Betty Cooper es una joven universitaria con padres estrictos y una vida supuestamente perfecta y Jughead Jones es el chico callado y solitario que se enfrentará a muchas cosas sólo por ella. Pero... ¿Podrá su amor triunfar cuando todo está en su con...
El tomó su mano mientras se lo hacía, la apretó, le dió más rápido y más profundo y el supo que ella tuvo un orgasmo por primera vez cuando sus paredes internas le apretaron el miembro y ella gritó del placer, con lágrimas saliendo de sus ojos.
Entonces solo un segundo después, el se corrió y dejó todo en el condón que traía. No paró hasta que sus movimientos se hicieron más perezosos y cuando terminó, salió de ella con mucho cuidado y se deshizo del condón que había usado.
Estaban aún totalmente desnudos cuando se acostaron en la cama una vez más, abrazados. Ella acariciaba el pecho desnudo del chico mientras el le acariciaba el cabello.
Betty negó, mirándolo a los ojos. —Me molestó un poco al principio, pero después se sintió... Wow... Fue increíble—
Jughead sonrió y besó su cabeza. —Tu eres increíble mi amor. Me encanta saber que fui el primer hombre en tocarte. Lo voy a valorar por siempre—
Betty bajó la mirada. —Si... Pero estoy segura de que estuviste con chicas que lo hicieron mejor que yo—
—No amor, con las otras chicas lo hice sin amor— Aclaró. —Ahora lo hice contigo y fue especial porque te amo—
Betty lo miró a los ojos con una sonrisa y le dió un pequeño beso. —Te amo Juggie—
—Y yo a ti, preciosa— Contestó el pelinegro, besándola.
Se besaron con cariño, pero ese cariño se transformó en lujuria y ese fuego y esa pasión que habían tenido hace solo un momento, volvió a aparecer y ésta vez, más intensa.
Jughead se volvió a colocar encima de ella, besándola con mucha lujuria y bajó sus manos por el cuerpo de su novia, acariciando sus piernas con gentileza.
—Bebé... Debemos parar...— Pidió Jughead mientras aún la besaba.
—No...— Jadeó la ojiverde, bajando sus besos al cuello de su novio y acercándose al lóbulo de su oreja, mordiéndolo. —Sigue... Quiero que vuelvas a tocarme—
Jughead no estaba dispuesto a hacer nada que la chica no quisiera, pero si ella misma se lo pedía, su deber era complacerla.
El empezó a besar cada centímetro de su piel, besar su cuello, chupar sus pechos desnudos y mientras hacía esto, bajó una mano hasta su feminidad que una vez más estaba húmeda e introdujo con cuidado sólo uno de sus dedos.
Ella se estremeció, arqueó la espalda y gimió, mordiéndose el labio. El chico empezó a hacer movimientos circulares en el clítoris de su novia y ella gemia, perdida en el placer.
El ojiazul sacó sus dedos de ella para entonces buscar otro condón en el bolsillo de su pantalón, colocarlo en su dura erección y acercarse a su novia una vez más.
Él la miró a los ojos, ella lo miró, suplicando con la mirada que terminara lo que empezó y finalmente Jughead se posicionó entre sus piernas, ella las abrió aún más y entonces empujó en su interior con cuidado, profundo y certero.
Ella gimió, tiró su cabeza hacia atrás y él empezó a entrar y salir de ella. La penetró con cuidado, pero a la vez lo hizo llegando cada vez mas profundo y moviéndose cada vez más rápido. Betty se sujetó de la espalda y el cabello de su novio mientras gemía fuerte y profundo y Jughead besó su cuello y pechos mientras se lo hacía.
No se detuvo hasta que la puso a temblar en otro orgasmo que la hizo gritar del placer y él una vez más se liberó ante la rica sensación de los espasmos de las paredes internas de su novia, así de caliente y estrecha.
Al terminar, él una vez más salió de ella, desechó el condón usado y la abrazó bajo las sábanas, dejando pequeños besos en toda la cara de su novia mientras ésta se abrazaba a él y lo miraba con una sonrisa.
—¿Te gustó?— Le preguntó el. —¿Sentiste molestia?—
Betty negó, mirándolo. —Ahora estuvo mejor que la otra vez—
—Así es el sexo, amor— Aseguró Jughead. —Cada vez es mejor que la anterior y se pone mejor cuando es con alguien que amas. Eres muy valiente—
Betty soltó una risa y dejó un pequeño beso en sus labios. —No pensé que en mi primera vez lo haría dos veces seguidas. No pensé que iba a gustarme tanto—
—Estas con alguien que sabe hacerlo bebé. Te juro que conmigo siempre vas a estar segura, protegida— Prometió, besando su cabeza y mirándola a los ojos. —Eres tan hermosa... Podría estar aquí contigo todo el día pero tus padres...
—Mis padres están muy lejos Juggie, llegarán muy tarde— Aseguró Betty. —Vamos a vestirnos para hacer otra cosa—
—Lo que mi princesa quiera— Contestó Jughead, levantándose de la cama.
Tras levantarse de la cama y vestirse, Betty y Jughead bajaron a la cocina, la ojiverde hizo unas palomitas y juntos empezaron a ver una película.
—Amor elige la que quieras, no importa— Dijo Jughead con diversión, viendo a su novia tratar de elegir una película en la TV gigante de la sala.
—Es que soy muy indecisa— Contestó Betty, frustrada, buscando opciones en la TV. —¿Romance, suspenso, miedo, comedia o qué?—
—Una película animada estaría bien, puede ser la que quieras— Respondió Jughead.
Betty eligió una película animada como le sugirió su novio, pero la película no iba ni por la mitad cuando ella se quedó profundamente dormida encima de su novio.
Jughead sonrió, viéndola dormir y acariciando su cabello sin despertarla para después tomarla con mucho cuidado, cargarla y llevarla hasta su habitación.
Claro... ¿Cómo no iba a estar cansada después de haber hecho el amor por primera vez y luego repetir el mismo día?
Justo cuando Jughead dió la vuelta para irse de la habitación de su novia, ella misma lo detuvo.
—Jug...— Lo llamó Betty, sin abrir los ojos, en voz baja.
Jughead se giró a mirarla y se acercó rápidamente. —Amor... ¿Qué ocurre? ¿Necesitas algo?—
—Que vengas y te acuestes conmigo— Pidió, abriendo los ojos y mirándolo.
Jughead sonrió y se acostó a su lado, abrazándola y besando su cabeza. —Claro que sí, preciosa—
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