Estoy mirando la pantalla del televisor, pero en realidad no estoy prestando atención. Mis pensamientos están en una casa de Broadview y en una chica que vive ahí.
—¡Carajo! —grita Liam, lanzando el control del xbox a un lado.
Junto a él, Marcie se ríe y le hace una seña de burla.
—¡Perdiste, chico! ¿Dónde están mis 5 dólares?
Esto es absurdo. Apostar para ver quién gana en Mortal Kombat es tonto, sobre todo porque sabemos que mis hermanas son malditamente buenas en eso, incluso papá dijo que no puede esperar para que sean el problema de otro hombre.
A mamá no le hizo gracia.
Liam saca el billete de su bolsillo y lo entrega a mi hermana, luego se desparrama sobre el sofá con un quejido adolorido y ojos cerrados que solo hace reír a Marcie otra vez.
Me levanto del sofá y voy a la cocina con Maddie porque ella está haciendo tacos para la cena, así que tomo uno cuando ella no presta atención.
—¡Jamie! —chilla, supongo que si estaba mirando—. ¡Debes esperar un poco más!
—No puedo. —hago un puchero para mi hermana—. Tengo mucha hambre.
Sus manos van a la cadera en ese gesto que le aprendió a mamá.
—Eres un pequeño glotón, Jamie. ¿Qué vamos a hacer contigo? —pone más tacos sobre el plato y sonríe—. O mejor dicho, ¿Qué va a hacer la pobre Phoebe contigo?
Pensar en mi chica me hace sonreír.
—Quererme más. Y no dejar que su papá me golpeé.
Estoy exagerando un poco, pero eso no impide que las actitudes sobreprotectoras de mis hermanas se activen. Marcie gira la cabeza y frunce las cejas.
—¿El señor Grey ha intentado golpearte, Jimmy Boy?
—No.
Marcie insiste.
—No mientas.
—No lo hace. —Liam se integra a la conversación, todavía desparramado en mi sala—. Si lo hubiera hecho, Phoebe ya habría planeado algo en venganza.
—Oh, Dios. —Maddie luce preocupada—. ¿Sería capaz de algo así? No la tomé por una chica rencorosa.
—Lo es. —decimos Liam y yo al unísono, lo que me molesta un poco hasta que recuerdo que ellos son mejores amigos.
Marcie y Liam se levantan del sofá y se acercan a la barra de la cocina para alcanzar los tacos que Maddie dijo que no comiéramos, pero hey, tenemos hambre y es la hora de la cena.
—¡Despacio! No es un concurso, al menos mastiquen con cuidado.
¿Para comer más lento? No, gracias.
Empujo otro taco en mi boca y suspiro de felicidad. Como necesito algo para hacer bajar todo esto, estiro el brazo para alcanzar uno de los vasos con refresco de cereza que mi hermana sirvió, pero no lo alcanzo.
—¡Un vaso! Hey Liam, ¿Podrías...? —lo miro para saber por qué no me acerca mi vaso pero el muy tonto está ahí mirando a mi hermana—. ¡Liam!
El grito lo hace saltar y reaccionar, atrayendo también las miradas de mis hermanas y mi amigo se torna rojo igual que un tomate. Marcie entrecierra los ojos con mirada acusadora.
—¿Por qué gritas? —me golpea el brazo—. Y deja de molestar al niño, ¿No ves que está triste por su mamá?
Maddie pone los ojos en blanco.
—Gracias por la sensibilidad, hermana. —le dedica una mirada preocupada a Liam—. ¿Están bien? ¿Quieres llamarla?
Sé que hace tiempo la señora Kavanagh le pagaba a mis hermanas por cuidar al bebé Liam y de vez en cuando también estaba la bebé Phoebe. Y sé que no debería preocuparme porque para ella, Liam es más como un hermano, solo que últimamente no puedo evitarlo, siento celos.
El sonido de la cerradura de la puerta nos hace girar a todos a tiempo para ver entrar a papá y mamá, hablan bajito y se ríen antes de mirarnos.
—Oh, olvidé que estarían todos aquí. —mamá arquea las cejas—. Yo, emm, iré a refrescarme.
Pasa directo a su habitación y entonces las miradas vuelven a papá.
—Si, bueno. —nos sonríe con un entusiasmo sospechoso—. Les sugiero que tomen la cena y suban a sus habitaciones, lleven todo lo que ocupen.
—Eww. —se queja Marcie—. Creo que acabo de perder el apetito.
De todas formas ponemos los tacos en platos y llevamos los vasos de refresco hasta el piso de arriba, mis hermanas van a sus habitaciones y Liam y yo a la mía. Como prometí dejarle mi cama, lanzo una cobija y almohada al piso.
—Oye Jamie, gracias por invitarme. —dice Liam antes de morder su tercer taco—. De verdad no quería estar solo en mi casa.
—No hay problema.
Sus ojos recorren mi habitación rápidamente, mirando los pósters y mis figuras de anime, luego frunce las cejas.
—¿Qué? —pregunto.
—No tienes fotos de Phoebe, lo cual me parece extraño. Estaba casi seguro que habría tapizado tu cuarto con sus fotos para que solo pensaras en ella.
Jamás se me ocurrió.
—Esa es una buena idea, ¿Crees que debería pedirle una foto?
—Si. —su mueca me dice que le parece obvio—. Las parejas tienen fotos de si mismos por todos lados, sé que papá y mamá lo hacen todo el tiempo y las colocan en la mesita de la sala.
—Creo que lo haré la próxima vez que la vea. Gracias por la sugerencia.
Alcanzo otro taco y lo muerdo, Liam hace lo mismo con los de su plato. Su expresión se torna tan triste que intento distraerlo.
—¿Y qué hay de ti? ¿Alguna chica que te interese?
Le toma algunos segundos y un suspiro responder.
—Si, pero no es algo correspondido.
Rayos.
—¿Por qué? ¿Tiene novio?
Sus cejas rubias se arrugan en su frente.
—No que yo sepa, pero es tan hermosa que seguramente tiene chicos detrás de ella todo el tiempo.
—¿Sabe que te gusta?
Mi amigo me mira y desvía la mirada a su refresco.
—No.
—Suena complicado. —intento decir algo que lo anime pero no se me ocurre nada—. ¿Por qué no lo intentas y se lo dices? Ella podría sentir lo mismo que tú.
—Lo dudo. Ella me ve como un hermano o algo así.
Bueno, jódeme... Creo que a Liam si le gusta mi novia.
.
.
.Capítulo nuevo 💙
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Nosotros (Mío #5)
FanfictionQuinto libro de la serie Mío. Aquí encontrarás las historias de los hijos de nuestros policías favoritos.