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Dos meses después de la conversación con Helaena, el ambiente en King's Landingestaba impregnado de emoción y nerviosismo. La boda de Lucerys y Rhaena se había convertido en el evento más esperado.
El gran salón de la Fortaleza Roja estaba adornado con los colores de ambas casas: el rojo y el dorado de los Targaryen, junto con el azul profundo y plateado de los Velaryon. Las paredes estaban decoradas con tapices que representaban dragones alados y mares bravos, y el aire estaba impregnado de el perfume de flores frescas, traídas desde los jardines del castillo.
Rhaelle, vestida con un impresionante vestido de seda morado, se encontraba en un rincón del salón, observando a su sobrino y a su prima mientras se preparaban para la ceremonia. Su corazón latía con fuerza al ver a Rhaena en su vestido de novia, una creación deslumbrante que parecía brillar con luz propia. El vestido de Rhaena era de un blanco puro, adornado con bordados dorados y detalles de encaje que caían suavemente alrededor de su figura. Llevaba una tiara de perlas que acentuaba su cabello plateado, lo que la hacía parecer una verdadera princesa.
La emoción se palpaba en el aire mientras los invitados tomaban sus asientos. Rhaena estaba visiblemente nerviosa, pero una vez que Lucerys entró en el salón, la sonrisa iluminó su rostro. Él llevaba un atuendo ceremonial azul y dorado con un broche en forma de dragón en su pecho.
La ceremonia comenzó con la llegada del maestre, quien, dirigió a los jóvenes en sus votos. Las palabras resonaban en el gran salón, y cada "acepto" que pronunciaban parecía llevarse consigo cualquier duda de Lucerys o rastro que creía haber sentido por Rhaelle. Rhaelle sintió una mezcla de felicidad y nostalgia al observar cómo su sobrino y su prima intercambiaban miradas llenas de amor y devoción.
A medida que los votos se intercambiaban, Rhaelle se sintió abrumada por la emoción. Cuando el maestre pronunció las palabras que unían a Lucerys y Rhaena, una ola de aplausos estalló en el salón. Todos los presentes estaban felices de celebrar este nuevo capítulo.
Después de la ceremonia, se organizó un banquete en el gran salón. Las mesas estaban llenas de manjares, desde aves asadas hasta dulces decorados, y el vino fluía libremente. Los risas y los brindis resonaban por toda la sala, llenando el aire de alegría.
Rhaelle, siempre observadora, vio cómo Helaena se acercaba a Lucerys y Rhaena, abrazándolos con amor. En un rincón del salón, mientras la celebración continuaba, Jacaerys se acercó a Rhaelle, tomando su mano con ternura.
—Hoy es un buen día—dijo, mirando a los recién casados, con una sonrisa—. ¿Cómo está el?
Rhaelle asintió, mirando como su marido tocaba su vientre.
—El o ella —dijo Rhaelle con una sonrisa. —Pero esta muy bien.
La noche avanzó y las danzas comenzaron. Rhaelle se unió a la celebración, disfrutando de la música y el baile.
