Dentro del coche, miré a Jaehyun de reojo mientras apretaba el volante. Dos días antes habíamos seleccionado los pocos cuadros que llevaríamos y habían venido a embalarlos y recogerlos. En la feria de arte solo podían exponer artistas que formasen parte de alguna galería y, en este caso, Jaehyun había decidido llevarme a mí.—¿No había nadie mejor?— le pregunté.
—¿Acaso no estás conforme?
—Sí, pero... no sé.
—¿Piensas que te he elegido a ti por alguna otra razón, Renjun? Te equivocas. En primer lugar, fue una decisión de Sam, ella es la que se encarga de esto. Y en segundo lugar, quizá deberías empezar a plantearte que eres bueno. De todos nuestros representados, tú eres el que más vendió durante una exposición inaugural. ¿Te basta esta respuesta?
—Me basta — admití.
—Eso está mejor.
Jaehyun subió el volumen de la música y no dijo nada más durante todo el viaje. Yo no quería pensar demasiado, así que me limité a contemplar el paisaje; tras la exposición, llevaba unas semanas dándole vueltas a mi futuro, a mis expectativas, a intentar decidir qué quería hacer con mi vida. Y lo cierto era que no lo tenía nada claro. Quería pintar, pero no sabía qué más. De algún modo, me estaba dejando llevar tomado de la mano de Jaehyun, pero sin saber con toda seguridad si me conduciría por los caminos adecuados o si podía cerrar los ojos y seguirlo sin tener que preocuparme por nada más.
La feria de arte se realizaba en un edificio grande con numerosas salas. Cuando entramos nos dieron la identificación y nos indicaron que nuestro espacio estaba reservado en la segunda planta a la derecha.
Al llegar, mis obras ya estaban allí. Tan solo eran cinco, pero no había espacio para nada más y confiaba en lo que Jaehyun decía sobre que era bueno empezar a darse a conocer en eventos así. El espacio olía a desinfectante y las paredes lisas resultaban bastante impersonales, pero había amplitud.
Jaehyun se ajustaba el cuello de la camisa. Se había arreglado y no estaba acostumbrado a verlo así, con los pantalones largos, la camisa oscura ajustada y el mentón recién afeitado, pero estaba tan atractivo que durante un segundo de debilidad sentí que su presencia lo inundaba todo. Me inundaba a mí. Sacudí la cabeza y arrugué el ceño.
—¿Por qué estás tan callado? —pregunté.
Porque prefería al Jaehyun gracioso que a ese que parecía tan perdido en sus propios pensamientos. Era como si, después del día de la inauguración, algo hubiese cambiado en él.
—No he dormido mucho.
No supe qué más decir. El día transcurrió con lentitud. Mucha lentitud.
Si Jaehyun hubiese sido el chico de siempre, el despreocupado, el que no tenía filtros, el que me hacía reír incluso cuando estaba enfadado con él, probablemente los minutos no habrían parecido horas; pero se limitó a quedarse un poco rezagado a un lado cada vez que alguien venía y se interesaba por las obras, como si no quisiera involucrarse. Al menos, no lo hizo hasta que vendimos uno de los cuadros a una pareja y él se encargó de los trámites.
En torno a las seis de la tarde nos marchamos.
—¿Y qué pasa con los otros cuadros?
—No te preocupes, los llevarán a la galería.
— Vale — Me mordí el labio.
—¿Seguro que no te ocurre nada?
Jaehyun jugueteó con las llaves del coche y, en vez de meterlas en el contacto y arrancar, recostó la cabeza en el asiento y lanzó un suspiro cansado. Se llevó un dedo al puente de la nariz y chasqueó la lengua.
—El mes pasado hablé con Kun... — Guardé silencio mientras la inquietud se abría paso en mi interior.
— Hablamos de ti. De todo lo que había ocurrido tres años atrás. Y de mí. De lo que hice mal, de las cosas en las que fallé en aquel momento y...
—No, por favor — le rogué.
— Renjun...
—No.
—¿Por qué?
Y supe que aquel era un momento importante, uno de esos momentos que mueven la balanza hacia un lado u otro. Lo pensé mientras el corazón me latía con fuerza dentro del pecho. Tenía la respuesta, pero me dolía tener que dársela.
—Porque entonces te odiaré, Jaehyun — gemí.
— Y ahora mismo no puedo hacerlo. Acabas de reaparecer en mi vida y... te necesito. No quiero pensar en todo lo que ocurrió ni en por qué lo hiciste. Peor aún, en cómo pudiste hacerlo. No quiero plantearme qué hubiese pasado de no haber hecho esa exposición con la universidad, si entonces tú jamás habrías sacado el valor para volver a mi vida. No quiero que nada se rompa cuando ahora aún estamos reconstruyendo nuestra amistad.
Jaehyun no me miró. Lo vi tomar aire.
—Te hubiese buscado antes o después.
—Ya. Pero nunca lo sabremos.
—Yo lo sé, cariño. Te juro que lo sé.
Tragué para deshacer el nudo que tenía en la garganta. Sentía un gusto amargo, como si las palabras dejasen a su paso esa sensación y todo estuviese tan enredado entre nosotros que era imposible que pudiese encontrar el extremo del hilo y empezar a tirar para arreglarlo.
— Jaehyun, no quiero volver a perderte.
—Es que no dejaría que eso pasase.
Yo nunca lo había visto así. Inseguro. Débil.
—Necesito más tiempo — logré decir,
— y quizá algún día...
«Quizá algún día pueda mirarte a los ojos mientras me explicas cómo fuiste capaz de renunciar a lo que teníamos, a esa historia por la que estaba dispuesto a sacrificarlo todo. Cómo pudiste dormirte cada noche sin llorar. Cómo es posible que las cosas sean tan volátiles para ti. Y entonces, puede que empiece a creerte cuando dices que habrías vuelto a buscarme tarde o temprano, porque tres años..., tres años es demasiado tiempo, en tres años se construyen nuevas cosas, en tres años casi había olvidado la forma de la cicatriz que tienes en la frente y la tonalidad exacta de tus ojos».
Pensé todo aquello con el corazón agitado.
—¿Qué es lo que quieres de mí ahora?
Había temor en su voz, pero también impaciencia, como si necesitase saberlo de una vez por todas.
—Quiero que seas mi amigo. Quiero volver a tenerte en mi vida. ¿Tú no, Jaehyun? Poder pasar un rato juntos, como la otra noche.
Le recordé, y esbocé una sonrisa temblorosa al rememorar cómo habíamos acabado los dos tirados en medio de la calzada cuando le hice cosquillas al montarlo a caballito.
— Quiero al Jaehyun de siempre — concluí.

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Lo que somos
RomanceHan pasado tres años desde la última vez que Renjun y Jaehyun se vieron. Ahora, Renjun está a punto de cumplir su sueño, y pese al pasado, Jaehyun necesita formar parte de un momento como ese. Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Renjun tiene que...