Capítulo 3: Revelaciones y Exigencias

11 3 0
                                    


Garaje de los Spampinato, Sicilia, Italia

El garaje de la familia Spampinato estaba tranquilo, con solo el murmullo de los motores y el ocasional ruido de herramientas al fondo. Stefania, sentada en una pequeña oficina de su garaje, preparaba su videollamada con la familia en Italia. El computador emitió un suave pitido, señalando que la llamada estaba a punto de comenzar.

El rostro de su padre, Giovanni, apareció en la pantalla, seguido por el de su hermano, Luca. Ambos tenían expresiones de preocupación y curiosidad.

Ciao a tutti! exclamó Stefania con una sonrisa, a pesar de la fatiga que sentía después de la carrera. ("¡Hola a todos!")

Ciao, Stef! respondió Giovanni, su rostro iluminado por una sonrisa paternal. ("¡Hola, Stef!") "Queríamos saber cómo te fue en la carrera. ¿Todo bien?"

"Sí, todo bien", dijo Stefania, ajustando su cámara. "La carrera fue intensa, mucho más de lo que esperaba. El nuevo auto se comportó de maravilla, pero fue complicado enfrentarse a Danielle Savre."

Luca, que estaba sentado al lado de su padre, se inclinó hacia la pantalla con interés. "**E com'è andata Danielle? Sei riuscita a tenerla testa?**" ("¿Y cómo estuvo Danielle? ¿Pudiste darle pelea?")

"Definitivamente", respondió Stefania, su voz se tornó más seria. "Ella es increíblemente rápida, y su Camaro es una máquina formidable. Pero lo que más me impresionó fue el ambiente que rodea a su familia."

Giovanni levantó una ceja. "**L'ambiente?**" ("¿El ambiente?")

"Sí", asintió Stefania. "Richard Savre, el padre de Danielle, me dio muy malas vibras. Desde el momento en que lo vi, su actitud era fría, calculadora, y muy cerrada. Parece que está más enfocado en los números y las apuestas que en el deporte mismo."

"**Scommesse?**" preguntó Luca, frunciendo el ceño. ("¿Apuestas?") "No sabía que estaban involucrados en eso."

"Yo tampoco, hasta ahora", respondió Stefania. "Pero lo que me llamó la atención fue algo diferente. Cuando miré a Danielle, a pesar de su aspecto fuerte y su actitud dominante, vi algo más en sus ojos. Eran de un azul profundo, y había una tristeza y una fuerza oculta en ellos. Me hizo sentir que, aunque es una gran competidora, también está muy lastimada y cerrada."

Giovanni frunció el ceño. "**Non mi piace sentire questo**. Los Savre tienen una reputación algo turbia. Mi consejo es que no te involucres demasiado con ellos. Mantén el enfoque en tu carrera, en el auto, en los entrenamientos, y en cerrar contratos importantes." ("No me gusta escuchar eso.")

Stefania asintió, entendiendo el consejo de su padre. "Sí, papá. Lo tengo en mente. No voy a permitir que me distraigan. Mi prioridad es ganar el próximo desafío y asegurar el contrato que tanto necesitamos."

Luca, con una sonrisa juguetona, se inclinó hacia la cámara. "**Ehi, Stefania, non pensi che tu e Danielle fareste una gran bella coppia?**" ("Oye, Stefania, ¿no crees que tú y Danielle harían una gran pareja?") "Aunque sea una rival, veo algo especial en ella."

Stefania rió, sacudiendo la cabeza. "**Luca, smettila con queste battute!**" ("¡Luca, siempre con tus bromas!") "No me estoy enfocando en eso en absoluto. Mi mente está en la pista y en cómo superar cada obstáculo."

"**Beh, non è così assurdo**," dijo Luca, con una sonrisa burlona. ("Bueno, no es tan descabellado.") "Podrían ser la pareja perfecta. Solo hay que ver cómo se comportan en la pista."

La conversación continuó con más risas y consejos mientras la familia Spampinato discutía sus próximos pasos. Stefania sentía un renovado sentido de determinación al escuchar el apoyo de su familia, sabiendo que estaban con ella en cada paso del camino.

**Centro de Entrenamiento de los Savre, Los Ángeles**

Mientras tanto, en Los Ángeles, el entrenamiento de Danielle Savre estaba en su punto más extremo. La sala de entrenamiento estaba llena de equipos de última generación y el sonido constante de máquinas en funcionamiento. Danielle, exhausta y sudorosa, seguía corriendo en la cinta de entrenamiento bajo la supervisión de un entrenador estricto.

"¡Vamos, Danielle! No podemos detenernos ahora", gritó el entrenador, su tono implacable. "Necesitamos que estés en tu mejor forma para la próxima carrera."

Danielle, respirando con dificultad, intentó mantener el ritmo. "No puedo más", murmuró, sintiendo que sus piernas estaban a punto de colapsar.

"¡No hay espacio para debilidades!" respondió el entrenador con firmeza. "Tu padre está contando contigo para que ganes. No puedes permitirte otra derrota."

La presión era insoportable. El entrenador estaba decidido a no permitir que Danielle parara, sin importar lo cansada que estuviera. Richard Savre había sido claro: la victoria era imperativa y cualquier fallo podría tener graves consecuencias.

La fatiga acumulada y la intensidad del entrenamiento se hicieron demasiado para Danielle. Mientras intentaba dar un último empuje, su visión se nubló y su cuerpo se tambaleó. Finalmente, no pudo soportarlo más y se desmayó, cayendo al suelo sin que nadie pudiera acudir en su ayuda.

El entrenador, al ver a Danielle inconsciente, se quedó momentáneamente paralizado. "¡Danielle!" gritó, pero su llamada fue en vano. La joven corredora yacía en el suelo, sola en su momento de debilidad.

La intensidad de la situación y la presión implacable de su padre estaban llevándola al límite. La advertencia que Richard había recibido por la carrera perdida parecía haber impulsado su deseo de asegurarse de que Danielle estuviera en su mejor forma, sin importar el costo.

Mientras tanto, en el garaje de los Spampinato, Stefania estaba lista para enfrentar los desafíos que se avecinaban. La rivalidad con Danielle Savre se estaba convirtiendo en una prueba no solo de habilidad en la pista, sino también de fortaleza personal y estrategia. Cada carrera era una oportunidad para demostrar que estaba dispuesta a ir más allá para alcanzar la victoria.

Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora