—Espero que no te importe. —digo ofreciendo una sonrisa de disculpa a mi cuñada.
Maddie también sonríe.
—Todo está bien, Phoebe, te juro que lo entiendo. —levanta su propia copa y da un sorbo—. Además, no sabría cómo planear una despedida de soltera tan divertida como Marcie.
Echo una vistazo al enorme salón del bar de su familia y veo a la otra gemela pelirroja bailando justo en el centro, en la improvisada pista de baile.
—Al menos se divierte. —digo y ambas reímos.
Estuve de acuerdo cuando Jamie sugirió agregar una dama de honor para que vaya con Ted porque de todas formas ya había pensado en hacerlo. Amo a Jenny, pero si la hubiera dejado elegir, estaríamos en un restaurant cinco estrellas o en un concierto de la sinfónica.
Marcie gira en la pista, moviendo la cadera de una forma que hace que casi todos los hombres en el bar la miren.
—Es la dueña, ¿Debería estar haciendo eso?
Mi cuñada señala con el pulgar hacia la barra, donde nuestras madres también beben una copa.
—Hoy mamá está a cargo y Marcie es tu dama de honor. ¿Dónde está Jenny?
Rayos.
Un vistazo rápido a mi reloj y me doy cuenta que Jenny está llegando tarde. Busco el móvil en el bolsillo y encuentro su número.
—Voy a llamarla, debería estar aquí ahora.
Presiono el botón pero no es necesario que espere en la línea porque Jenny atraviesa la puerta del bar con una bolsa rosa en las manos.
Levanto el brazo para que me vea y viene inmediatamente a sentarse.
—Siento el retraso, me tomó mucho tiempo convencer a papá de que sería una fiesta sin alcohol.
Bueno, rayos.
Debido a que Jenny y yo somos las más jóvenes, lo único que podemos beber son piñas coladas sin alcohol que la mamá de Jamie prepara.
Obviamente los chicos si beberán hasta la embriaguez porque, además, todos tienen la edad para hacerlo.
En momentos como este extraño a mi querido Liam.
Marcie abandona la pista para venir y refrescarse, tomando una silla entre su hermana y Jenny.
—Ah, esto es tan divertido. —se toma el último trago de cerveza y levanta la mano con la botella vacia—. Y es genial estar aquí como una clienta.
Maddie se ríe.
—Una clienta que no paga.
El timbre de un teléfono empieza a sonar fuerte y las cuatro revisamos, notando que es precisamente el de Marcie.
—Ah, chico. Reynolds quiere saber dónde estamos.
¿Reynolds? ¿Por qué Greg querría...?
—¿Sales con él? —mi tono es un chillido de asombro.
Marcie se ríe, agitando el mensaje de texto en alto.
—Este podría ser mi hermano preguntado a través de su padrino, ¿No lo crees?
¿Lo haría? Ciertamente no preguntó qué haríamos, solo mencioné que Marcie estaba a cargo. Tiene sentido que envíe a alguien a preguntar.
Me inclino hacia Jenny para hablarle.
—¿Teddy sigue tratando de contactarte?
—Bloqueé su número, así que no lo sé. Al menos ha tenido la decencia de no aparecer por mi casa.
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Nosotros (Mío #5)
Fiksi PenggemarQuinto libro de la serie Mío. Aquí encontrarás las historias de los hijos de nuestros policías favoritos.