Capítulo 18: La Revelación Inesperada

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El caos en el box de descanso era casi insoportable. Los reporteros no dejaban de lanzar preguntas a Stefania, y las cámaras parecían estar por todas partes, capturando cada detalle de su rostro agotado y confundido. La presión era enorme, y Stefania sentía que estaba a punto de explotar cuando, de repente, una voz familiar rompió el ruido.

"¡Eso es suficiente, señoras y señores!" exclamó Carla, abriéndose paso entre la multitud con una determinación que nadie osó desafiar. Era imposible no notarla: morocha, alta, de complexión atlética y ojos claros que irradiaban una mezcla de fuerza y compasión. Carla tenía el porte de una mujer deportista, con músculos bien definidos que contrastaban con su naturaleza delicada en los momentos adecuados. Su carácter fuerte y decidido la hacía la mejor amiga de Stefania, siempre presente cuando más la necesitaba.

"Stefania no va a responder más preguntas. ¡Denle espacio, por favor!" continuó Carla, su tono firme cortando cualquier intento de resistencia de los reporteros.

Sin esperar más, Carla tomó a Stefania del brazo y la guió fuera del tumulto, alejándola de las cámaras y los micrófonos que intentaban capturar cada palabra. Stefania estaba visiblemente agitada, y Carla podía sentir la tensión en su amiga mientras se alejaban del alboroto.

Una vez que estuvieron a una distancia segura, Carla se detuvo y miró fijamente a Stefania, quien respiraba profundamente, tratando de recuperar la compostura. La calma relativa del nuevo entorno no hacía mucho para aliviar el torbellino de emociones que Stefania estaba experimentando.

"Stef, necesitas calmarte," dijo Carla suavemente, su tono cargado de preocupación. "No puedes hablar con la prensa en este estado. Podría ser perjudicial, no solo para ti, sino para todo tu equipo."

Stefania asintió, aún temblorosa. "Lo sé... pero Richard... lo que dijo, cómo reaccionó... No puedo creer que le importe más su imagen que la vida de su propia hija."

Carla observó a su amiga en silencio por un momento, notando los rastros de preocupación en sus ojos. Había algo en la forma en que Stefania hablaba de Danielle, en cómo su voz se quebraba ligeramente cuando mencionaba su nombre. Carla era observadora por naturaleza, y no le había pasado desapercibido cómo Stefania había reaccionado durante el accidente. Había visto el miedo genuino en los ojos de su amiga, una preocupación que iba más allá de lo que debería sentir por una simple rival.

Después de unos momentos de reflexión, Carla decidió que era hora de ser directa. Se volvió hacia Stefania, mirándola fijamente a los ojos, su expresión seria.

"Stefania Spampinato," comenzó Carla, con su tono sin filtros característico. "Respóndeme una cosa mirándome a los ojos: ¿te gusta Danielle Savre, tu rival en la pista... esa rubia desafiante, testaruda, fría como un iglú?"

Stefania parpadeó, sorprendida por la pregunta inesperada. "¿Qué? ¿Qué estás diciendo, Carla?"

Carla no retrocedió. "Sí, Stefi. Te lo pregunto porque lo vi en tu rostro ese día, cuando la sostuviste en tus brazos después del accidente. Vi cómo la mirabas, cómo corriste a su rescate sin dudar, sin importar lo que te decía tu equipo. Y no me vengas con que solo fue porque eres paramédica o porque 'tenías que ayudarla'. Esto va más allá de tu deber. Quiero saber la verdad. Repito: ¿Te gusta Danielle Savre?"

Stefania abrió la boca para responder, pero se encontró sin palabras. Su mente estaba en un torbellino de pensamientos. Recordó el momento en que vio el auto de Danielle salir volando de la pista, cómo su corazón había dado un vuelco, cómo había ignorado todo a su alrededor para llegar hasta ella. Había algo en esos momentos que había logrado traspasar la barrera del odio que se suponía debía sentir.

"Carla, yo... no sé," murmuró finalmente, evitando la mirada de su amiga. "No sé qué me pasa con ella. Es tan testaruda, tan... frustrante. Pero cuando vi su auto volando, lo único en lo que podía pensar era en que tenía que salvarla. Ni siquiera sé por qué."

Carla sonrió ligeramente, con una mezcla de ternura y comprensión. "Stefi, es evidente que te importa más de lo que estás dispuesta a admitir. Y no me sorprende. Es difícil de aceptar cuando estás tan acostumbrada a verla como una rival. Pero todo lo que hiciste hoy... el hecho de que dejaste todo para salvarla, y la manera en que la mirabas... eso no es odio, querida. Es otra cosa."

Stefania respiró hondo, las palabras de Carla resonando en su mente. Sabía que había algo más profundo en su relación con Danielle, algo que nunca había querido explorar. Pero ahora, enfrentada con la verdad, no podía seguir negándolo.

"¿Y qué se supone que haga, Carla?" preguntó finalmente, su voz llena de confusión. "Richard me odia por lo que hice hoy. Me amenazó, me dijo que no quería que me acercara a ella. Y yo... yo no sé qué quiero."

Carla le lanzó una mirada cómplice y sonrió con malicia antes de responder. "¿Qué tal si empiezas por conquistarla? Desafiarla... provocarla a tu manera italiana. Sabes que no eres de las que se rinden fácilmente."

Stefania levantó una ceja, sorprendida. "¿Provocarla? ¿Conquistarla?"

Carla asintió. "Sí, Stefi. Haz lo que mejor sabes hacer: desafiarla. Y si además la haces sentir algo por ti, será aún mejor. ¿No es eso lo que quieres? Dicen que en el amor y en la guerra todo se vale."

Stefania dejó escapar una ligera risa, aunque aún estaba llena de dudas. "No sé si estoy lista para eso, Carla."

Carla le dio un golpe amistoso en el brazo. "Vamos, Stefi. Eres una Spampinato. Si alguien puede poner a esa rubia en su lugar, eres tú."

Mientras se alejaban del bullicio del circuito, Stefania no podía dejar de pensar en lo que acababa de admitir. Sus sentimientos hacia Danielle eran complicados, sí, pero ahora, al menos, había dado el primer paso hacia entenderlos. Y la idea de conquistarla de manera desafiante le parecía... interesante.

buen jueves gente. 

Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora