•SÓLO POR TÍ•

Cap. 132

—Jughead, puedes venir a verla. Está consciente— Avisó Alice.

Jughead se puso de pie y miró a Alice, incrédulo. —¿Es... Es enserio?—

—Jamas te he hablado tan enserio Jughead. Ven, ella desea verte— Aseguró la mayor.

Jughead tomó una profunda respiración, emocionado. Tan emocionado que sus ojos azules y cansados de tanto llorar se volvieron a llenar de lágrimas, pero de lágrimas de felicidad.

Por fin iba a ver al amor de su vida sin estar tan cerca de la muerte.

Fue hasta la habitación en la que estaba su novia, entró y se derrumbó en lágrimas cuando la vió. Estaba muy delgada, pálida y había perdido gran parte de su brillo, pero estaba mejor de lo que había estado los últimos días.

Y aunque sus ojos verdes estaban cansados y apagados, aún así brillaron cuando lo vió a el y derramó una pequeña lágrima de la felicidad.

—Juggie...— Murmuró ella, mirándolo.

Jughead sonrió, con la cara ya empapada de lágrimas, se le acercó y con mucho cuidado la abrazó, derrumbándose en llanto sobre ella.

—Lo siento...— Sollozó Jughead, sin soltarla. —Lo lamento tanto mi amor... Lamento mucho todo lo que te hice. Lamento no haberte podido proteger. No sabía que esto te iba a pasar. ¿Por qué no dejaste que me cayera a mi?—

—No podía permitir que te pasara algo. Te amo Jug— Respondió Betty, sonriéndole levemente.

—Pense que te perdería— Admitió el ojiazul, mirándola. —Teniamos mucho miedo. No sé qué iba a ser de mi si te hubiese perdido—

—Yo tampoco pensé que lo lograría— Admitió Betty con voz débil. —Estuve tan cerca de la muerte...

—Te juro que nunca más dejaré que te pase algo— Aseguró Jughead, tomando la mano de su novia que no tenía pegada una solución intravenosa y la llenó de besos. —Nunca más—

—Jug... ¿Y nuestro hijo?— Preguntó Betty, preocupada.

—Esta con su niñera— Respondió. —No dejó de preguntar por ti todos estos meses—

—Oh mi bebé...— Dijo Betty, aún más preocupada. —Jughead necesito verlo. Necesito que mi bebé sepa que mami ya está aquí y no se irá otra vez—

—Lo se amor tranquila, hablaré con mi papá a ver si puedo llamar a Estrella para que traiga a nuestro hijo. ¿Si? De ahora en adelante yo me encargo de todo, tu no te preocupes absolutamente por nada— Aseguró Jughead, dejando un beso en su frente.

Betty sonrió levemente. —Te amo pero llama a Estrella ya, necesito ver a mi bebé—

Jughead sonrió y tomó su celular para llamar a la niñera de Jack. Después de llamarla, en menos de media hora Estrella apareció con el niño tomado de manos y con el cachorro en brazos.

Jackson entró a la habitación con una rosa roja en mano, mirando a su alrededor.

Betty vió a su hijo y una emoción inmensa calentó su pecho de una manera tan especial que sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Jack... Mi amor ven con mami— Pidió Betty, contenta.

Jackson miró a su madre, sus inmensos ojitos verdes brillaron y corrió hacia ella. —¡Mami, despierta!—

—Si mi amor, estoy más despierta que nunca mi tesoro, pero qué grande estás— Admitió, llorando de felicidad.

—Jackson cuidado, no seas brusco con mami— Pidió Jughead.