¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
●•●
Febrero -12- 2006
Satoru Gojo y Suguru Geto aguardaban recostados en las escaleras de la entrada a las barreras de Tengen.
—¡¿Cuánto tiempo más le tomará?!— Exclamó Satoru, denotando su impaciencia.
—Seguramente es por algo importante, tranquilo.— Opinó Suguru, alzando la vista al ver acercarse a Shoko Leiri con su habitual cigarrillo en los labios.
—Hasta llegó la impuntual mapache.— Se burló Satoru. Ella rodó los ojos mientras se terminaba el cigarrillo.
—¿Aún sigue ahí dentro?— Quiso saber refiriéndose a Yuuko.
Suguru y Satoru asintieron con un suspiro. —Es raro que un anciano necesite una adolescente.— Musitó Satoru frunciendo el ceño.
—No pienses mal Satoru, es de Yuuko de quien hablamos.— Lo regañó Suguru, conocedor del carácter sobreprotector de su amigo.
—Eso es lo que me tranquiliza, sé como es Yuuko.— Dijo Satoru poniéndose de pie de un brinco. —Después de todo, yo la conozco mejor que nadie.
Shoko rió suavemente. —¿Dices que tú la conoces mejor?
—¿Eh?— Suguru y él miraron confundidos.
—Yo soy quien realmente la conoce mejor que nadie.— Aseveró Shoko con orgullo.
Satoru se acercó desafiante. —Tal vez fueras la primera en acercarte a ella, pero yo conozco facetas de ella que nadie más ha visto.
Shoko enarcó una ceja, divertida. —Apuesto a que hay cosas que se guarda incluso de ti.
Suguru pareció notar cierto brillo pícaro en los ojos de ambos. Tal vez conocían más de Yuuko de lo que sabían el uno del otro. La rivalidad entre sus amigos le causaba gracia.
—Apuesto a que tú no sabes por qué tiene un altar en su habitación.— Dijo Satoru confiado.
—Su técnica maldita.— Respondieron Suguru y Shoko al unísono, conociendo bien a su amiga.
—¿Acaso saben por qué no le gusta dormir sola?— Inquirió Satoru.
Shoko ahogó un chillido. Eso no lo sabía, aunque una idea cruzó su mente. ¿Con quién dormía Yuuko?
Frunció el ceño, desafiante. —Podrás saber eso, pero ¿conoces al dueño de su gran corazón, quien vive en su mente día y noche?
Satoru y Suguru abrieron los ojos impactados. Yuuko tenía un amado, sorprendentemente.
Shoko sonrió satisfecha. Por mucho que sus amigos creyeran conocerla mejor, aún había aspectos que solo ella descubrió de la compleja Yuuko Zenin.
La rivalidad entre ellos por demostrar quién la conocía mejor iba en aumento.
