Capítulo 47: Los Ecos de la Consciencia

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**Capítulo 47: Los Ecos de la Consciencia**

Stefania flotaba en un limbo, un espacio nebuloso entre el sueño y la vigilia. Era como estar sumergida en una profunda oscuridad, pero de vez en cuando, un destello de luz y sonido la sacudía. A veces, se sentía como si estuviera soñando, otras veces como si estuviera despierta pero incapaz de moverse. Todo era confuso.

Escuchaba voces. Algunas eran familiares, otras sorprendentes. La voz calmada de su padre, llena de preocupación, le susurraba palabras en italiano: "Tesoro, debes volver. No te rindas. Estamos aquí contigo". Sentía su mano cálida y firme sosteniéndola. Quería responderle, decirle que estaba tratando, pero sus labios no obedecían.

Luego, estaba la voz de su hermano, Luca, llena de una mezcla de enojo y miedo. "Stefi, no puedes dejar que todo esto termine así. Necesitamos que despiertes, necesitamos tu fuerza. No podemos enfrentarnos a todo esto sin ti."

Pero lo que más la sacudió fue escuchar a Danielle. La primera vez que la oyó, creyó que estaba soñando. "¿Danielle?" pensó, intentando abrir los ojos, pero sus párpados seguían pesados, como si estuvieran sellados.

Danielle hablaba en un tono que Stefania nunca había escuchado antes. Vulnerable. Roto. "Stefania... esto es todo mi culpa. No debería haberte empujado tanto. No debería haber dejado que todo esto sucediera..." La voz de Danielle se quebraba, y Stefania sintió una punzada en su pecho. "No es tu culpa," intentó decir, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta.

Danielle continuó, su voz apenas un susurro: "No me importa lo que piense mi padre. No me importa lo que piense el mundo. Solo quiero que estés bien. Necesito que despiertes, Stefania. Por favor. No puedo soportar la idea de perderte."

Esas palabras resonaron en la mente de Stefania, haciéndola dudar de si todo era un sueño o si estaba realmente escuchando a Danielle abrir su corazón. "¿Es posible que ella sienta algo más por mí?" pensó, recordando la última vez que se habían visto, cuando las cosas entre ellas habían estado tan tensas, tan llenas de conflicto. "No puede ser... ella me odia. Yo soy su rival. Pero... ¿por qué entonces está aquí, diciendo estas cosas?"

Sentía la energía acumulándose en su cuerpo, el deseo de moverse, de abrir los ojos, de responderle. Poco a poco, comenzó a notar pequeños movimientos en sus dedos, una ligera respuesta de sus músculos. No estaba segura si era real, pero sentía que estaba luchando por volver.

Las palabras de Danielle seguían resonando en su mente, impulsándola. "Voy a volver", pensó con determinación. "Voy a volver más fuerte. Prepárate, Savre, porque no te voy a dejar escapar. Ni para tomar impulso."

Con cada segundo que pasaba, Stefania sentía que estaba más cerca de la superficie, más cerca de romper la barrera que la mantenía atrapada en la oscuridad. Podía sentir la lucha en su interior, la furia y la determinación italianas que corrían por sus venas.

"Voy a protegerte," prometió en silencio, sintiendo la fortaleza regresar a su cuerpo. "Voy a sacar mi carácter italiano que pocos conocen. Voy a luchar contra quien sea por ti, rubia testaruda. Voy a despertar por ti. Estoy escuchando cosas que no me gustan... voy a enfrentar a tu padre. No permitiré que te controle, que te haga daño."

Los médicos entraron en la habitación, observando los pequeños movimientos que comenzaban a manifestarse en su cuerpo. Una ligera presión en su mano, una contracción en sus párpados. "Es cuestión de tiempo," dijeron a su familia, esperanzados. "Está luchando por volver."

En su mente, Stefania continuaba repitiéndose a sí misma: "Voy a volver, Danielle. Y cuando lo haga, no habrá nada ni nadie que nos detenga."


Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora