005 - Una mañana complicada

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La luz del amanecer se filtraba a través de los ventanales del cuarto, pintando suaves tonos dorados sobre las paredes

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La luz del amanecer se filtraba a través de los ventanales del cuarto, pintando suaves tonos dorados sobre las paredes. Rhaelle se desperezó, sintiendo la calidez del sol en su piel y sintiéndose sola sin Criston a su lado. Con un movimiento lento, apartó las sábanas y se sentó al borde de la cama, sus pies descalzos rozando el frío suelo.

Su doncella se encontraba allí preparando su vestido color verde oscuro. Con un suspiro, Rhaelle se dirigió a tina llena de agua tibia que la esperaba desde hacía unos minutos. Mientras se sumergía en el agua sentía cómo el calor relajaba sus músculos y despejaba su mente de todos los sucesos de la noche anterior. Amaba tomarse su tiempo en el agua y disfrutar de los aceites esenciales.

Más tarde la princesa se vistió y peinó recogiendo los mechones de su hermoso cabello blanco en algunas trenzas. Finalmente, salió de su habitación y caminó por los pasillos del palacio hacia los aposentos de su madre, no sin antes cruzarse a su hermano Aemond que trató de hablar con ella y ella simplemente lo ignoró.

Alicent estaba de pie junto a la ventana de su aposento, sus manos apretadas en puños y su semblante tenso. La puerta se abrió y Rhaelle entró con una expresión de curiosidad, que pronto se tornó en preocupación al ver la ira en los ojos de su madre.

"Madre, ¿qué sucede?". preguntó Rhaelle, acercándose cautelosamente.

Alicent se giró bruscamente, sus ojos brillando con indignación.

"!¿Qué sucede?!". repitió, su voz cargada de reproche. "Te vieron con Aemond ayer en la noche, ¿Eres estupida niña?."

"Ah, eso. No pasó nada madre". Respondió Rhaelle acercándose a ella.

"Eso espero, lo último que necesito es que los rumores sobre ti despierten y quedes arruinada". Alicent tomó fuerte la cara de Rhaelle con una de sus manos para decirle esto y no la soltó haya que no terminó.

"Lo siento, madre. No pensé que...". "¡Exacto, no pensaste!". Alicent la interrumpió, su voz temblando de frustración". Necesitas ser más cautelosa. Ya hay demasiados ojos sobre nosotros, esperando cualquier desliz para atacar."

"Esta bien madre". Alicent la vio y le indicó con el dedo que se fuera a lo que ella hizo caso.

Rhaelle seguía enojada con Aemond por lo que había pasado e incluso ahora estaba más enojada que antes, en este momento solo tenía dos únicas ideas es un mente, o matarlo o terminar lo que había empezado.

Como no sabía que hacer decidió visitar a su hermana Halaena y a sus sobrinos en sus aposentos donde pasaban mucho tiempo allí. La luz del mediodía iluminaba los pasillos del castillo mientras Rhaelle caminaba. El aire estaba impregnado con el suave aroma de las flores del jardín cercano, y los sonidos lejanos de toda clase de aves la molestaban.

DEBER Y SACRIFICIO | house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora