Capítulo 12: La Preocupación de Stefania

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Pista de Entrenamiento - Tarde

Los motores rugían en la pista mientras los pilotos realizaban sus vueltas de práctica, pero Stefania Spampinato no podía concentrarse. A pesar de que sabía que debía mantenerse alejada de los Savre, especialmente de Danielle, algo la inquietaba. Había algo en la forma en que Danielle había estado actuando últimamente que la tenía preocupada. Sus ojos azules, normalmente llenos de determinación y arrogancia, ahora mostraban signos de tristeza, presión, y lo que era aún más inquietante para Stefania: decepción.

Mientras observaba a Danielle desde la distancia, algo más captó su atención. Las ojeras que se marcaban bajo sus ojos, señal de agotamiento, y un leve moretón en su párpado, que aunque ella intentaba disimularlo, Stefania lo notó. Había intentado cubrirlo con maquillaje, pero Stefania, siempre observadora, no dejó pasar ese detalle.

"¿Qué te está pasando, Danielle?" murmuró Stefania para sí misma mientras ajustaba los guantes de su traje de carreras. "No deberías estar así, eres demasiado fuerte para dejarte vencer por algo."

Quería acercarse, pero cada vez que lo intentaban, terminaban provocándose mutuamente. ¿Cómo podía llegar a ella sin que se convirtiera en otra confrontación?

**Área de Descanso - Unos Minutos Después**

Stefania decidió que debía intentarlo. No podía seguir ignorando lo que veía. A pesar de que cada fibra de su ser le decía que mantenerse alejada era lo más seguro, la preocupación que sentía por Danielle era más fuerte. Caminó hacia donde estaba Danielle, quien se encontraba en un rincón del área de descanso, revisando su casco y equipo.

"Savre," llamó Stefania, su voz firme pero sin la habitual frialdad.

Danielle levantó la mirada, sus ojos azules encontrando los de Stefania con un destello de sorpresa. "¿Qué quieres ahora, Spampinato? ¿Otra pelea?"

Stefania negó con la cabeza. "No, nada de eso." Tomó aire, intentando encontrar las palabras correctas. "Solo quería saber... ¿estás bien?"

Danielle frunció el ceño, claramente desconcertada. "¿Desde cuándo te importa, Stefania?"

"Desde que vi que algo no está bien contigo," respondió Stefania, dando un paso más cerca. "Tu cara, tus ojos... no pareces la misma."

Danielle se tensó, intentando mantener su fachada de fortaleza. "No sé de qué hablas. Estoy bien."

Pero Stefania no estaba convencida. "Non sembri bene. Sembra che qualcosa ti stia logorando dentro. Se c'è qualcosa di cui hai bisogno... Non sono il tuo nemico." ("No te ves bien. Parece que algo te está destrozando por dentro. Si necesitas algo... no soy tu enemiga.")

Danielle parpadeó, sorprendida por las palabras de Stefania en italiano. Había algo en su tono que la desarmó, que la hizo bajar la guardia por un instante. Pero ese instante fue suficiente para que Stefania notara el cansancio y el dolor en su mirada.

"Sto bene, Stefania," respondió Danielle en un susurro, en italiano, casi como si estuviera convenciendo a sí misma. ("Estoy bien, Stefania.")

"Non ti credo," replicó Stefania, su voz suave pero firme. "C'è qualcosa che ti sta mangiando viva, e non voglio vederti crollare. Non così." ("No te creo. Hay algo que te está devorando, y no quiero verte derrumbarte. No así.")

Danielle miró hacia otro lado, evitando la mirada de Stefania. La dureza que siempre llevaba consigo estaba empezando a agrietarse. Pero antes de que Stefania pudiera decir algo más, Danielle se levantó de golpe, claramente incómoda con la conversación.

"No necesito tu lástima, Spampinato," dijo Danielle, su tono volviendo a ser frío. "Concentrémonos en lo que vinimos a hacer. Ganar."

Stefania la observó por un momento, dándose cuenta de que no iba a lograr nada más con palabras por ahora. "Está bien. Pero si alguna vez necesitas hablar, aquí estaré."

Danielle no respondió, pero la tensión en sus hombros era evidente. Se dio la vuelta y se dirigió hacia su auto, dejando a Stefania con una mezcla de frustración y preocupación. Sabía que algo estaba terriblemente mal, pero no podía forzar a Danielle a confiar en ella.

Mientras Stefania se preparaba para volver a la pista, una idea cruzó por su mente. Si Danielle no estaba dispuesta a abrirse, entonces tendría que encontrar otra manera de ayudarla. Porque a pesar de todo, no podía ignorar lo que había visto en esos ojos azules que una vez la desafiaron, pero que ahora mostraban algo mucho más vulnerable.

El instinto de Stefania le decía que no podía dejarlo pasar. Tal vez no podía acercarse directamente, pero podía seguir observando, esperando el momento adecuado para intervenir. Porque aunque Danielle fuera su rival, algo en su interior le decía que no podía permitir que cayera. No así, no cuando todavía había algo que se podía hacer.

Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora