Capítulo 29: Maquinaciones Peligrosas

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Richard Savre no era un hombre que tomara las amenazas a la ligera. Después de la última conversación con Danielle, se había dado cuenta de que la influencia de Stefania estaba yendo más allá de lo que él podía controlar. No iba a permitir que esa italiana pusiera en peligro todo lo que había construido para su hija. Sabía que Stefania no solo era una rival en la pista, sino una amenaza real para el control que ejercía sobre Danielle.

Sentado en su oficina, con una mirada fría y calculadora, Richard levantó el teléfono y marcó un número que solo usaba en situaciones extremas. La voz al otro lado respondió con un tono respetuoso, pero firme.

"Señor Savre, ¿en qué puedo ayudarlo?" preguntó la voz, perteneciente a uno de los hombres más discretos y eficientes de su círculo de confianza.

"Necesito que se encarguen de un asunto delicado," dijo Richard, su tono bajo y amenazante. "Quiero que modifiquen los autos de Stefania Spampinato. Nadie debe verlo, y nadie debe sospechar. Tiene que parecer un accidente."

La voz al otro lado de la línea permaneció en silencio por un momento, procesando la orden. "Entendido. ¿Qué tipo de modificaciones estamos hablando?"

Richard se recostó en su silla, girando lentamente mientras observaba el horizonte desde su ventana. "Quiero que sufra un accidente casi mortal. Pero debe parecer un fallo mecánico. Nada que se pueda rastrear hasta nosotros. No quiero que muera, al menos no todavía. Solo quiero que entienda que no puede meterse conmigo ni con mi hija."

"Lo haremos, señor. Será como si nunca hubiéramos estado allí," respondió el hombre, sin cuestionar ni un momento la moralidad de la orden. En su mundo, las lealtades se compraban y las preguntas no se hacían.

Richard asintió, aunque sabía que el hombre no podía verlo. "Bien. Asegúrate de que no haya errores. La italiana tiene que pagar por lo que está intentando hacer."

"Lo haremos. Le daré un informe cuando esté hecho."

Richard colgó el teléfono, sintiendo una oscura satisfacción al saber que pronto Stefania Spampinato pagaría el precio por atreverse a interferir en sus planes. No importaba lo que Danielle sintiera o pensara; al final, ella entendería que todo lo que hacía era por su propio bien.

Mientras tanto, en la pista, la tensión comenzaba a aumentar. Nadie sospechaba lo que estaba a punto de suceder. Los hombres de Richard se infiltraron en el área de mantenimiento de los autos de Stefania, actuando con una precisión quirúrgica. Con manos expertas, ajustaron ciertos componentes del motor y los frenos, asegurándose de que los cambios fueran lo suficientemente sutiles para no ser detectados, pero letales en el momento adecuado.

"Recuerda, todo tiene que parecer un accidente. Si algo sale mal y nos descubren, no habrá segunda oportunidad," dijo uno de los hombres mientras finalizaban el trabajo en el Mustang negro mate con azul de Stefania.

"Descuida. Nadie sabrá que estuvimos aquí," respondió el otro, guardando cuidadosamente sus herramientas antes de salir del garaje sin dejar rastro.

Al día siguiente, Richard no podía evitar una sonrisa apenas perceptible mientras leía las noticias deportivas. La próxima carrera estaba a la vuelta de la esquina, y con ello, el destino de Stefania Spampinato estaba sellado. Sabía que Danielle no sospecharía nada; después de todo, él había sido muy cuidadoso en mantener las apariencias.

Esa noche, en su hogar, Richard se sirvió un vaso de whisky y brindó en silencio, sus pensamientos oscuros y llenos de satisfacción. "Nadie juega con un Savre y se sale con la suya," murmuró para sí mismo, saboreando el licor que bajaba por su garganta como una promesa cumplida.

Stefania, sin tener idea del peligro que se avecinaba, seguía preparándose para la próxima carrera. El juego de provocaciones y emociones con Danielle continuaba ocupando su mente, pero también estaba más decidida que nunca a demostrar que no era una novata. Para ella, ganar la próxima carrera era una cuestión de orgullo y honor. No podía permitirse un error, no ahora, no cuando estaba tan cerca de demostrar su valía a todo el mundo, incluida Danielle.

Sin embargo, el destino, manipulado por las manos de un hombre que no conocía límites, estaba a punto de cambiarlo todo.

Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora