El sueño se repitió en si mismo. Y allí, en medio de ese caos, Lucerys apareció nuevamente. Su rostro mostraba la misma desesperación que la vez anterior, con su mano extendida hacia ella, pidiendo ayuda. Esta vez, su voz logró salir, pero era apenas un susurro angustiado que se perdía entre las llamas.
—¡Lucerys! —gritó en el sueño, pero su voz fue ahogada por el rugido del fuego.
El mismo patrón se repitió, cuando intentó acercarse a él, las sombras la bloquearon, y el fuego creció hasta que Lucerys se desvaneció en la tormenta de llamas. Pero esta vez, antes de que todo se desvaneciera, una imagen persistente quedó en su mente, una pequeña estrella brillante, suspendida en la distancia, como si la guiara hacia algún lugar.
Rhaelle se despertó de golpe, su corazón latiendo con fuerza, y esta vez no pudo simplemente ignorar lo que había visto. Se sentó en la cama, con la respiración agitada, y miró a Jacaerys, quien seguía dormido profundamente. El sueño no la había dejado con la misma sensación de inquietud, sino con una nueva certeza, una que no podía dejar de lado, ¿y si Lucerys no estaba muerto? ¿Y si él estaba perdido, necesitando ayuda?.
Sin perder más tiempo, se levantó silenciosamente de la cama, asegurándose de no despertar a Jacaerys. Se vistió con un manto para protegerse del frío de la noche y salió de sus aposentos con pasos ligeros. El castillo estaba en silencio, sus pasillos oscuros y vacíos. Yendo al exterior, allí donde el aire fresco de la noche la envolvió. El cielo estaba despejado, y las estrellas brillaban con intensidad. Se detuvo en medio del patio, mirando a su alrededor, y luego, casi como un susurro involuntario, dejó escapar las palabras que llenaban su mente.
—¿Dónde estás, Lucerys?.
Las palabras se perdieron en el aire, pero Rhaelle no esperaba una respuesta. Sin embargo, algo en su interior la empujó a levantar la vista hacia el cielo. Sus ojos se detuvieron en una pequeña estrella, más brillante que las demás, que parecía pulsar con una energía propia. La estrella estaba posicionada directamente sobre una pequeña isla, no muy lejos de Dragonstone. Rhaelle sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Esa estrella, esa pequeña luz en la distancia. Parecía estar posada sobre esa isla, no podía explicar cómo lo sabía, pero la certeza crecía en su interior, Lucerys podría estar allí, esperando ser encontrado.
Sin dudarlo más, Rhaelle giró sobre sus talones, decidida a seguir esa señal. Si había alguna posibilidad, por mínima que fuera, de que su sobrino estuviera vivo, tenía que intentarlo. Y esa estrella parecía ser su única guía en la oscuridad. La princesa regresó apresuradamente al interior del castillo. Necesitaba preparar todo para su partida antes de que alguien pudiera detenerla. Sin perder más tiempo, se dirigió hacia la habitación donde su doncella, Lyanna, dormía.
Abrió la puerta suavemente, permitiendo que la luz de la luna se filtrara en la habitación, y se acercó a la cama donde Lyanna descansaba.
—Lyanna —susurró Rhaelle, tocando suavemente el hombro de la joven para despertarla—. Necesito que me ayudes.
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DEBER Y SACRIFICIO | house of the dragon
FanfictionLa última hija del rey Viserys y la reina Alicent tiene muchos más deberes de los que pensaba y el primero de ellos es casarse con ser Criston...