En este trabajo, las cosas pueden irse a la mierda demasiado rápido. Como ahora...
—¡Theodore! ¡Jason! —escucho la voz de mamá y giro para mirarla, porque por supuesto es de las primeras en llegar—. ¿Qué paso? ¿Están bien?
Ella me mira de arriba a abajo, luego dentro de la barricada que Jase y yo creamos en torno a los dos vehículos en el centro de la intersección. A primera vista parece solo un accidente entre dos autos, pero no lo es.
—Estamos bien, jefa. —uso mi voz formal para dirigirme a ella—. Detuvimos a la suv gris en el retén de la salida, son dos chicos universitarios. Todo parecía bien hasta que notamos un olor a hierba y decidimos revisar el auto.
Señalo a la distancia, al auto que está volcado sobre su costado y a los chicos que sostienen armas contra civiles.
—Se pusieron nerviosos, aceleraron y chocaron contra esta otra camioneta familiar que llevaba la preferencia. —hago una pausa para que ella observe la escena completa, con las otras dos auto patrullas custodiando el perímetro—. Tomaron a la familia como rehen en su intento de huir.
—Carajo. —suspira mamá—. Odio las situaciones de rehenes.
Lo sé.
La última vez que estuvimos en una, mi cuñado Jamie resultó herido y mi hermana casi se vuelve loca.
—¿Jamie viene en camino?
—Si. Le dije que su papá también viene, supongo que imagina lo que está pasando.
—Bueno, rayos. Tu papá se está volviendo un poco loco de saber que Phoebe podría aparecer por aquí ahora que comenzó a hacer sus prácticas como enfermera de urgencias.
Carajo. Esto ya empieza a parecer una reunión familiar en lugar de una intervención de la policía de Seattle. Aunque supongo que eso pasa cuando todos ellos son tu familia.
La sirena de un auto patrulla se hace más fuerte conforme avanza y se detiene de forma abrupta unos metros atrás, las llantas rechinan cuando frena.
No tengo que mirar para saber que es papá y el señor Sawyer, su conducción lo delata.
—¿Qué está pasando? —gruñe papá acercándose, su cabello castaño salpicado de canas está medio revuelto por pasarse las manos.
—Tenemos dos rehenes, dos sospechosos. —mamá señala con un gesto—. Ted, dame un chaleco, me voy a acercar .
—¿Qué? —gritamos papá y yo.
Aunque papá parece mucho más afectado, yo entiendo la posición en la que ella se encuentra como jefa de la policía.
—De ninguna jodida manera, Cerecita. Envía al maldito jefe de los azules.
Mamá gira para mirar a Corey detrás de ella y papá imita su movimiento, lo observan hablar por radio con quién sea que lo haga.
El señor Sawyer se acerca con su maletín largo en la mano.
—¿A quién voy a matar?
Mamá pone los ojos en blanco, papá solo parece exasperado y Jase mira al padre de Jamie como si fuera Stallone.
Mamá corrige al señor Sawyer y dirige el asunto.
—A nadie, Luke. Preferiría que todo mundo respirara cuando esto acabe, pero tenemos a dos secuestradores en este momento. En caso de ser necesario, ¿Podrías hacer un tiro?
Ella señala a la calle y yo también miro porque creí que los francotiradores necesitaban subir a edificios o algo así. Aquí en medio de la carretera solo hay asfalto y más autos.
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Nosotros (Mío #5)
FanfictionQuinto libro de la serie Mío. Aquí encontrarás las historias de los hijos de nuestros policías favoritos.