Todo salió perfecto.
A pesar de la pelea de mis mejores amigos idiotas, todo quedó perdonado tan pronto como Phoebe caminó hacia mi en ese precioso vestido ajustado que compró.
Mierda, se ve preciosa.
La ceremonia fue bastante breve y ahora puedo disfrutar de la fiesta con mi familia.
—¿Nene? ¿Estás bien? —Phoebe me toca el brazo y sus ojos brillan de preocupación.
—Si, lo siento, ¿Qué dijiste?
Sus cejas caen en su frente.
—Te decía que hablé con papá y finalmente está de acuerdo en que nos hayamos mudado del ático. Tal parece que tener a Teddy fuera de la casa les da tranquilidad.
Eso llama mi atención.
—Bueno, me sorprende, sabiendo lo controlador que es tu papá. Y creí que Ted ya no se metía en problemas.
Ambos miramos hacia la improvisada barra del alcohol, donde Ted, Jason y Reynolds beben una cerveza como si fueran amigos de toda la vida.
—Por cierto, ¿Todavía te parece bien que pospongamos la luna de miel?
—Si, no te preocupes por eso. —desliza las manos dentro de mi cabello—. Ya tendremos tiempo de viajar cuando tu empresa se establezca. Hasta podríamos tomarlo como viaje de negocios.
—Si.
Mi esposa es muy comprensiva. Ella sostiene mi cabeza y me atrae para un beso.
Mis manos bajan en automático por su espalda y se apoyan cómodamente sobre su culo en ese vestido.
—Nena, ¿Ya dije que me encanta tu vestido? Trataré de no romperlo esta noche cuando tenga el placer de quitártelo.
Phoebe se ríe y vuelve a besarme, esta vez su lengua se desliza más profundamente en mi boca y me hace gemir.
—Alto ahí, señor Sawyer. Es la hora de los bailes y no querrá estar ahí con una erección.
Mierda, tiene razón.
Las primeras en acercarse son mamá y la señora Grey, así que me comporto lo mejor que puedo, al menos hasta que es el turno de Marcie.
—Jimmy boy. —me saluda con ese ridículo apodo que me puso de niño—. Estoy sorprendida de que te casaras antes que yo.
—Lo siento. —mi mirada se mueve al cabrón que nos mira con demasiada atención—. Eso podría cambiar pero, ¿Hay algo que quieras confesar? ¿Sobre tú y Reynolds?
No soy ningún idiota despistado. He visto como Reynolds y Jason se pelean por hablar con ella, parecen jodidos niños pero al menos ninguno está mirando a mi esposa.
—¿Yo? ¿Qué tendría que confesar? —intenta parecer inocente pero la conozco—. Nada ha pasado entre nosotros.
—Pero te gustaría... —insisto.
Mi hermana mayor hace una mueca.
—Es un niño, Jamie. Tiene tu edad.
—No lo soy, hermana. Acabo de casarme. —levanto la mano para mostrarle mi anillo—. Greg es bastante capaz de tomar decisiones como un adulto.
—Entonces, ¿No te importaría que salga con él?
Mierda. No estoy seguro de querer saber si Reynolds tiene sexo con mi hermana.
—Carajo, si me importa. Pero eres mi hermana y quiero que seas feliz, no quiero que dejes ir la oportunidad por mi.
Me mira fijamente por largos segundos, luego una sonrisa se extiende por sus labios.
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Nosotros (Mío #5)
FanfictionQuinto libro de la serie Mío. Aquí encontrarás las historias de los hijos de nuestros policías favoritos.