Capítulo 4: Preparativos

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Casa de Stefania, Los Ángeles

Stefania despertó temprano, como era su costumbre, con la primera luz del día filtrándose a través de las cortinas de su espaciosa habitación. La calma de la mañana en Los Ángeles no reflejaba la tormenta que se estaba gestando en su interior. Desde que Danielle y su padre la llamaron novata, algo se encendió dentro de ella. Estaba decidida a demostrarles que se habían metido con la persona equivocada. No solo les demostraría que no era una novata, sino que conocerían lo que era enfrentarse a la personalidad italiana en primera persona.

Su casa, ubicada en uno de los barrios más exclusivos de Los Ángeles, era un reflejo de su éxito y determinación. Una moderna construcción con amplios ventanales que permitían la entrada de luz natural, rodeada de vegetación bien cuidada y una imponente piscina que brillaba bajo el sol matutino. En el interior, la decoración era elegante y minimalista, con muebles de líneas limpias y detalles que reflejaban su pasión por la velocidad, como cuadros de autos y trofeos en vitrinas.

Bajó a su sala de entrenamiento, donde la esperaba Jeff, su fiel perra. "Vamos, Jeff. Es hora de trabajar", dijo Stefania con una sonrisa, acariciando a su compañera antes de comenzar su rutina.

El entrenamiento de Stefania era intenso. Comenzó con ejercicios aeróbicos para fortalecer su resistencia, seguida de una sesión de pesas en su gimnasio privado, completamente equipado con máquinas de última generación. Pero lo que realmente esperaba era su tiempo en el ring de boxeo. Cada golpe que lanzaba contra el saco de boxeo estaba cargado de la frustración que sentía, de la furia que Danielle Savre y su padre habían desatado en ella.

"¿Por qué no puedo sacármela de la cabeza?", murmuró entre dientes mientras lanzaba un gancho de derecha. "Es mi rival. Debo odiarla... para poder superarla. Le voy a demostrar que está equivocada, que no soy ninguna novata, y que no juego sucio como ellos. Esa rubia no sabe con quién se ha metido."

Después de más de una hora de entrenamiento, con su cuerpo cubierto de sudor y sus músculos ardiendo, Stefania decidió tomarse un descanso. Se dirigió a su simulador de carreras, una de sus posesiones más preciadas. En una sala amplia y techada con pantallas envolventes, el simulador le permitía perfeccionar sus habilidades al volante sin salir de casa. Se sentó, ajustó el casco y encendió el sistema, mientras Jeff se acurrucaba a su lado.

Pero incluso en el simulador, donde normalmente se sentía completamente enfocada, la imagen de Danielle y aquellos ojos azules seguían apareciendo en su mente. "Basta," se dijo a sí misma. "Voy a demostrarle a los Savre que se equivocaron conmigo."

Stefania cerró los ojos por un momento, respiró hondo y se mentalizó. Tenía que odiarla. Tenía que superar ese sentimiento si quería ser la mejor.

Mansión de los Savre, Los Ángeles

Mientras tanto, la situación en la mansión de los Savre era completamente distinta. Danielle seguía en su habitación, rodeada de enfermeros que la cuidaban bajo las órdenes estrictas de Richard Savre. El padre de Danielle estaba obsesionado con mantener en secreto lo que realmente había sucedido. La caída de su hija durante el entrenamiento extremo era una debilidad que no podía permitirse mostrar, especialmente ante sus peligrosos asociados en las apuestas.

Richard se paseaba nerviosamente por su oficina, el ceño fruncido y la mandíbula apretada. El teléfono sonó, y él contestó de inmediato. "¿Qué noticias tienes?", preguntó sin preámbulos.

"Todo está bajo control, señor Savre", respondió una voz al otro lado de la línea. "Los enfermeros saben lo que tienen que decir si alguien pregunta. Es solo un simple resfriado."

Richard asintió, aunque sabía que no podía confiarse. "Bien. Asegúrate de que no se filtre ninguna información sobre su colapso. No podemos permitir que las apuestas caigan."

"Entendido. ¿Y la señorita Savre? ¿Ha dicho algo?"

"No", respondió Richard fríamente. "No tiene idea de lo que está pasando. Y prefiero que siga siendo así."

Colgó el teléfono y se quedó mirando la ventana, sus pensamientos oscuros y calculadores. Sabía que estaba jugando con fuego, pero los beneficios potenciales eran demasiado grandes para ignorarlos. Si alguien se enteraba de lo que estaba haciendo, su reputación, su imperio, todo podría venirse abajo.

Habitación de Danielle

En su habitación, Danielle estaba rodeada de enfermeros que la monitoreaban de cerca. Sus ojos se abrieron lentamente, y un enfermero se acercó rápidamente. "Señorita Savre, ¿cómo se siente?"

"¿Qué... qué pasó?", murmuró Danielle, aún desorientada.

"Solo un poco de agotamiento, señorita. Nada grave. Necesita descansar."

Danielle intentó incorporarse, pero su cuerpo aún estaba débil. "¿Y el entrenamiento? No puedo detenerme. Mi padre..."

"Su padre ha ordenado que descanse", interrumpió el enfermero, con una mirada que no admitía discusión. "Todo está bajo control."

Danielle se dejó caer de nuevo en la almohada, sintiéndose impotente. Algo no estaba bien. Lo sentía en su interior, pero no tenía fuerzas para discutir.

Oficina de Richard Savre

Mientras tanto, Richard recibió una visita inesperada. Un hombre vestido de traje, con una expresión seria, entró en su oficina sin previo aviso. "Richard", dijo, su tono severo. "Hemos escuchado rumores sobre la última carrera. No puedes permitirte otro error."

Richard se volvió hacia él, con una mirada dura. "No habrá otro error. Estoy tomando todas las precauciones necesarias."

"Más te vale", respondió el hombre, acercándose. "Sabes lo que está en juego. Si fallas, no habrá segundas oportunidades."

Richard sintió un escalofrío, pero su rostro no mostró ninguna emoción. "Lo tengo bajo control."

El hombre lo miró fijamente antes de salir de la oficina, dejando a Richard en la creciente tensión de su situación. El peso de las apuestas y el peligro que representaban estaban empezando a ahogarlo, pero no podía permitir que nada, ni siquiera su hija, se interpusiera en su camino.

Casa de Stefania

Esa noche, Stefania se sentó en su sala de estar, con Jeff acurrucada a su lado. Estaba agotada, pero su mente no podía descansar. Pensaba en la carrera, en Richard Savre, y en Danielle. Algo en todo eso no cuadraba. Sentía que había más en juego de lo que parecía a simple vista.

Es solo una rival, se dijo a sí misma en voz alta, como si necesitara convencer a su propio corazón. Pero en el fondo, sabía que la conexión que sentía con Danielle era diferente, y eso la asustaba más que cualquier carrera.

Mansión de los Savre

Danielle, aún débil, miró el techo de su habitación. Sentía que estaba perdiendo el control de su propia vida. Quería correr, quería competir, pero su cuerpo la había traicionado. Y su padre... su padre estaba ocultando algo, algo que no lograba entender.

"¿Por qué me siento así?", se preguntó en un susurro, mientras la oscuridad de la noche envolvía la mansión.

Las piezas del rompecabezas comenzaban a juntarse, y tanto Stefania como Danielle estaban a punto de descubrir que la rivalidad en la pista era solo la punta del iceberg.

holaaaaa a todos un nuevo capitulo por aqui ....... estan preparados?

Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora