Capítulo 65: La Llamada del Destino

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El ambiente en la habitación era ligero, cargado de risas y complicidad. Sin embargo, el mundo exterior no se detenía. Justo en ese momento, ambos teléfonos sonaron al unísono, rompiendo la burbuja de intimidad que habían creado.

Danielle miró su celular, y luego a Stefania, quien alzó las cejas en señal de sorpresa.

—¿Quién es? —preguntó Danielle, mientras su representante de redes sociales, Jenna, aparecía en la pantalla.

—Es Jenna. ¿Y tú? —replicó Stefania, viendo que su representante, Marco, también estaba llamando.

Danielle dudó, pero finalmente respondió.

—Supongo que es hora de ver qué quieren —dijo, tomando aire. Contestó primero—. Hola, Jenna.

La voz de la representante sonó al otro lado de la línea, cargada de preocupación.

—¡Danielle! No puedo creer que no has estado en la pista. La prensa está alborotada. Se están preguntando si hay algo más que una rivalidad entre tú y Stefania —dijo Jenna, su tono urgente.

—Eso es ridículo, Jenna. No tengo tiempo para eso —contestó Danielle, sintiéndose presionada.

Mientras tanto, Stefania respondía a Marco, quien tenía una perspectiva diferente.

—Stefania, ¿estás bien? La situación es complicada. La prensa ha empezado a sacar rumores de que te has vuelto más cercana a Danielle. ¿Tienes algo que decir? —inquirió Marco, su voz tensa.

—¿Acaso tengo que dar explicaciones? —replicó Stefania, sintiendo la frustración crecer en ella—. Estoy en el hospital, recuperándome. No tengo que justificarme por lo que sienta por ella.

Jenna, aún en la línea con Danielle, no se detuvo.

—Mira, la imagen de tu marca está en juego. Tienes que ser cuidadosa. Richard Savre está furioso y está buscando venganza. Hay rumores de que planea hacer la vida imposible a Stefania.

Danielle sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar el nombre de su padre.

—No voy a dejar que eso me detenga, Jenna. Pero no puedo estar más involucrada de lo que ya estoy —dijo Danielle, apretando los dientes.

Stefania, escuchando la conversación, se sintió impulsada a intervenir.

—Marco, dile a la prensa que se detenga. Estoy aquí por mí misma y no por el espectáculo que quieren que sea. Si hay algo que tienen que saber, se lo diré en su momento —dijo, su voz firme.

—No se trata solo de ti, Stefania. La imagen de ambas está en juego. La prensa puede ser despiadada, especialmente cuando hay rivalidades y rumores de romance —respondió Marco, sin darse cuenta de que las dos estaban en la misma habitación.

—¡Es justo eso! —exclamó Danielle, interrumpiendo—. La prensa está alimentando esta historia. Necesitamos enfocarnos en nuestra recuperación y no en los rumores.

Jenna se tomó un momento para procesar lo que Danielle había dicho.

—Entiendo tu punto, pero también hay que ser realistas. La gente quiere saber la verdad, y si ustedes están juntas, eso podría ser un gran problema para ambas carreras —insistió.

—¿Y qué se supone que hagamos? ¿Ignorar lo que sentimos? —preguntó Stefania, mirando a Danielle, quien le devolvió la mirada, sintiendo la tensión en el aire.

—Es difícil, lo sé —respondió Jenna—, pero deben tener cuidado. Hay más en juego que solo ustedes.

Marco asintió, intentando ser razonable.

—Escuchen, solo quiero lo mejor para ustedes. Pero si hay algo que deben comunicar, háganlo de manera controlada.

Danielle, viendo a Stefania, sintió que su resolución se fortalecía.

—Entiendo, pero no voy a dejar que la presión de la prensa decida sobre nuestras vidas. Nos enfrentaremos a esto juntas —dijo con determinación.

Stefania sonrió, sintiendo una chispa de esperanza.

—Exacto. Así que, si quieren saber algo de nosotras, tendrán que preguntarnos directamente —afirmó, sintiendo que estaban listas para cualquier desafío.

Ambas representantes quedaron en silencio por un momento, sorprendidas por la firmeza en las voces de sus representadas.

—De acuerdo, pero por favor cuídense —dijo Jenna, finalmente cediendo.

—Lo haremos —contestó Danielle, aliviada de tener a Stefania a su lado.

Stefania, con una sonrisa, miró a Danielle y dijo:

—Y si la prensa quiere un espectáculo, les daremos uno. Pero a nuestras condiciones.

Danielle se levantó de su cama y se fue al lado de Stefania. Mirándola a los ojos, en un momento de confianza, le preguntó en italiano:

—"Mi permette un bacio, signorina Spampinato?"

("¿Me permite un beso, señorita Spampinato?")

Ambas mujeres se miraron, sintiendo la emoción en el aire.

—Certo, solo si me prometes que estarás siempre a mi lado —respondió Stefania, su sonrisa iluminando la habitación.

Entrelazaron sus manos, sintiendo el calor de la conexión entre ellas. Se hicieron una promesa en italiano:

—"Promettiamo di affrontare tutto insieme."

("Prometemos enfrentar todo juntas.")

En ese instante, sabían que el verdadero desafío estaba por venir, pero estaban dispuestas a enfrentarlo juntas, sin importar los obstáculos que se interpusieran en su camino.

Rivalidad -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora