Cap. 53

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Al día siguiente, Betty despertó, aún completamente desnuda bajo las sábanas, pero sin Jughead a su lado. Miró a su alrededor, se sentó sobre la cama, cubriéndose con las sábanas, pero no lo vió.

—Buenos días— Saludó el ojiazul, entrando a la habitación con una bandeja que contenía fruta, panes tostados y un vaso de jugo de manzana.

Betty lo miró y sus ojos verdes se iluminaron con una inmensa sonrisa. —Jug... ¿Qué hiciste?—

—Preparé el desayuno— Contestó, sentándose en la cama a su lado con la bandeja en mano. —Aqui tienes—

Betty lo miró con incredulidad, tomando un trozo de fruta. —Tu... ¿Tu ya desayunaste?—.

—Si... Cuando desperté tu seguías dormida. Les inventé una historia a mis padres pero ellos no me controlan tanto como los tuyos a ti— Dijo Jughead, mirándola con una sonrisa. —Nuestra primera noche juntos, aún no lo creo. Fue increíble—

Betty sonrió, sonrojada por los recuerdos calientes de la noche anterior. —Si... Quisiera que tuviésemos la posibilidad de pasar más noches juntos. Tu abrazándome, acariciándome...

—Despertar a tu lado y verte dormidita...— Siguió Jughead sin poder ocultar su felicidad. —Tambien quisiera despertar contigo más seguido— Besó su frente. —Bebé... Tengo que irme—

—¿Tan pronto te vas?— Preguntó Betty con un puchero. —Pero es temprano—

—Y tus padres llegan hoy— Le recordó. —Tambien debo ir a dar la cara a mi casa amor—

Betty soltó una risa. —Esta bien. Jug... Cuídate, te amo—

—Yo te amo más, amor— Respondió Jughead, dejando un último beso en su frente para entonces ponerse de pie.

—Escribeme cuando estés en casa— Pidió Betty, aún desde la cama con su desayuno.

—Lo haré bebé— Aseguró el pelinegro, saliendo de la habitación con una inmensa sonrisa.

Betty se terminó el desayuno que su novio le había hecho con mucho cariño y éste se retiró de la casa de su novia, contento, satisfecho y sin poder borrar esa sonrisa tras pasar una noche con la chica que lo tenía completamente loco.

Jughead condujo hasta su casa, cuando entró no había nadie en la sala y subió directo a su habitación para quitarse un poco el efecto del alcohol de la noche anterior con un relajante baño.

Al terminar de ducharse y vestirse, bajó de nuevo a la sala y ahí estaban sus padres, quienes se giraron a mirarlo de inmediato.

—Buenos días— Saludó Jughead sin más. —¿Qué pasó? ¿Por qué me miran así?—

—Entonces... Hijo mío...— Habló Gladys, poniéndose de pie y acercándose a su hijo. —¿Dónde me dijiste que estabas anoche?—

Jughead palideció, sin saber qué decir. —Yo... Yo... Estaba con unos amigos y...

—Eso no fue lo que nos dijiste— Lo interrumpió Fp, mirándolo, serio. —Dime una cosa. ¿Pasaste la noche con tu novia?—

Jughead negó inmediatamente, sonrojado. —No... Claro que no. No estuve con ella. O sea... Sí estaba con ella pero...

—Ya, hijo. Tranquilo— Pidió Gladys. —No tenemos problemas con que salgas y te diviertas, ya eres mayor—

—Lo que sí queremos que hagas, es que te cuides— Dijo Fp.

Jughead alzó una ceja. —Cuidarme... ¿Cómo?—

—Ya sabes... Si vas a tener un momento íntimo con tu novia debes cuidarte y cuidarla a ella— Habló Gladys. —Tu padre y yo nos morimos por tener un nieto pero aún no es tiempo—

•SÓLO POR TÍ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora