Capítulo 13: La Reina que No Puede Caer

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Área de Descanso - Tarde

Danielle Savre se sentía agotada. Las ojeras bajo sus ojos eran un testamento silencioso de las noches en vela, del dolor que había estado tratando de ocultar. No podía permitirse mostrar debilidad, no ahora, no cuando la presión era tan intensa. Estaba sola en el rincón del área de descanso, revisando su equipo, pero su mente estaba a kilómetros de distancia, perdida en un torbellino de pensamientos.

"Savre."

La voz de Stefania Spampinato la sacó de su ensimismamiento. Levantó la mirada y vio a su rival acercarse con un paso firme. Inmediatamente, las alarmas internas de Danielle se dispararon. Tenía que mantenerse firme, tenía que demostrar que nada la afectaba.

"¿Qué quieres ahora, Spampinato? ¿Otra pelea?" dijo con desdén, tratando de mantener su tono mordaz.

Pero la respuesta de Stefania no fue la que esperaba. No había burla en sus palabras, ni provocación. En su lugar, una preocupación que la descolocó. "Solo quería saber... ¿estás bien?"

Danielle sintió cómo algo se retorcía en su pecho. No podía dejar que esa pregunta la afectara, no podía permitir que Stefania, de todas las personas, viera su vulnerabilidad. **No eres débil**, se repitió a sí misma en su mente, **eres la reina, eres ganadora**.

"¿Desde cuándo te importa, Spampinato?" replicó, su voz fría, cargada de una hostilidad calculada.

"Desde que vi que algo no está bien contigo," Stefania se acercó más, su voz suave pero llena de firmeza. "Tu cara, tus ojos... no pareces la misma. No eres la misma rival de siempre, Savre."

**No puedes ser débil, no frente a ella. Eres fuerte**, se repetía la voz de su padre en la cabeza de Danielle. Danielle se forzó a mantener la compostura, a ignorar las palabras que Stefania estaba diciendo. Pero algo en su interior comenzaba a desmoronarse. **No eres débil**.

"Non sembri bene. Sembra che qualcosa ti stia logorando dentro. Se c'è qualcosa di cui hai bisogno... Non sono il tuo nemico," ("No te ves bien. Parece que algo te está destrozando por dentro. Si necesitas algo... no soy tu enemiga,") Stefania habló en un tono que resonó profundamente en Danielle, debilitando las barreras que había construido a su alrededor. **No puedes dejar que te afecte. No eres débil.**

"Sto bene, Spampinato," respondió Danielle en un susurro gélido, su voz dura como el hielo, casi sin convencerse a sí misma. ("Estoy bien, Spampinato.")

"Non ti credo," Stefania continuó, su voz llenando el espacio entre ellas. "C'è qualcosa che ti sta mangiando viva, e non voglio vederti crollare. Non così." ("No te creo. Hay algo que te está devorando, y no quiero verte derrumbarte. No así.")

Danielle giró la mirada, sintiendo cómo la fortaleza que se había forzado a mantener comenzaba a resquebrajarse. **No eres débil. Eres fuerte. Eres la reina.**

"¡No necesito tu lástima, Spampinato!" forzó su voz a ser fría, a sonar firme, aunque por dentro, sentía que algo estaba por romperse. Dio un paso atrás, queriendo poner distancia entre ellas. "Concentrémonos en lo que vinimos a hacer. Ganar."

Con cada paso que daba hacia su auto, las palabras de Stefania resonaban en su mente, reverberando en su interior como un martilleo constante. **Eres fuerte. Eres la reina. Eres ganadora. No eres débil.**

Pero cuando intentó alejarse de Stefania, su cuerpo comenzó a traicionarla. El aire se volvió espeso, cada respiración se tornó difícil. **No puedes ser débil.**

De repente, sintió que su pecho se cerraba, como si una mano invisible la estuviera estrujando. Sus pasos se volvieron torpes, y la visión comenzó a oscurecerse en los bordes. **No eres débil, no puedes serlo.**

Intentó mantener el control, pero su cuerpo ya no respondía. Danielle tambaleó, y en un instante de pánico, supo que iba a caer. **Eres la reina... no puedes caer.**

Pero justo cuando sentía que el suelo iba a recibirla, sintió unos brazos que la sostenían firmemente. Una voz, que ya le era familiar, rompió el silencio.

"Danielle, respira. Estoy aquí."

Stefania la había alcanzado antes de que se desplomara, sujetándola con fuerza. La calidez de su cuerpo contrastaba con el frío que se había instalado en el de Danielle.

"Non sono il tuo nemico, Danielle," susurró Stefania, acercándose lo suficiente como para que solo ella pudiera escuchar. "Respira. Non devi fare questo da sola." ("No soy tu enemiga, Danielle. Respira. No tienes que hacer esto sola.")

Danielle, con las fuerzas que le quedaban, se aferró a esa voz, tratando de respirar de nuevo, mientras la oscuridad retrocedía poco a poco. Aunque su cuerpo estaba al borde del colapso, por un breve momento, sintió una conexión inesperada, un lazo que no esperaba, con la mujer que la había sostenido antes de caer.

Stefania no era su enemiga. No en ese momento.


CHAN.

DOBLE CAP

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