Esᴛᴜᴘɪᴅᴏ Dɪsᴄᴜʀsᴏ

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Los Calle se dirigían hacia la casa de los padres de Johann para asistir a la reunión donde habían sido invitados, y aunque Calle prefería hacer cualquier cosa que pasar horas al lado de Vera, no le quedaba opción. En cualquier otra ocasión hubiera inventado una excusa para no ver al chico, pero si su padre asistía, ella igual.

- Bienvenidos - dijo el hombre que les había abierto la puerta principal.
Daniela y su familia entraron a la gran casa de la familia Vera.

- German - hablo Franco, el padre de Johhan - Un gusto verte amigo mío - termino de decir antes de abrazarlo.

- Gracias por la invitación Franco - contesto Germán amable.

- No es nada - respondió el señor Verá antes de saludar Mafe y a Emilia - Daniela preciosa, ¿Emocionada? - pregunto y Calle no pudo ocultar su cara de confusión y eso provocó la risa de aquel hombre - Hoy comienza una gran historia de amor - dijo brindándole una gran sonrisa a la menor de la familia Calle. Pasaron unos cuantos minutos y la castaña no decía nada, era como si le hubieran echado un balde de agua fría encima, estaba completamente roja y nerviosa, y aunque nadie lo noto, sus manos temblaban sin parar.

- Daniela - Germán intentó llamar la atención de su hija al no ver reacción alguna.

- Déjala en paz Germán, es obvio que lo está, el amor no puede ocultarse - hablo de nuevo Franco.

- Tienes razón, y estoy seguro que esta historia de amor no tendrá fin - agregó Germán. Su madre no había hablado aún, pero estaba atenta a la conversación y a Daniela, mirándola fijamente, tratando de analizar el comportamiento de su hija menor.

Después de aquella pequeña conversación, todos se dirigieron comedor, y para la desgracia de Calle, tuvo que sentarse al lado de Johann, quien no paraba de sonreírle, y de hablarle de una sorpresa que tenía preparada para ella, y Daniela solo podía rezar para que no fuera lo que estaba pensando.

Había pasado ya una hora desde que la cena se sirvió, todo iba normal, su padre, y Franco conversaban de sus negocios con otros sujetos a quienes Daniela desconocía, las señoras a excepción de su madre, hablaban sobre moda, sus hijos, y sobre todo de tirarle mierda a sus "amigas", unas auténticas hipócritas, pero Calle no le presto mucha atención, ni siquiera a el chico sentado junta a ella, solo podía ver a su madre, quien no había dicho una sola palabra desde que llegaron, solo miraba su plato vacío, era claro que ella no encajaba en ese lugar, tan hermosa y educada, Daniela amaba a su padre pero aveces no entendía por que su madre estaba con el, pero probablemente por la misma razón por la cual ella tenía que estar con Johann, simplemente no tuvo opción. Los pensamientos de Calle se esfumaron una vez que escuchó a castaño levantarse de su silla, y al voltear a verlo, este solo le dio un guiño y una sonrisa.

- Familia y amigos, perdón por interrumpirles, pero quiero que todos sean testigos de este gran momento, en el cual dos familias exitosas comenzaran a unirse, en el cual mi historia de amor comenzara - les dijo Johann a todos los presentes, para al ultimo ofrecerle su mano a Daniela para que se pusiera de pie junto a él - Muchas mujeres quieren estar en tu lugar, estar conmigo para muchas puede llegar a ser un privilegio, pero no me importa, por que yo te elijo a ti, y siempre lo haré, seré tu príncipe azul y espero en unos años ser tu rey, pero antes de todo eso, debo preguntar... ¿Quieres ser mi novia? - Daniela tenía una gran sonrisa en su rostro, cualquiera en aquella mesa podía pensar que la chica estaba ilusionada o tal vez conmovida, pero era parte del engaño de la gran Daniela Calle, y no podrían culparlos, la castaña tenía años de experiencia en mentir, pero era todo lo contrario, sentía una tristeza enorme por no poder ser ella misma, por no poder ser feliz, por no ser ella quien pudiera elegir con quien pasar el resto de su vida o por lo menos a quien amar y no sentirse culpable ni enferma por ello, también se sentía muy molesta con el chico, no solo por su estupido discurso, si no también por la manera en que se lo había pedido, prácticamente obligándola a aceptar por la presión de tener a su familia y a todas estas personas presentes, había sido algo muy bajo y ruin, aunque su corazón le decía que la cobarde era ella, por que no pudo rechazarlo.

SkyfallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora