Epílogo: Aurora

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En la mañana siguiente, el ambiente en el Aurora estaba más liviano que de costumbre. Susie patinaba alegremente por la pista, y Ethan, de buen humor, la seguía a paso relajado. Ninguno de los dos estaba cumpliendo su rol aún, ni Ethan de entrenador, ni Susie de alumna; en cambio, se dedicaban a moverse de un lado a otro disfrutando deslizarse por el hielo mientras esperaban la llegada de Klara e Irina.

De repente, el sonido de la puerta abriéndose resonó en el lugar, y ambos se detuvieron en el centro de la pista, girando la cabeza al unísono hacia la entrada. Por la puerta aparecieron Klara e Irina, avanzando juntas... de la mano.

Susie al verlas soltó un pequeño grito de emoción, como si acabara de descubrir el mayor secreto del mundo. Sin poder contenerse, tomó a Ethan del brazo y comenzó a sacudirlo enérgicamente.

—¡Mira, mira! ¡Están tomadas de la mano! ¿Ya son novias? —dijo, casi gritando, con los ojos brillando de entusiasmo.

Ethan dejó escapar una carcajada y trató de calmarla.

—Relájate, Susie. No tengo ni idea... pero sí que parece algo importante, ¿no?

Pero Susie no pudo contener su curiosidad ni un segundo más y, en un instante, patinó rápidamente hasta la barrera, donde Klara e Irina acababan de llegar. Con una sonrisa traviesa, Susie señaló las manos entrelazadas de ambas, con su mirada llena de expectativa.

—¿Qué es eso? —preguntó con una emoción tan intensa que era imposible ocultarla.

Klara e Irina intercambiaron una mirada, y ambas bajaron la vista hacia sus manos, como si acabaran de darse cuenta de que seguían unidas. Irina, sintiéndose expuesta, apartó la mirada y trató de ocultar un leve sonrojo, mientras que Klara se aclaraba la garganta, tratando de mantener la compostura.

—Bueno... digamos que... han pasado algunas cosas —respondió Klara con una sonrisa sutil, sin soltar la mano de Irina.

Susie dio un saltito de felicidad, como si su predicción se hubiera cumplido.

—¡Lo sabía! ¡Sabía que acabarían juntas! Ethan me debe un helado.

Irina alzó una ceja, divertida, y lanzó una pequeña risa.

—¿Hicieron una apuesta sobre nosotras?

Ethan, que había seguido a Susie hasta la barrera, levantó las manos con una sonrisa despreocupada y fingió inocencia.

—No sé de qué está hablando Susie. Es... mera especulación —dijo, intentando sonar convincente, aunque la sonrisa en su rostro lo delataba por completo.

Klara lanzó un suspiro resignado y, al ver las miradas insistentes de Susie y Ethan, rodó los ojos.

—Ya, ya... dejen de mirarnos así. Parecen niños en la víspera de Navidad —protestó, un tanto avergonzada.

Susie soltó una risita y apoyó los codos en la barrera, sin quitarles los ojos de encima.

—Es que... se ven tan adorables juntas. ¡Y no saben cuánto he estado esperando este momento! Deberían celebrar o algo.

Ethan, divertido, asintió y se cruzó de brazos.

—Tiene razón. ¿Qué tal un brindis simbólico de helados después del entrenamiento?

Klara suspiró, lanzándole una mirada a Irina, quien parecía tan divertida como ella.

—¿Ves lo que nos hacen pasar? —le susurró Klara, inclinándose hacia Irina.

Irina y Klara compartieron una risa suave mientras Ethan negaba con la cabeza, sonriendo al ver la escena frente a él. Después de unos segundos, se cruzó los brazos y lanzó una mirada a todas, listo para darles una noticia.

Orgullo de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora