—¿Crees que Jamie piense en mi? —Phoebe se remueve del otro lado del sofá.
—No.
—¿Crees que se acuerde de mi después de todo este tiempo?
—No.
Phoebe resopla de nuevo, molesta porque la estoy ignorando mientras juego mi partida de Free Fire y ella apareció para hablar de mi mejor amigo.
—Carajo, Phoebe. No lo sé. —se queda callada y sigo hablando—. Solo déjalo en paz, está haciendo cosas peligrosas y Jamie es el cabrón más distraído que conozco. No me gustaría que se volara una mano porque estaba pensando en ti mientras sostenía una granada.
Ella debe imaginarlo también porque su cara se arruga en una mueca confusa.
—¿Lo crees capaz de algo así?
—Si. —Dios lo ayude con eso—. Estamos hablando del mismo chico que tomó la clase de inglés avanzada toda una semana porque se equivocó de salón.
El tonto ni siquiera se dió cuenta que no eran sus compañeros habituales hasta que la maestra lo mencionó.
—No quiero que le pase algo por mi culpa.
Se queda callada por un momento, o al menos eso pensé hasta que escucho sus sollozos bajos. Phoebe solo llora por coraje, así que estoy un poco sorprendido.
Aparto el control del xbox para mirarla.
—Phoebe... —giro hacia ella e intento tocar su brazo—. Lo que digo es que lo dejes concentrarse y tú también deberías. Cuentas cada maldito día y será una tortura para ambos, simplemente déjalo estar.
Supongo que mis palabras no la reconfortaron tanto como quería porque ella se levanta de un brinco y se dirige a las escaleras.
—¡Oye! —si la dejo llorar y mis papás se dan cuenta, estaré de vuelta en el castigo—. Espera.
Se detiene al pie de la escalera y me mira, mis manos la sostienen por los hombros.
—Phoebs, eres mi hermana y te quiero mucho. Y Jamie es mi mejor amigo, así que espero que esto entre ustedes termine bien o terminaré perdiendo a uno de los dos. Por eso mismo te digo que te apartes. Déjalo enfocarse y enfócate en ti misma, deja que el tiempo pase y prepárate para que cuando vuelva, encuentre a la hermosa chica por la cual valió la pena ir al ejército por tres años.
Mi hermanita pequeña arruga la cara y suelta otro sollozo.
—Carajo, Phoebe. ¡Deja de llorar!
Ella da la vuelta y sube corriendo las escaleras, luego se escucha el portazo cuando llega a su habitación.
—Bueno, mierda. Apesto para esto.
Arrastro mis pies de vuelta a la sala pero no tomo el control, me quedo mirando la pantalla suspendida por un momento. Lo suficiente para que mamá se deslice a mi lado en el sofá.
—Gracias, cariño. —mamá me besa la cabeza—. Eso fue muy honesto de tu parte, y creo que a Phoebe le hacía falta escucharlo.
—No quería que llorara. —me quejo, pero mamá me abraza.
Se levanta y señala las escaleras.
—Creo que iré a ver cómo está. Tal vez esté de humor para hacer yoga.
¿Yoga? Dudo que mi obstinada hermana quiera, pero qué más da. Reactivo mi partida y juego el resto de la tarde hasta la hora de la cena.
Phoebe no baja a cenar, lo que hace que papá arrugue las cejas de disgusto, luego nos mira a Harry y a mi.
—¿Pasó algo con su hermana?
Ambos negamos.
—Extraña a Jamie. —digo, sin querer dar más detalles.
Harry, por otro lado, tiene mucho qué decir.
—Está siendo paranoica porque cree que Jamie se va a enamorar de alguno de sus compañeros o algo así, sinceramente creo que es solo una crisis de adaptación, pronto volverá a la normalidad. —sus cejas castañas se levantan—. ¿O se olvidará de él? Eso sería catastrófico.
—Dudo que lo haga. —ya ha estado detrás de él por tres años, tres años más no la detendrán.
—Carajo. —papá se frota los ojos—. Estoy haciéndome viejo para todo esto.
Miro a mi hermano y él encoge los hombros antes de engullir el resto de su cena en tiempo récord. Papá me mira por largos segundos.
—¿Ted?
Dejo la cuchara a un lado para mirarlo.
—¿Si?
Presiona los labios en una fina línea como cuando está molesto, e intento pensar en lo que hice.
—Estaba pensando en que no te he preguntado sobre la universidad. ¿Alguna idea de lo que te gustaría estudiar?
Lo he estado pensando desde que Jamie se fue y no me he decidido. ¿Debería ser estudiante de policía? ¿Estudiar negocios? ¿Ser un empleado independiente?
—No lo sé. —tengo qué admitir que la academia de policía no me desagrada—. Sigo pensando en qué soy bueno, ¿Tal vez deba estudiar algo sobre diseño? ¿Crees que deba intentar con la academia?
Papá ladea la boca.
—Necesitas disciplina, Ted. Si quieres intentar la academia, me parece bien, solo asegúrate de que sea lo que en realidad quieres.
Intento imaginarme a mi mismo con el uniforme, conduciendo una patrulla y vigilando las calles. Si, sin duda ser policía también requiere concentración y reacción rápida.
—Lo haré, papá.
Papá asiente, luciendo satisfecho con la respuesta y levanta su taza para beber otro trago de café. Mamá elige ese momento para bajar las escaleras.
—Lo siento, Phoebe no se sentía bien. —toma su lugar junto a papá y nos mira—. ¿De que hablan?
Giro para mirar a papá y él le sonríe.
—De que Ted podría ser el próximo policía en la familia.
La boca de mamá se abre con sorpresa.
—No sabía que te interesaba, cariño. ¿Estás seguro?
No.
—Creo que todavía tengo tiempo de pensar en mis opciones, ¿Verdad?
Ambos sonríen y asienten, volviendo a sus tazas de café. Terminé mi cena rápido, así que tomo mi plato y lo llevo a la cocina, la voz de papá escuchándose fuerte y clara.
—Carajo, nena. Los niños se irán a la universidad demasiado pronto para mi gusto.
—Amor, pensé que estarías emocionado de verlos partir.
—Tal vez. —dice cuando voy por el pasillo y me dirijo a las escaleras—. Pero voy a admitir justo ahora que me gusta tenerlos cerca, a todos ellos. Incluso al chico Sawyer y a Kavanagh.
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Nosotros (Mío #5)
FanfictionQuinto libro de la serie Mío. Aquí encontrarás las historias de los hijos de nuestros policías favoritos.