Verano ( Australia)
Renjun
Volví a Brisbane. Volví a la rutina. A pintar.
Sin tener que ir a clase, los días se sucedieron unos detrás de otros. Pasaba las horas en el ático, salía de vez en cuando a tomar algo con mis amigos a media tarde o acudía por las noches al departamento de Jeno para cenar y dormir acurrucado a su lado.
Pero había una fisura en aquella monotonía. Y esa fisura se llamaba Jaehyun.
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— Así que una feria de arte.
Comentó Jeno mientras me ayudaba a sacar una cacerola de uno de los cajones más altos. Le acababa de decir que acudiría a una ese fin de semana con Jaehyun y que expondría cinco obras.
—¿Vendrás a dormir?
— Sí, solo está a una hora en coche. ¿Quieres venir con nosotros? — lo miré un poco dudoso, porque sabía que, si respondía que sí, la situación sería extraña, pero al mismo tiempo necesitaba desesperadamente que todo empezara a resultarme normal y, de momento, estaba lejos de conseguirlo.
Jeno sacudió la cabeza y suspiró.
— No puedo, tengo cosas que hacer.
Admiraba la serenidad de Jeno, su tranquilidad. Quizá porque yo era todo lo contrario, puro nervio e impulsividad. Me dejaba llevar por mis emociones; podía llorar por cualquier tontería o reírme de eso mismo hasta que me doliera el estómago, ir del blanco al negro en un pestañeo y darles tantas vueltas a las cosas que a veces me sentía como una centrifugadora.
— Dime lo que sea que estés pensando.
Se acercó a mí y me dio un beso suave.
— Pienso en lo increíble que eres.
— Lo preguntaba en serio — me reí.
— Y así te respondo. ¿Qué te preocupa?
— Esta situación, ya lo sabes.
Me senté en la barra de la cocina mientras él ponía el agua a calentar y sacaba un paquete de pasta de la despensa.
— Quiero que me digas lo que sientes si en algún momento algo te incomoda. No te lo calles, por favor.
Él respiró hondo antes de mirarme.
— Solo complicaría las cosas.
— Pues hazlo. Complícalo.
Yo siempre preferiría eso antes que el silencio.
— Me preocupa cómo te mira — soltó.
— No me mira de ninguna manera.
Jeno echó la pasta en el agua hirviendo.
— También que tú lo niegues.
— Si conocieras a Jaehyun, lo entenderías.
Me mordisqueé el labio. No quise ir más allá y contarle que no se fiara de las primeras impresiones con Jaehyun, que la realidad era más descafeinada que lo que su mirada prometía, que en el fondo «no quería tanto las cosas», tal como él me había dicho.
—¿Han hablado?— preguntó.
—¿A qué te refieres exactamente?
— Carajo, Renjun. A lo de ustedes. Lo que pasó.
— De eso no había nada que hablar.
—¿Cómo puedes decir...?
— Somos amigos — lo corté alterado.
— Y prefiero olvidar que compartimos algo más, porque si recuerdo todo eso, soy incapaz de perdonarlo. No hemos hablado y dudo que lo hagamos nunca; es algo que pasó, algunas cosas es mejor dejarlas atrás para seguir adelante sin llevar un lastre encima, ¿lo entiendes? Porque no puede ser de otra manera.
Jeno asintió y me miró serio.
—¿Has dejado de guardarle rencor?
— Sí — y mentí.
Le mentí porque era incapaz de afrontar lo contrario y no estaba preparado para responder a esa pregunta siendo sincero. Si decía que no, echaría por tierra todos esos cimientos endebles sobre los que había construido mi nueva relación con Jaehyun.
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Lo que somos
RomanceHan pasado tres años desde la última vez que Renjun y Jaehyun se vieron. Ahora, Renjun está a punto de cumplir su sueño, y pese al pasado, Jaehyun necesita formar parte de un momento como ese. Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Renjun tiene que...