Ese día, Rhaelle se encontraba en sus aposentos, descansando junto a sus pequeños. La habitación estaba impregnada del suave aroma de las flores frescas que sus damas de compañía habían traído. Los pequeños respiraban de manera acompasada, ajenos al tumulto del mundo exterior.
Para una joven de 15 años los últimos días habían sido agotadores. Después de lo que había pasado con su madre no la había visto, no quería verla y la evitaba a toca cosa. Criston por su parte había estado ausente la mayor parte del tiempo. Aunque lo veía durante el día, su madre siempre se lo llevaba para discutir asuntos importantes, especialmente desde la reciente coronación de Aegon, que había aumentado la necesidad de seguridad y vigilancia. Rhaelle sabía que debería haber dicho algo al respecto, pero por ahora no le importaba. Tenía dos bebés de los que encargarse, y su bienestar era su prioridad absoluta.
No había querido participar mucho en los asuntos del consejo después de aquel problema. Los días ahora seguían una rutina tranquila pero solitaria. Pasaba las mañanas alimentando y cuidando a los bebés, asegurándose de que recibieran la mejor atención posible. A pesar de sus días ocupados se había podido enterar que Aemond sería enviado a Bastión de Tormentas para hablar con Lord Borros Baratheon para asegurar su apoyo a la causa de Aegon. Rhaelle odiaba a los arrogantes Baratheon y si podía evitar respirar el mismo aire que ellos, lo haría.
"Rhaelle." Llamó Alicent antes de entrar por la puerta de la habitación de su hija.
"Madre, que sorpresa, ¿Que te trae por aquí?." Preguntó Rhaelle levantándose de su asiento.
"Quería ver a mis nietos, ¿donde están?." "Ellos están durmiendo." Empezó diciendo la princesa. "A sido todo un desafío que durmieran."
"Así es la vida de una madre, una vez que nace tu primer bebé todo se complica." Decía Alicent mientras acariciaba su vientre aún muy embarazado.
"¿A qué viene esto madre?, no parecía importarte cuando me avergonzaste. A demás, casarme para darle hijos al reino era la idea, no las complicaciones que podría traerme." Rhaelle miraba por la ventana mientras decía estas palabras. "La vida en se complicó en realidad cuando asumimos al trono."
"Tu hermano lo hizo." Respondió su madre. "Todos lo hicimos." Dijo la princesa y se volteó para ver a su madre. "Cuando Aegon fue coronado nuestras cabezas los hicieron también pero con una corona de m*erte."
"¿Que es lo que dices niña?." Increpó Alicent. "La guerra se acerca, nadie en su sano juicio dejaría que coronen a otro en su lugar después de haber sido tantos años heredero."
"Tu padre cambio de opinión a último momento, el quiso a Aegon en el trono." "Mi padre estaba casi muerto, el no podría haber concebido palabra aunque lo hubiese querido." Al terminar esa oración el pequeño Daemond se despertó de su siesta y comenzó a llorar fuertemente. "Por favor madre, déjame a solas con mis hijos."
Los bebes parecían no querer colaborar con su madre asi que a Rhaelle le parecío buena idea llevarlos a la fosa de dragones para que conocieran a Mistral, llamo a Lyanna y pidió que la acompañase aunque sabia que a su doncella no le gustaban los dragones pero Rhaelle le había asegurado que la iba a cuidar y los cuidadores de los dragones estarían allí para que no le pasase nada.
"No te preocupes Lyanna, no van a comerte." dijo la princesa en voz alta. "Por ahora." agregó susurrando por lo bajo mientras entraban a la fosa.
Mientras más se adentraban más oscuro parecía y la princesa empezó a cantar para llamar a su dragón. "Drakari pykiros
Tīkummo jemiros
Yn lantyz bartossa
Saelot vāedis." (1) Apenas lo escucho Lyanna sintió algo raro pero sabia que era por la situación. "Hen ñuhā elēnī:
Perzyssy vestretis
Se gēlȳn irūdaks
Ānogrose." (2) Poco a poco Mistral se dejaba ver saliendo de la oscuridad y buscando de su jinete."Rytsas Mistral." (3) Llamó Rhaelle, después de este llamado la princesa se giró a mirar a Lyanna y le indicó que le entregará a su otro bebé. "Mazis." (4) volvió a llamar, cuando el dragón se acercó la princesa pudo presentárselos a Mistral. Los pequeños miraban muy despiertos al dragón con una pequeña sonrisa de sus bocas. Desde la oscuridad Rhaelle pudo ver dos pequeños dragones salir, sabía que eran de una de las camadas de Syrax de hacía ya uno años que nunca habían llegado a eclosionar hasta hace unos meses cuando ella había quedado embarazada que los dragones habían querido nacer. "¿Has estado cuidándolos, eh?."
Los dragones trataron de acercarse a Rhaelle pero casi que no pueden cuando el rugido de Mistral los alejo. "Lykiri Mistral ... Dohaeras." (5) Los pequeños volvieron a acercarse pero cada uno a un lado de la princesa, no pidiendo por ella sino por sus hijos, Rhaelle se acercó más a la altura de los dragones y estos eligieron cada uno a uno de los niños, en ese momento la princesa supo que su pequeños ya habían reclamado a un dragón aún sin saberlo. "Jiōrna Firewings se Blackscales." (6) Rhaelle dio la bienvenida a los dragones para después despedirse del suyo e irse de la fosa, ahora sus hijos estaban tranquilos.
"Donde estabas?." La presencia de Criston en la habitación fue lo primero que vio Rhaelle al entrar. "Lleve a los niños a la fosa."
"No lo vuelvas a hacer." La voz de Criston sonaba algo enojada pero ciertamente no había motivo para tal enojo. "Son dragones, necesitan estar cerca de ellos."
"Lyanna por favor, acuesta a los niños y dejanos." La doncella tenía en sus brazos a Daemond al cuál acostó en su cuna y después tomó al otro, Aegon y lo acostó.
"Creo que a veces olvidas que soy tu esposo y debes hacer lo que te digo." Dijo Criston acercándose mas ella. "Y tu olvidas que soy tu esposa, madre de tus hijos y princesa de Dragonstone, me debes respeto." Rápidamente Criston tomó del brazo a Rhaelle apretando fuertemente tratando de hacerle daño esperando que la princesa le suplicara que la suelte. "Puedes apretar más fuerte esposo, si eso quieres pero un dragón no se doblega."
Después de esas palabras Criston solo a Rhaelle y salió de la habitación enojado con la habitación. Al salir la princesa miro su brazo y vio lo rojo que había quedado pero no hizo nada, tomó un baño y se acostó al lado de la cuna de sus hijos y por fin descansar.
(1) Quien respira fuego
Líder alado
Pero dos cabezas
A la tercera cantan(2) De mi voz:
Los fuegos han hablado
Y el precio se ha pagado
Con magia de sangre(3) Hola Mistral
(4) Ven
(5) Calma Mistral ... obedece
(6) Bienvenido Firewings y BlackscalesEl domingo seguramente abra otro capítulo, trato de ser bastante constante porque tengo muchas ideas para escribir.
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DEBER Y SACRIFICIO | house of the dragon
FanficLa última hija del rey Viserys y la reina Alicent tiene muchos más deberes de los que pensaba y el primero de ellos es casarse con ser Criston...