Capítulo 33: Revelaciones y Reflexiones

11 1 0
                                    

Danielle estaba en su auto, estacionado frente al hospital. A pesar de que Luca le había dicho que se fuera, ella no podía alejarse completamente. Se sentía derrotada, perdida en un mar de emociones que nunca había experimentado antes. La lluvia golpeaba suavemente el parabrisas, como si el cielo compartiera su tristeza. El eco de las palabras de Luca resonaba en su mente, pero también lo hacía algo más: la sensación de que Stefania era mucho más que una simple rival.

Dentro del auto, Danielle apoyó la cabeza en el volante, dejando escapar un suspiro profundo. Sus manos temblaban ligeramente mientras pensaba en todo lo que había sucedido. Stefania le hacía sentir cosas que nunca antes había experimentado, emociones que su padre siempre había intentado reprimir en ella. Ya no podía verla solo como una competidora. Stefania se había convertido en algo más, en alguien que la hacía cuestionarse todo lo que creía saber.

"¿Qué me está pasando?" murmuró, sintiendo cómo sus lágrimas comenzaban a caer. "No puedo dejar de pensar en ella... no puedo."

En ese momento, Danielle supo que necesitaba hablar con alguien. Necesitaba desahogarse, entender lo que sentía, y solo había una persona en la que podía confiar para eso: su hermana, Isabella. Era irónico que, aunque no hablaban mucho últimamente, sabía que Isabella siempre la entendería. Además, Isabella vivía en Italia, lejos de todo este caos, lo que le daba a Danielle una perspectiva diferente.

Con manos temblorosas, tomó su teléfono y marcó el número de su hermana. Después de unos cuantos tonos, la voz de Isabella resonó a través del altavoz.

"¿Danielle? ¡Qué sorpresa! Hace tiempo que no hablas conmigo. ¿Todo está bien?" La voz de Isabella sonaba sorprendida pero cálida.

Danielle tragó saliva, tratando de contener la emoción en su voz. "Isabella... No sé cómo empezar. Todo es un desastre. Necesito hablar contigo, pero no sé cómo explicarlo."

Isabella, preocupada, se sentó más erguida. "Danielle, cálmate. Respira. Estoy aquí para escucharte. Cuéntame, ¿qué está pasando?"

Danielle cerró los ojos por un momento, buscando las palabras adecuadas. "Hay alguien... alguien que me hace sentir cosas que nunca antes había sentido. Su nombre es Stefania."

Isabella frunció el ceño, sin entender del todo. "¿Stefania? No sé quién es. Ya sabes que no sigo las carreras de autos. ¿Es alguien del circuito?"

"Sí... pero no es solo eso. Es... Stefania Spampinato," respondió Danielle, su voz apenas un susurro.

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea antes de que Isabella hablara de nuevo, esta vez con sorpresa en su tono. "¿Spampinato? Espera, ¿te refieres a la familia Spampinato de Italia? ¿Estás hablando de la misma familia para la que trabajo?"

Danielle asintió, aunque su hermana no podía verla. "Sí... ella es la corredora. Y ha... ha pasado algo entre nosotras. Pero ahora está en el hospital, y no sé qué hacer, Isabella. No puedo dejar de pensar en ella, y me siento tan perdida..."

Isabella intentó procesar lo que su hermana le estaba contando. "Danielle, esto es... inesperado. No sabía que estabas involucrada con alguien, y mucho menos con alguien de la familia Spampinato. Pero dime, ¿dónde estás ahora? No se escucha muy bien."

Danielle miró por la ventana del auto, viendo la luz del hospital brillando en la distancia. "Estoy afuera del hospital, donde está Stefania. Su hermano, Luca, me echó del lugar. Estaba muy enojado, y no puedo culparlo..."

Isabella se quedó en silencio por un momento, asimilando la situación. "¿Luca Spampinato? Claro que lo conozco. Es un hombre intenso, pero tiene un gran corazón. Si te echó, es porque está preocupado por su hermana. Pero Danielle, ¿cómo terminó Stefania en el hospital? ¿Qué sucedió?"

Danielle cerró los ojos, recordando el horrible accidente. "Hubo un accidente en la pista. Algo salió mal con su auto, y ahora... está luchando por su vida. No puedo creer que no pude hacer nada para ayudarla, y lo peor es que sospecho que algo no está bien con nuestros autos. Como si alguien hubiera hecho algo."

Isabella escuchó con atención, su preocupación creciendo con cada palabra de Danielle. "Danielle, esto es serio. Si hay algo más detrás de esto, debes averiguarlo. Pero primero, necesitas estar bien tú también. No puedes cargar con todo esto sola."

"Lo sé, pero... ¿qué hago, Isabella? No puedo soportar la idea de perderla," confesó Danielle, su voz quebrándose por la emoción.

"Habla con Luca," sugirió Isabella. "Él es directo, pero también es justo. Si te explicas, tal vez pueda entender lo que sientes. Y si hay algo más que necesitas saber, Luca podría ayudarte."

Mientras tanto, dentro del hospital, Luca estaba en la sala de espera, observando a los médicos pasar de un lado a otro. Las palabras de Jake seguían resonando en su mente, sembrando dudas que no podía ignorar. ¿Y si Danielle realmente no tenía la culpa? ¿Y si había algo más detrás de lo que había sucedido? Luca sabía que no podía tomar decisiones precipitadas, especialmente cuando su hermana estaba en juego.

Con una mezcla de preocupación y determinación, Luca decidió que no podía dejarlo así. Necesitaba saber la verdad, y si eso significaba hablar con Danielle, lo haría. No por ella, sino por Stefania.

Mientras el avión de los padres de Stefania cruzaba el Atlántico hacia Los Ángeles, trayendo consigo una nueva ola de preocupación, Danielle se sentía más determinada que nunca. Sabía que, sin importar lo que sucediera, debía proteger a Stefania. Y aunque no sabía cómo, estaba segura de que con la ayuda de Isabella y, quizás, la comprensión de Luca, podría descubrir la verdad y asegurarse de que Stefania estuviera a salvo.

La batalla interna de Danielle entre su lealtad familiar y sus sentimientos por Stefania estaba lejos de terminar, y la sombra de Richard Savre seguía al acecho, con sus planes oscuros aún por revelarse.

Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora