Capítulo 44: Orgullo de Invierno

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Susie se encontraba en el centro de la pista, con sus manos firmes a los costados y el pecho subiendo y bajando al ritmo de sus respiraciones profundas. Cerró los ojos por un momento, recordando cada paso, cada giro, repasando en su mente lo que había practicado la noche anterior con Irina. Una imagen de su abuela apareció en su mente, como una cálida inspiración que le recordaba por qué estaba allí. Sabía que, aunque lejos, su abuela estaba viendo la transmisión y, como siempre, apoyándola desde el corazón.

La música comenzó, y Susie dio sus primeros pasos. Ethan, al costado de la pista, observaba con una sonrisa. Sabía cuánto trabajo Susie había invertido en esa rutina y, después de lo ocurrido el día anterior, verla ejecutarla con tanta seguridad era un alivio para él. Por un momento, su mirada se volvió más seria, evaluando cada uno de los movimientos con ojo crítico, pero la fluidez de Susie lo hizo suavizar la expresión.

La música llegó a un crescendo, y Susie tomó ese impulso para lanzarse en una combinación de saltos que había perfeccionado con esfuerzo. Mientras lo hacía, los ojos de Ethan se abrieron con un brillo de asombro y satisfacción; Klara, sin darse cuenta, había contenido el aliento. Cuando Susie completó la secuencia con gracia, el público comenzó a aplaudir, y ambos soltaron un breve suspiro de alivio.

—Bien hecho, pulguita... —murmuró Klara, sin poder ocultar una sonrisa.

La música comenzó a disminuir y Susie ejecutó los últimos pasos de su rutina, finalizando con un elegante deslizamiento hacia el centro de la pista, donde sostuvo su pose final con una gran sonrisa. Cuando la música cesó por completo, el estadio se llenó de aplausos, y la sonrisa de Susie se agrandó. Desde el borde de la pista, Ethan y Klara aplaudían también, sintiendo orgullo y alivio al verla completar su rutina sin errores significativos.

Poco después, ya sentada en la zona del Kiss and Cry, aun respirando con fuerza por el esfuerzo, sintió una combinación de emoción y nervios al ver los monitores frente a ella, donde aparecería su puntuación. Ethan se inclinó para darle unas palabras de aliento mientras le daba un suave apretón en el hombro.

—No importa lo que salga en el marcador, hiciste un trabajo increíble hoy —le susurró Ethan, con una sonrisa de satisfacción.

Klara, sentada a su lado, le lanzó una pequeña sonrisa y murmuró con su tono siempre directo:

—Lograste un buen show. Independientemente del puntaje, has hecho algo para recordar.

Susie le devolvió la sonrisa, sintiendo una oleada de agradecimiento por el apoyo de ambos. Finalmente, apareció su puntaje en la pantalla. La puntuación era mayor de lo que había obtenido en otras competencias.

Sin pensarlo dos veces, Susie soltó un grito de alegría y se giró para abrazar a Ethan, rodeándolo con fuerza, mientras él se reía de su entusiasmo.

—¡Lo lograste, Susie! —Ethan la apretó con fuerza, sintiéndose orgulloso de verla superar sus expectativas.

Tras soltar a Ethan, Susie extendió sus brazos hacia Klara, quien sin dudarlo la abrazó también, dándole unas palmaditas en la espalda.

Susie se apartó de ambos, con el rostro iluminado y los ojos brillando de emoción. Para ella, esa puntuación significaba mucho más que un simple número: era el fruto de su esfuerzo, de los incontables días de práctica y de la inspiración que siempre le había brindado su abuela, quien seguramente también sonreía frente a la pantalla en ese instante. Con ese pensamiento en mente, Susie miró fijamente hacia una de las cámaras y le envió un saludo cariñoso, lanzando algunos besos al aire.

—¡Te amo, abuela! —gritó, llena de felicidad, mientras Ethan y Klara reían y también saludaban hacia la cámara, compartiendo su alegría.

Irina observaba atentamente la pantalla que mostraba la puntuación de Susie, esbozando una sonrisa al ver cómo su amiga avanzaba con la posibilidad real de mantenerse en el podio. A pesar de que Susie siempre decía que patinaba únicamente por su abuela y que no le importaban los puntos, su actuación reflejaba claramente una habilidad notable. Aunque lo suyo era puro amor al deporte, Irina no podía evitar sentirse emocionada al ver que Susie tenía el potencial de llegar lejos.

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