Los días pasaron rápidamente desde que Rhaelle y Lucerys tuvieron su conversación en la playa. Aunque el joven había tomado la decisión de regresar a su verdadera familia, cada amanecer traía consigo una mezcla de emoción y miedo. Las horas que solían ser tranquilas y predecibles ahora estaban llenas de pensamientos inciertos y un constante nudo en su estómago.
Una noche, mientras el la luna iluminaba el horizonte, Rhaelle entró en la habitación de Lucerys. Él estaba sentado en la cama, observando el pequeño baúl a sus pies, con algunas pertenencias esparcidas alrededor. Al ver la preocupación en sus ojos, Rhaelle se acercó lentamente, sentándose a su lado.
—Es hora de irnos, Lucerys —dijo ella con suavidad, colocando una mano reconfortante sobre su hombro—. No podemos demorarnos más.
Lucerys la miró, su rostro reflejando la mezcla de emociones que lo atormentaban. Aunque había decidido regresar con ella, la realidad de lo que eso significaba ahora lo abrumaba.
—Tengo miedo, tía —admitió en voz baja—. No sé si... si me van a aceptar otra vez.
Rhaelle lo miró con ternura, entendiendo el peso de sus preocupaciones. —Te entiendo, Luke —respondió, con voz suave—. Pero, ellos te han extrañado cada día, y no hay nada en este mundo que deseen más que tenerte de vuelta con ellos.
Lucerys bajó la mirada, asimilando sus palabras. Sabía que Rhaelle no mentiría, pero aún así, el temor persistía en su corazón. —¿De verdad crees que me aceptarán? —preguntó, su voz temblando ligeramente.
Rhaelle asintió con firmeza, sosteniendo su mirada. —Estoy segura de ello —respondió—. Tu madre ha sufrido profundamente por tu pérdida, y el solo hecho de saber que estás vivo le dará la esperanza que tanto necesita. Y no solo ella, Jacaerys, Rhaena quien algunas vez fue tu prometida... todos han sentido tu ausencia. Volverás a donde perteneces, y serás recibido como el príncipe que eres.
Lucerys sintió un pequeño alivio en sus palabras, aunque los nervios seguían presentes.
—¿Qué debo hacer? —preguntó finalmente, intentando reunir el valor que sabía que necesitaría.
Rhaelle le sonrió. —Lo primero es empacar tus cosas —dijo, señalando el baúl a sus pies—. No necesitas llevar mucho, solo lo esencial. La vida en Dragonstone será diferente, y encontrarás lo que necesites allá. Pero hay algo más que debemos hacer antes de irnos.
Lucerys asintió, sabiendo exactamente a qué se refería. Desde la noche en que decidió partir, había estado evitando pensar en la despedida que se avecinaba. Aunque sabía que Rhaelle tenía razón, y que su lugar estaba con su verdadera familia, la idea de dejar atrás a la mujer que lo había criado, a la que había llamado madre durante tantos años, era un dolor que no estaba preparado para enfrentar.
—Tenemos que hablar con Aldara y Erland —dijo Rhaelle con suavidad—. Ellos merecen saber la verdad, y aunque será difícil, es lo correcto. No puedes irte sin despedirte de ellos.
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DEBER Y SACRIFICIO | house of the dragon
FanfictionLa última hija del rey Viserys y la reina Alicent tiene muchos más deberes de los que pensaba y el primero de ellos es casarse con ser Criston...