Capítulo 9: Sombras Amenazantes

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Circuito de Entrenamiento, Los Ángeles - Tarde

El sol estaba comenzando a ocultarse en el horizonte, dejando el circuito de entrenamiento bañado en una luz dorada. Los entrenamientos colectivos estaban llegando a su fin, y el ambiente en los boxes era más relajado, con los equipos ocupados en revisar los autos y analizar los datos obtenidos durante el día. Sin embargo, para Richard Savre, la calma aparente era solo un espejismo. La presión de las apuestas y las expectativas sobre Danielle lo tenían al borde.

Mientras los mecánicos se enfocaban en sus tareas, dos figuras sombrías se deslizaron entre las sombras del circuito, moviéndose con una precisión inquietante. Estos hombres eran parte de la mafia que tenía a Richard bajo su control, y no estaban allí para observar el entrenamiento. Sus nombres eran Enzo y Luca, dos matones conocidos por sus métodos brutales y su capacidad para enviar mensajes sin palabras.

Enzo, un hombre corpulento con una cicatriz que le cruzaba la mejilla, hizo una señal a Luca, un tipo más delgado pero igualmente intimidante. Se acercaron al Camaro de Danielle, que estaba estacionado en su box. Sabían que este era el momento perfecto para actuar: los mecánicos estaban distraídos, y Richard estaba ocupado revisando datos con el equipo técnico.

**Cerca de los Boxes**

Stefania, que acababa de terminar su propio análisis de los entrenamientos, estaba a punto de salir de los boxes cuando notó algo extraño. Dos hombres que no reconocía estaban rondando el auto de Danielle. Aunque intentó restarles importancia, algo en su instinto le dijo que había peligro en el aire. Decidió no intervenir, pero no pudo evitar observar desde la distancia, esperando ver cómo se desarrollaba la situación.

Enzo y Luca se movieron con rapidez y precisión. Mientras uno vigilaba, el otro se agachó y tocó la parte trasera del auto, haciendo un ajuste casi imperceptible. Nadie en el equipo de Danielle notó nada fuera de lo común, y los dos hombres se esfumaron en las sombras tan rápidamente como habían aparecido.

Stefania frunció el ceño, sintiendo que algo no estaba bien, pero sin pruebas, no podía hacer mucho más que mantenerse alerta.

**Oficina de Richard Savre**

Más tarde esa noche, Richard estaba en su oficina, revisando los últimos informes de los entrenamientos. Estaba cansado, pero la preocupación no lo dejaba descansar. Sabía que Danielle necesitaba ganar, no solo por su carrera, sino porque su propia vida dependía de ello. Justo cuando se disponía a cerrar su laptop, un golpe firme en la puerta lo sacó de sus pensamientos.

"¿Quién es?" preguntó, aunque ya tenía un mal presentimiento.

La puerta se abrió y Enzo y Lorenzo entraron sin pedir permiso. Richard sintió un escalofrío recorrer su espalda. Estos hombres no venían por una visita de cortesía.

"Señor Savre," dijo Enzo con una sonrisa torcida, "venimos a recordarle que las amenazas no tienen límite."

Richard se levantó lentamente, tratando de mantener la compostura. "¿Qué quieren? Ya saben que estoy haciendo todo lo posible para que Danielle gane."

Lorenzo, que había estado en silencio hasta ahora, dio un paso adelante. "Todo lo posible no es suficiente, Savre. Hoy nos enteramos de algo que no nos gustó para nada."

Richard frunció el ceño. "¿De qué están hablando?"

Enzo sacó un cigarrillo y lo encendió, disfrutando del momento. "Tu hija, la reina de las carreras, se metió en una pelea de boxeo en pleno entrenamiento con esa italiana nueva ..la que tiene el ford mustang ,  Stefania Spampinato."

La expresión de Richard se endureció. No tenía idea de que Danielle había llegado a ese punto. "¿Y eso qué tiene que ver con ustedes?"

Mucho, respondió Luca, con un tono amenazante. Nos preocupa que la chica esté perdiendo el enfoque. Se supone que debe ganar, no hacer el ridículo. Y hoy, en esa pelea, quedó claro que es débil. Muy débil.

Richard sintió cómo la rabia comenzaba a burbujear en su interior, pero sabía que no podía mostrar ninguna emoción delante de estos hombres. "Les aseguro que esto no volverá a suceder. Estoy trabajando en fortalecer a Danielle."

Enzo soltó una carcajada seca. "Mejor que lo hagas, Savre. Porque si no lo haces, tu hija va a sufrir más de lo que te imaginas. Y no te olvides de esto: las advertencias que te hemos dado hasta ahora son solo el principio. Si Danielle no gana, te garantizo que las consecuencias serán devastadoras."

Luca se acercó más, bajando la voz. "Hoy tocamos el auto de tu hija, solo para recordarte que podemos llegar a ella cuando queramos. Nadie en tu equipo lo notó, ni siquiera tú. La próxima vez, no será solo un toque."

Richard tragó saliva, sintiendo cómo el pánico comenzaba a instalarse en su pecho. "No necesito más amenazas. Danielle va a ganar, les doy mi palabra."

Enzo dio una última calada a su cigarrillo antes de aplastarlo contra el escritorio de Richard. "Esperemos que así sea, Savre. Porque estamos perdiendo la paciencia. Y no querrás vernos cuando eso pase."

Con esas palabras, los dos hombres se giraron y salieron de la oficina, dejando a Richard en un mar de desesperación. Sabía que las apuestas ya no eran solo un juego. Estaba atrapado en una situación peligrosa, y la vida de su hija estaba en la balanza.

**Mientras Tanto, en el Circuito**

Stefania seguía en los boxes, revisando su auto cuando vio a Richard salir de su oficina, con una expresión oscura y preocupada. No pudo evitar sentir que algo grave estaba pasando. Recordó a los dos hombres sospechosos cerca del Camaro de Danielle y no pudo sacudirse la sensación de que algo malo estaba por suceder.

"Il tempo mi darà ragione," murmuró en italiano para sí misma, "el tiempo me dará la razón."

Sabía que debía mantenerse alerta, no solo por ella, sino también por Danielle, aunque su rivalidad seguía ardiendo con intensidad. Sin pruebas, solo le quedaba esperar y observar, lista para actuar cuando el momento llegara.

Los días venideros prometían ser oscuros, con amenazas acechando en cada esquina, y Stefania tenía la intuición de que lo peor aún estaba por venir.

Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora