010 - Jovenes amantes

1.7K 157 2
                                    

Los príncipes esos días se habían hecho buenos amigos y quizás algo más, a pesar de todo lo que había pasado años antes ahora ya eran más grandes y podían dejar esos problemas de la niñez y disgustos de sus familias atrás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los príncipes esos días se habían hecho buenos amigos y quizás algo más, a pesar de todo lo que había pasado años antes ahora ya eran más grandes y podían dejar esos problemas de la niñez y disgustos de sus familias atrás.

El cielo sobre Dragonstone estaba despejado y azul cuando Rhaelle y Jacaerys se encontraron en la cima de una de las montañas más altas de la isla. Los dragones de ambos, estaban cerca, revoloteando ansiosos por emprender el vuelo. Rhaelle había sugerido una carrera, y Jacaerys, había aceptado de inmediato.

"¿Lista?" preguntó Jacaerys, con una chispa de emoción en los ojos.

Rhaelle asintió, con una determinación que igualaba la de su sobrino.

"Siempre estoy lista" respondio, con una leve sonrisa. "¿La meta?"

"La playa del este, la que tiene las rocas puntiagudas" dijo él, señalando hacia el horizonte. "El primero en aterrizar gana."

Con un grito a sus dragones, ambos se elevaron en el aire al mismo tiempo, dejando una estela de viento y cenizas tras de sí. La sensación de libertad que sentía Rhaelle cada vez que volaba era indescriptible. A pesar de las diferencias y el odio que habían impuesto entre sus familias, aquí en el cielo, eran simplemente dos jinetes de dragón.

Mistral, con su elegancia natural, cortaba el aire con rapidez, mientras Vermax, optaba por la fuerza y la resistencia. Volaron juntos, esquivando montañas y sobrevolando el mar que bañaba las costas de Dragonstone. Durante unos momentos, ambos estuvieron casi empatados, pero al final, Rhaelle, con una risa triunfal, logró aterrizar primero en la playa.

Jacaerys la alcanzó pocos segundos después, riendo también, sin mostrar signos de frustración.

"Creo que me has ganado por poco esta vez" dijo, bajando de su dragón y caminando hacia ella.

"La próxima vez quizás tengas más suerte" respondió ella, bajando de Mistral y acariciando el cuello de su dragón, que resoplaba satisfecho.

Se quedaron un rato en la playa, dejando que los dragones descansaran mientras ellos caminaban por la orilla, hablando de todo y de nada. El viento del mar era refrescante, y los dos disfrutaban de la calma que la isla les ofrecía.

Días después, una noche, mientras las estrellas brillaban, los príncipes se encontraban en una de las terrazas de la fortaleza, con vistas al mar. El sonido de las olas golpeando las rocas abajo era un acompañamiento constante mientras se sentaban en silencio, disfrutando de la tranquilidad de la noche.

"Es difícil imaginar que todo esto algún día será mío" dijo Jacaerys, rompiendo el silencio. "Todas estas responsabilidades, todo este poder. A veces me pregunto si realmente estoy preparado."

"No creo que nadie esté realmente preparado para lo que nos espera" respondió. "Pero tampoco creo que podamos escapar de ello."

Jacaerys la miró, sus ojos lilas brillando con la luz de las estrellas.

"No quiero decepcionar a nadie, no quiero decepcionar a mi madre."

Rhaelle se volvió hacia él, su expresión suave.

"Te entiendo, Jace. Más de lo que imaginas. Aunque lo mío es más sencillo, yo no voy a ser reina."

Él asintió lentamente con una pequeña sonrisa en sus labios.

Se quedaron un rato en la playa, dejando que los dragones descansaran mientras ellos caminaban por la orilla, hablando de todo y de nada. El viento del mar era refrescante, y los dos disfrutaban de la calma que la isla les ofrecía. Entre conversación y risas, compartían besos, disfrutando de la intimidad que solo Dragonstone les podía ofrecer.

Días antes a la tragedia por Driftmark

Jace y Rhaelle se encontraban caminando por el palacio en la oscuridad de la noche, tratando de no hacer ruido y esperando que nadie los descubriese. Quería pasar un momento divertido a solas y que nadie los mirase. Jace había descubierto que no había nada en el mundo más perfecto para Rhaelle que la sensación de volar en su dragón, la libertad que sentía al hacerlo era divina. Y rhaelle descubrió por la propia boca de jace que no había nada en el mundo más perfecto para el que pasar el tiempo con ella, bueno exceptuando a su familia, jace adoraba pasar tiempo con su familia, sus hermanos.

Mientras se seguían aventurando, finalmente encontraron un balcón escondido en una parte tranquila. Jace miró a su alrededor para asegurarse de que estaban solos antes de acercarse a Rhaelle y besarla. La fresca brisa nocturna jugaba con sus cabellos mientras se fundían en el beso. Cuando se separaron el apoyo su frente con la de ella y le sonrió con una sonrisa traviesa bailando en sus labios. Ella le devolvió la sonrisa y volvió a besarlo. Aún no habían pasado más allá del beso pero Jace no quería presionarla, después de todo ella ya estaba casada.

Permanecieron juntos en el balcón por un tiempo más, disfrutando del silencio de la noche y la compañía el uno del otro. El palacio dormía bajo un manto estrellado. Jace contó anécdotas de sus travesuras con sus hermanos, haciendo reír a Rhaelle con historias divertidas que la hicieron sentir parte de su vida más allá de los deberes formales. Rhaelle no podía evitar estar encantada por el, pero tampoco podía evitar pensar en algo más.

"Jace," comenzó con voz suave pero firme, "¿Qué crees que pasará cuando regrese a King's Landing con Criston?"

Jace suspiró profundamente, sabiendo que esta conversación inevitablemente llegaría. Tomó las manos de Rhaelle entre las suyas, sintiendo el contacto cálido y reconfortante de sus dedos entrelazados. "Sabes que no puedo predecir el futuro," respondió con sinceridad, sus ojos oscuros buscando los de ella. "Pero lo que sé es que no quiero perderte. Encontraremos la forma de estar juntos, de una manera u otra, como mi madre lo hizo con mi padre".

"Y así murió". Replicó Rhaelle alejándose de él.

"Es complicado, lo sé," murmuró, con una nota de tristeza en su voz. "Pero a veces el amor significa muerte, y si años de felicidad son suficientes para tapar el dolor, lo haría y moriría mil veces si se que me amas".

Jace acarició su mejilla con ternura, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos. "No puedo negar que te quiero y no lo negaría tampoco, espero que tu no lo hagas."

"No podría negarlo." Eso era todo lo que él necesitaba para ser feliz, la confirmación de que ella también lo quería.

Y en los susurros de la noche callada, se juran eternidad en cada beso, promesas selladas en el lienzo del cielo, como jóvenes amantes.

Aunque el mundo gire y los separe, su amor es un lazo que no se desata, se encuentran en el rincón más íntimo, donde la pasión y el alma se arrebata.

Que sus historias se tejan en estrellas, y sus risas resuenen como un eco, porque en la juventud de su amor eterno, cada instante es un destello.

Oh que hermoso ser joven y creer que la vida esta en paz.

Hasta que no lo está.














Hasta que no lo está

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DEBER Y SACRIFICIO | house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora