida...

Al carajo, esta es mi oportunidad y si ella no quiere regresar conmigo, la dejaré ir tranquilamente, pero me esforzaré por ella, por que lo vale bastante, y espero que esto no se vuelva a salir de control.

Al día siguiente...

Aquí estoy nuevamente fuera del taller de Poche, con el corazón a mil y mi cabeza echa un desastre. ¿Estoy haciendo mal? No lo sé, me siento muy confundida, es como si volviera a tener 16 años y no tuviera ni idea de que es lo que tengo que hacer, aunque bueno así ha sido toda mi vida.
Después de unos minutos, me arme de valor para poder bajar del coche y caminar hacia el taller.

Toqué varias veces, y después de unos segundos la puerta se abrió, dejándome ver a Tomás, quien me miró sorprendido.

- ¿Necesitas algo? - preguntó con los ojos entrecerrados.

- Eh... ¿Está Poche? - pregunté evitando hacer contacto visual.

- Si, solo que está un poco ocupada y algo malhumorada, así que ten paciencia - respondió haciéndose aún lado para que pudiera pasar.

- Gracias Tomás - agradecí con una sonrisa.

- Nos vemos Calle, mucha suerte por que hoy sí que ni ella se aguanta - dijo riendo antes de irse.

Entré con cuidado, y mirando hacia todos lados, esperando ver a Poche, quien estaba acostada en una patineta mientras estaba debajo de un coche. Yo me coloqué por encima de ella, y por impulso, jalé la patineta, atrayéndola hacia mi. Poche asustada me miró, y en un par de segundos, sus mirada se tornó oscura y solo reflejaba molestia.

- ¿Qué te pasa? Pude haberme golpeado - dijo molesta.

Yo no pude responder, me quedé en blanco al ver su cuerpo sudado y un poco sucio, con sus pantalones color marinos y su camisa de tirantes, y sin ignorar el hecho de que aún estaba acostada, que por cierto, estaba por debajo de mi.

- ¿No vas a decir nada? - preguntó sacándome de mi transe.

- Lo siento, no pensé con claridad - respondí nerviosa.

- Si, créeme que eso lo tengo claro - dijo sentándose. Eso hizo que mis nervios subieran aún más, ya que su cabeza quedaba enfrente de mi pelvis.

- Solo quería saber cómo estabas Garzón, y si ya comiste... - al ver a a Poche levantándose y quedando a unos centímetros de mi rostro, me congelé.

- Te lo voy a decir una vez, y espero que te quede claro Daniela Calle, sácate esa estúpida idea de la cabeza de luchar por algo que ya está muerto, ¿Entiendes? - me dijo en un tono de amenaza, pero no le di importancia, me perdí en el movimiento de su labios - ¿Estás escuchándome? - preguntó de nuevo.

- Te ves muy bien hoy - contesté ganándome una mirada desaprobadora por parte suya.

- Estoy muy ocupada Calle, por favor no me quites mi tiempo - dijo poniendo los ojos en blanco antes de darse la vuelta para tomar uno de sus trapos.

- Solo pase rápido a verte, pero ya me voy Poche - conteste desanimada. Después de unos segundos de no recibir respuesta de su parte, decidí que lo mejor era irme, así que comencé a caminar hacia la salida, pero su mano tomó mi muñeca, deteniéndome.

- Lo siento Calle, hoy ha sido un día muy estresante, no quiero ser grosera - dijo mirándome algo apenada.

- No te preocupes... - respondí con mi mirada clavada en sus labios.

Inconscientemente comencé acercarme lentamente hacia ella, quien me sorprendió al hacer lo mismo. Quería besarla, anhelaba hacerlo desde hace años y hoy podría ser el día.

- ¿Poche? - una voz detrás de nosotras nos hizo separarnos de golpe. Giré rápidamente para ver de quién se trataba y para mi mala suerte, era Julieta.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó Poche nerviosa.

- Solo venía hablar contigo, como ya no has ido a buscarme, pero ya vi por qué - dijo mirándome de pies a cabeza con desprecio - ¿Cómo estás Daniela? - preguntó sin expresión.

- Bien, ¿Y tu? - respondí de la misma manera.

- Algo confundida, ¿Qué haces aquí? - preguntó mirándonos a ambas.

- ¿Se supone que te tengo que contestar? - pregunté cruzándome de brazos.

- ¿Necesitas algo? - dijo rápidamente Poche.

- Quería hablar contigo - contestó.

- Estoy ocupada así que sea rápido... bueno de hecho Calle ya se iba - dijo Poche mirándome.

- Si, si ya me voy - respondí cabizbaja - Nos vemos Poche - me despedí y me marché sin voltear atrás.

Camine hacia al coche y me subí azotando la puerta. Maldita sea, estuve apunto de besar a Poche y llega su estúpida ex novia. ¿Ex novia?, ¿Seguirá siéndolo?, ¿Por qué Poche se escuchaba nerviosa? Son bastantes preguntas de las cuales no obtendré respuesta, no podía llegar y reclamarle a Poche por qué ella estaba en todo su derecho de estar con quien quisiera. ¿Debería alejarme? No lo sé, no quiero hacerlo, pero no quiero molestarla, y mucho menos arruinar lo que sea que tengan, o bueno aún está la opción de preguntarle sobre ella.

Encendí el motor y conduje hasta la casa de Camila, donde ya estaban esperándome todas para cenar. Una vez que llegue, estacione el coche y entré sin muchos ánimos, pensando en la posibilidad de que Poche sienta algo por Julieta y no por mi, y el miedo de que ella realmente me haya olvidado.

- ¿Dónde estabas Calle? - preguntó Emilia desde la mesa.

- Salí a dar la vuelta - respondí.

- ¿Una vuelta por mi antiguo barrio? - preguntó burlona Andi.

- No, salí a ver a mis papás y de compras - contesté con sumamente seriedad aunque por dentro estaba muy nerviosa.

- ¿Y las bolsas? - preguntó Camila con los ojos entrecerrados.

- Eh... no encontré nada que me gustara - respondí con una sonrisa - ¿Qué es esto?, ¿Un interrogatorio? - pregunté riendo para cambiar el tema.

- Solo queremos saber sobre tu día Calle - contestó Emilia antes de seguir comiendo.

- Todo bien chicas, solo que estoy un poco cansada, hasta mañana - me despedí antes de irme a la habitación.
Me tiré a la cama derrotada, no tenía ganas ni de bañarme. El hecho de pensar en que Poche podía tener algo con Julieta, me mataba, aún siento el corazón a mil por todo lo ocurrido hoy.

¿Será que si pudo haber pasado algo más si no hubiera aparecido Julieta? Ojalá y la próxima vez no lo piense mucho, bueno si es que hay una próxima vez.


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