*Hey, ¿Cómo estás? Espero que bien. Oye solo quiero decir que no te preocupes por nada, me estoy encargando de cuidar a Phoebe por ti, ¿Está bien? Ningún cabrón playero se acercará a ella. Mándame mensaje cuando puedas*.
Teddy.
El nombre de mi mejor amigo aparece en el remitente del primer mensaje que reviso y la sangre me hierve al instante.
—¿Que no me preocupe? ¡Hay un maldito cabrón playero detrás de mi chica! —gruño apretando el móvil con la mano, mis únicos 10 minutos para contactar con mi familia después de la última misión. Mierda, odio estar tan lejos de Phoebe.
Salgo de la conversación con Ted y voy directo a la de mi novia, echando un vistazo rápido a todas las fotos que me ha enviado en las últimas dos semanas como siempre hace. Es como leer su diario.
—¿Qué? —la voz de Reynolds viene desde atrás—. ¿Un cabrón playero? ¡Déjame ver!
Intenta tomar mi teléfono para mirar las fotos de mi novia, pero le doy un codazo en el abdomen y se retuerce, usando su arma como bastón.
—Ni lo pienses, —le digo—. Ya te dije que consigas tu propia novia, amigo.
Me aparto de él para buscar un lugar más tranquilo, aunque eso es un poco difícil estando en la misma zona que otras 200 personas. Busco el contacto de Phoebe y presiono el número, sabiendo que en Seattle debe ser alguna hora de la madrugada.
El timbre suena al menos tres veces antes de que ella conteste con voz adormilada.
—¿Si?
—Phoebe.
—Si, ella habla. —la escucho susurrar algo sobre la hora—. Oh, por Dios, ¿Jamie?
—Si, nena. Soy yo. Al fin me autorizaron a llamarte. —debido al riesgo en el que estamos, la comunicación con nuestras familias está muy restringida.
—¡Jamie! —chilla, luego un golpe seco suena de su lado de la línea—. Carajo, ¡Estoy bien! ¡Estoy despierta!
Mi chica es una dormilona, así que debo haberla tomado desprevenida. Es tan linda.
—Nena, no tengo mucho tiempo así que voy a ir directo al grano. ¿Me estás engañando?
—¿Qué? —escucho un jadeo ofendido—. ¡Por supuesto que no! ¿Cómo puedes decir eso?
¿Debería delatar a Ted y decirle lo que sé?
—¿Está algún chico que no sea tus hermanos o Liam muy cerca de ti últimamente?
A mí novia le toma algunos largos segundos para responder, y simplemente no me gusta que tenga que pensarlo tanto.
—Bueno, si. —su voz es baja y tranquila—. No voy a mentir, nene. Tengo un nuevo amigo, que en realidad también es amigo de Teddy. ¿Te lo dijo?
—Si. Mencionó a un chico que parece muy interesado en ti. ¿Debo preocuparme? ¿O simplemente enviar a Marcie a hacerse cargo?
—¡Dios, no! Te aseguro que puedo hacerme cargo yo misma, Jamie. Y si lo que intentas es romper conmigo, no está funcionando.
Un suspiro de alivio me abandona.
—Carajo no, nena. Solamente estoy frustrado porque alguien quiere a mi chica y estoy del otro lado del maldito mundo sin poder hacer nada.
Phoebe se ríe y el sonido es tan reconfortante que quisiera grabarlo para escucharlo cada noche.
—Nada de lo que debas preocuparte, mi amor. Además, creo que no soy su tipo.
¿No lo es? ¿Entonces por qué Ted dijo...? La maldita cosa se pone más confusa.
Bueno, me ocuparé de eso después. Miro el reloj y veo que quedan un par de minutos antes de que deba terminar la llamada.
—Bien. ¿Y como está todo por allá? ¿Alguna novedad?
—No, todo ha estado muy tranquilo desde que el señor Sawyer salió del hospital, y papá dijo que va a adelantar sus vacaciones para...
—¿Cómo dijiste? —interrumpo porque creo que escuché mal—. ¿Papá estaba en el hospital?
Un sonido ahogado viene del lado de Phoebe, luego su tono cambia a algo más desinteresado e inocente.
—¿Oh, no lo sabías? Puede que papá disparara por accidente a tu papá durante el trabajo, nada personal, nene.
¿Qué? Carajo, ¿De verdad lo hizo? Y son mejores amigos de toda la vida, no quiero ni imaginarme lo que podría hacer cuando esté molesto.
—¿Y está bien? Mi papá, quiero decir. —carajo, necesito terminar esta llamada y hablar rápidamente con papá.
¿Por qué mamá o mis hermanas no me llamaron? No me gusta que me oculten cosas importantes.
—Lo vi en el hospital cuando lo dieron de alta, Jamie. No fue grave, pero de todas formas mamá le ordenó descansar.
—Debería llamarlo, nena. Te llamaré la próxima vez que me lo permitan y me cuentas cómo te fue con tus exámenes. —me siento más tranquilo de saber que no hay amenazas—. Y dale un mensaje a tu amigo de mi parte.
—¿Cuál?
—Dile que estaré pendiente de él, sabrá de mi muy pronto. —echo un vistazo sobre mi hombro a la figura que se acerca. Reynolds—. Conozco a alguien que tiene contactos.
Evito decir que mi buen amigo Gregory Reynolds es alguna clase de hacker que va por la vida seduciendo mujeres con sus historias fantásticas y ahora con su uniforme de los marines.
Phoebe se queda muda por algunos segundos, no sé si de incredulidad o confusión.
—Yo... Em... No creo que... —un carraspeo pequeño—. Si, claro. Le diré, nene.
Buena chica.
Me despido de mi linda novia porque el puto Reynolds ya está detrás de mi, gritando para hablarle.
—¡Hey, chica! ¿Cómo te llamas?
Phoebe se ríe.
—¡Cierra la maldita boca, hombre! Y no le hables.
—¿Por qué? —intenta arrebatarme el teléfono—. ¿Tienes miedo que se interese por mí?
—¡Jamás! —empujo su cabezota fuera de mi vista, pero el forcejeo hace que mi teléfono se caiga sobre la arena—. Agh, mira lo que hiciste, imbécil.
El jodido Reynolds se ríe, luego frunce las cejas.
—¿A quien estabas amenazando? ¿Necesitas que robe su información y la ponga en una página porno?
—Eso podría interesarme. —pero primero necesito el puto nombre—. Tal vez. Solo déjame conseguir el nombre.
Podría decirle a Greg que entre en las redes sociales de Phoebe para obtener al maldito imbécil, pero no quiero que tenga acceso a sus fotos.
Decido entonces mandarle un mensaje a mi mejor amigo.
*¿Quién es ese idiota?*.
La respuesta llega en segundos.
*Jason Abernathy*.
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.F3RGrey muchas felicidades a la mini Fercita ☺️ Un abrazo fuerte de parte de todas sus tías. ❤️✨
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Nosotros (Mío #5)
FanficQuinto libro de la serie Mío. Aquí encontrarás las historias de los hijos de nuestros policías favoritos.