Capítulo 46: Reencuentro con el pasado

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—¡Y, en primer lugar, Irina Valieva! —anunció el presentador, con su voz resonando.

Irina tomó aire y entró al hielo deslizándose con elegancia, alzando ambas manos para saludar al público.

Al llegar al área del podio, su mirada se dirigió primero a Susie, quien se encontraba en el tercer puesto. Irina le dio un fuerte abrazo, en un gesto lleno de alegría. Susie le devolvió el abrazo con la misma energía, riéndose emocionada.

Luego, Irina se dirigió hacia Sofía, quien esperaba en el segundo puesto. La mirada de Sofía, que al principio se mostraba distante, pronto se suavizó. Un destello de respeto, apareció en sus ojos, y extendió una mano hacia Irina. Ella aceptó el apretón, firme pero breve, y en ese pequeño gesto, ambas dejaron que el respeto silencioso entre rivales hablase por sí mismo.

Finalmente, Irina se posicionó en el centro del podio. Alzó la mirada hacia el público y sonrió, dirigiendo después su mirada hacia donde Ethan y Klara estaban. Su mirada se cruzó con la de Klara, quien asentía con una sonrisa en su rostro.

Poco después, un hombre de aspecto distinguido y traje oscuro se acercó a cada patinadora para entregar las medallas oficiales. Primero, colocó el bronce en el cuello de Susie, quien le dedicó una sonrisa radiante. Luego, el hombre entregó la medalla de plata a Sofía, quien apenas asintió, manteniendo una expresión contenida pero serena.

Cuando llegó el turno de Irina, el hombre le colocó la medalla de oro, y una oleada de emoción que nunca antes había sentido recorrió su cuerpo. Aunque no era la primera medalla de primer lugar que ganaba, esta tenía un significado especial para ella. No solo por ser su primer campeonato fuera de su país, sino porque representaba todo el cambio que había atravesado para convertirse en una mejor patinadora, y también en una mejor persona.

Tras la ceremonia, el grupo salió del polideportivo y fue recibido por una multitud de fans que se había reunido en las afueras para felicitar a los patinadores. Irina, sorprendida por la cantidad de personas que gritaban su nombre, se detuvo y comenzó a firmar autógrafos, dejando que el entusiasmo de aquellos fans la envolviera. Con una sonrisa genuina, firmaba posters y se tomaba algunas fotos con algunos, intercambiando algunas palabras con quienes le agradecían por su actuación. 

A su lado, Susie se unió también a la interacción, aunque al principio se notaba algo tímida. Sin embargo, cuando algunos de los fans comenzaron a pedirle autógrafos, su expresión de sorpresa se transformó en una sonrisa radiante. Firmaba con una mezcla de nervios y alegría, claramente disfrutando del momento inesperado.

Klara, en cambio, se mantuvo a una distancia prudente de la multitud, observando la escena en silencio. Notó cómo algunos fans también la miraban, reconociéndola quizás por su pasado en el deporte, pero ella evitaba los acercamientos, manteniendo los ojos bajos y las manos en los bolsillos. Aunque se sentía orgullosa del logro de Irina, la idea de volver a formar parte del foco de atención le resultaba incómoda. Un tenue rastro de su pasado la retenía en la sombra, mostrándole que aún le costaba enfrentar esa faceta de su vida.

Finalmente, cuando Irina y Susie terminaron de firmar algunos autógrafos y recibir las felicitaciones, el grupo se abrió paso entre los fans y se dirigió hacia el vehículo que los esperaba para llevarlos al hotel.

Más tarde, esa noche, el grupo se encontraba en un restaurante elegante en el centro de la ciudad, listos para celebrar con una cena especial. Era una ocasión única para romper con las estrictas dietas y reglas habituales, y el menú lleno de especialidades alemanas los tenía intrigados, especialmente a Irina, quien era la más rigurosa con su alimentación. Al ver tantos platillos desconocidos, no pudo evitar girarse hacia Klara en busca de una recomendación.

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